Cap17. No me gusta tenerte cerca

1.7K 145 37
                                    

Ruslana nunca había sido una mujer celosa. De hecho jamás había sentido inseguridad por nada en el mundo, y mucho menos por sus novios, y si que había tenido muchos. Ni si quiera sentía que la monogamia existía, estaba segura que los seres humanos no estaban hechos para eso, y ni así había dudado un segundo en que alguien podría serle infiel.

Desde que tuvo su primer novio, sabía que nadie podía destronarla, teniéndolos a todos comiendo de su mano. Y hasta la actualidad lo seguía pensando.

El hecho de tener al cantante más reconocido del país, no había cambiado para nada su creencia, todavía pensaba que ninguna mujer en la faz de la tierra podía ser superior a ella. Y estaba segura que Juanjo jamás le haría algo así, lo conocía. Sin embargo, no pudo evitar sentir incomodidad en el estómago, un retorcijón que jamás había sentido cuando descubrió que le sonreía al móvil con el perfil de su mejor amigo.

Ruslana siempre había estado segura de que ninguna mujer podía conquistar a Juanjo. Pero ahora, esa seguridad se desmoronaba. Esta vez no era una mujer, era Martin, su mejor amigo, ya no podía dar nada por sentado. Jamás había dudado de su intuición, pero enfrentarse a Martin, alguien a quien conocía perfectamente, la hacía sentir una incertidumbre que nunca antes había experimentado.

                      ☆ ☆ ☆ ☆

—Y la perra me llamó y me dijo que me vaya a tomar por culo. ¿De verdad cree que eso me va a afectar en algo? —Ruslana parloteaba sobre una de las enemigas que se había ganado con su actitud. —Tío, que no es mi culpa que sea una traumada...

Martin ya estaba perdido en el mar de exageraciones de su amiga. Estaba distraído, mirando unos cinturones de cuero que quería comprar. Como de costumbre, estaban en una tienda de lujo, su plan típico para pasar tiempo juntos.

—Rus, no entiendo nada —resopló, ya harto del drama.

La pelirroja cogió unos zapatos y le pidió a la dependienta que los trajera en su talla. —Mira, da igual, pero esa tía no vuelve a pisar la discoteca nunca más. Ya me he encargado de eso.

Martin rodó los ojos, fastidiado. Sabía que la culpable seguramente había sido ella, pero prefirió no decir nada más.

—Juanjo está viniendo, amore. Hoy cumplimos otro mes... —dijo, dirigiéndose a la caja a pagar.

Escuchar solo su nombre hizo que el corazón de Martin empezara a latir con fuerza. Habían pasado cinco días desde la última vez que lo vio, aquella tarde en el piso de Denna en la que terminaron envueltos en nata montada, no se había divertido tan sanamente desde hacía mucho. Desde ese día no había tenido noticias de él, ni siquiera a través de Ruslana, lo que le hizo preguntarse si seguían juntos. Pero cuando preguntó si todo iba bien con él, ella solo le dedicó una mirada confundida y respondió que estaban mejor que nunca. Martin decidió no preguntar más.

Hasta ahora, cuando ella volvió a mencionar su nombre, Martin la escuchó, aunque lo que más le llamó la atención fue que iba a volver a verle.

—Wow, dos meses ya... —fingió sentirse contento por su amiga. —Qué raro que te siga soportando... —murmuró para sí mismo.

Ruslana asintió, aceptando la bolsa que la encargada le entregaba. —Dos meses con el mejor novio que podría haber encontrado. Y no sabes lo que tengo preparado para él; he comprado una lencería...

Martin intentó distraerse pagando su propia compra, mientras su cerebro rechazaba automáticamente el parloteo de la pelirroja.

Cuando salían de la tienda, lo vio a él, apoyado sobre su coche de manera despreocupada, tan perfecto como siempre. Llevaba una gorra para pasar desapercibido, unos vaqueros urbanos y una chaqueta azul que lo hacía verse increíblemente atractivo. No pudo evitar recorrer cada centímetro de su cuerpo con la mirada, perdiéndose nuevamente en los recuerdos de Italia.

Starry Night Donde viven las historias. Descúbrelo ahora