Cap21. Interrupciones

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—¡Wacho! ¿Pero qué es esto? He vuelto de Australia y me recibes así —su amigo empezó a llenar su cara de besos.

Martin no pudo evitar reír ante su efusividad. Claro que lo había echado de menos, siempre disfrutaba de su compañía. Sin embargo, su risa se cortó al ver a una pelirroja detrás de él, observándolos con una expresión entretenida.

—¿Cuándo has vuelto, Luqui? —se separó del abrazo, ignorando deliberadamente a la que solía ser su mejor amiga.

No tenía claro en qué términos se encontraba con ella después de que lo acorralara para advertirle que no se metiera con su novio y luego le prohibiera a este que le hablara. Y, bueno, después estaba el "incidente" que se le había escapado de las manos...

—Hoy por la mañana —respondió Lucas con su típica sonrisa—. Y me he encontrado con la sorpresa de que te estaban cancelando —rió con gracia antes de girarse hacia su prima—. Anda, salúdalo.

—Ay, por favor, entremos ya —bufó la pelirroja con fastidio, y sin pedir permiso se encaminó directamente al salón.

Lucas y Martin se miraron con complicidad mientras la seguían. Los tres acabaron sentados en el sofá, aunque la tensión era palpable entre los dos mejores amigos, que no se dirigían la palabra. El ambiente estaba en silencio, y las luces tenues hacían la atmósfera aún más incómoda.

Lucas, tratando de romper el hielo, empezó a acariciar el brazo de Martin con efusividad—. Loqui, twittee que dejen de creerse esas tonterías sobre ti —sonrió burlonamente—. Pero si supieran, wacho, que despediste a tu peluquera porque te echó spray barato... —se rió—. ¡Estás jodido!

Martin lo empujó avergonzado —¿No quieres también salir a dar tu story time exhibiéndome?

Lucas negó con una sonrisa—. Jamás, mi guapo, contigo hasta el fin del mundo.

El carraspeó de Ruslana tras de ellos les recordó que no se encontraban solos. —Ya veo, ahora entiendo cómo te pones a su favor cuando se quiere follar a mi puto novio.

Lucas frunció el ceño y la miró, juzgándola—. Rus, cállate ya. Por eso hemos venido, discúlpate de una vez.

—¿Yo? ¿Disculparme? Si el que intenta meterse en mi relación es él —contestó la pelirroja, indignada.

Martin se mordió los labios, incómodo. ¿Lucas sabía todo lo que había pasado?

El uruguayo bufó, mirando a Martin—. Ya están aquí juntos, dejen las niñerías y soluciónenlo boludos —demandó con madurez.

—¿De verdad sigues con eso, Rus? —dijo Martin, con una perfecta actuación de incredulidad.

—Sí, sigo con eso —replicó Ruslana, apretando los labios—. Porque te conozco, Martin ¿O crees que no me doy cuenta de cómo lo miras?

Martin soltó una risa forzada y negó—. Vaya, pues parece que no me conoces tan bien...

Lucas asintió, dándole la razón a Martin —. Claro, también pensabas que yo le gustaba a Martin, y mira, somos mejores amigos.

Ruslana frunció los labios, ya con una sensación de duda creciendo en su interior. Era cierto que, a veces, Martin tenía una manera de tratar a los demás con cariño, sobre todo cuando el alcohol empezaba a hacer efecto. Suspiró, sin querer añadir más drama a la situación; quizás había exagerado.

Un ápice de duda se instaló en la mirada de la pelirroja, no podía estar loca ¿verdad? Martin lo trataba diferente, lo miraba diferente, además como bailaban como si el cuerpo de uno le perteneciera al otro... no era su imaginación.

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