La luz del amanecer se filtraba suavemente a través de las cortinas blancas, bañando la habitación en un resplandor cálido. Rusia fue el primero en despertar, sintiendo el peso cómodo de Alemania aún aferrado a su brazo. Kaiser, el perro, seguía acurrucado a los pies de la cama, compartiendo el calor de su dueño.
Por un momento, Rusia permaneció inmóvil, disfrutando de la tranquilidad del momento. La cercanía de Alemania, tan diferente de la distancia fría que había sentido en el pasado, le brindaba una sensación de paz que no había experimentado en siglos. Se permitió unos instantes más de descanso antes de moverse lentamente, intentando no despertar a Alemania.
Sin embargo, el movimiento fue suficiente para que Alemania abriera los ojos, parpadeando ante la luz del día. Al darse cuenta de su posición, con los brazos aún alrededor de Rusia, sus mejillas se tiñeron de un ligero rubor. Se apartó con suavidad, notoriamente incómodo.
"Lo siento," escribió rápidamente en su libreta, evitando el contacto visual mientras se levantaba de la cama.
Rusia sonrió con comprensión, sacudiendo la cabeza. -No hay de qué disculparse. Dormí bien, gracias a ti.
Alemania asintió, pero una sombra de duda cruzó sus pensamients. No estaba acostumbrado a la cercanía física con otros. Sin embargo, no podía negar que la presencia de Rusia había aliviado parte de la tensión que lo había atormentado durante tanto tiempo.
Después de prepararse para el día, Alemania guió a Rusia hasta la cocina, donde comenzaron a preparar el desayuno juntos. Mientras cortaban pan y freían huevos, la atmósfera entre ellos se sentía más relajada, aunque todavía cargada de una tensión subyacente que ninguno de los dos sabía cómo abordar.
Kaiser se movía entre ellos, siempre presente, buscando atención y recibiendo caricias ocasionales de ambos. La simple rutina de preparar la comida ayudaba a suavizar las preocupaciones, y poco a poco, las sonrisas se hicieron más naturales.
El desayuno continuó en un silencio un poco más cómodo, interrumpido solo por los sonidos de la cocina y los ocasionales suspiros de Kaiser. Pero Rusia fue el primero en romper este fino hilo de silencio.
-Esto me recuerda cuando éramos niños y solíamos dormir en la misma habitación cuando era muy tarde para que te fueras a casa. ¿Te acuerdas cuando solíamos estar despiertos hasta media noche para jugar?-Rusia preguntó, sus ojos brillando, recordando las contadas veces que fue el alemán a su casa gracias a los intereses aliados de sus padres.
Alemania asintió, una expresión pensativa cruzando su rostro antes de escribir otra respuesta.
"Claro que lo recuerdo. Terminábamos siempre cansados por la mañana. No sé cómo nunca nos atraparon."
Ambos rieron suavemente, sumergidos en los recuerdos de su juventud compartida. La conversación continuó llena de recuerdos mientras se preparaban para el día, y los temas iban desde las típicas travesuras infantiles hasta momentos más recientes. Hasta que llegaron a dónde todo comenzó.
-Oye Ale ¿Te acuerdas como nos conocimos?, Yo creo que nuestro destino era conocernos- Alemania le sonrió levemente antes de asentir con su cabeza.
"Aún tengo una cicatriz de ese día" escribió antes de mostrarle su mano a Rusia. Rusia solamente se limito a devolverle la sonrisa.-Debo de admitir que me daba miedo acercarme a ti en ese entonces- El teutón lo miro algo confundido -Bueno eso ya no importa- Dijo Rusia interrumpiendo el breve silencio nuevamente incómodo -¿Y te acuerdas de la última vez que nos vimos antes de todo esto? En la reunión de la ONU, justo antes de que... bueno, de que todo cambiara.
Alemania bajó la mirada, tomando un respiro antes de escribir su respuesta."Sí, lo recuerdo. Me siento mal por cómo nos separamos esa vez."
Rusia le puso una mano en el hombro, intentando ofrecer consuelo. -Nunca me has contado que te sucedió, tal vez cuando estés listo me encantaría saberlo- Hablo el euro-asiatico refiriéndose a la situación actual del europeo entendiendo que tal vez podría ser difícil para el hablar de ello.
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La suave vos de un ángel...(Rusger/Alemania×Rusia)
RandomAlemania es mudo sin embargo no siempre fue así. "Eres esa parte de mí que nunca supe que faltaba, como si mi corazón estuviera incompleto hasta que llegaste tú. Cada día que paso contigo me convence más de que estaba destinado a encontrarte, y aho...