El Primer, Único e Inigualable Brujo

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—¡400 daños a la vida de Sucy! —exclamó Akko en tono triunfante y con una gran sonrisa— ¡Gané, ya son nueve triunfos seguidos!

Sí, estaban jugando a las cartas. Aún estábamos sentados en el césped del campus. Sucy había estado jugando un rato con Akko, sin embargo, aún no parecía entender el juego... eso o Akko estaba haciendo trampa.

—¿Cómo puedes hacer algo que no está escrito en la carta? —se preguntó Sucy mientras agarraba la carta que Akko había usado para ganarle, viéndola con el ceño fruncido— no entiendo.

—Es que aún no entiendes las reglas —le dijo Akko mientras guardaba las cartas de nuevo en el álbum— es muy fácil, no sé cómo eres tan mala. —Finalmente guardó el álbum en su bolso.

—No llevas los libros para las clases, ¿pero sí llevas ese álbum con cartas? —pregunté.

—Tengo prioridades —contestó ella sencillamente.

Lotte rió ante nuestra interacción.

Los cuatro nos pusimos repentinamente alerta cuando escuchamos un fuerte ruido cerca de nosotros. Yo me levanté del suelo rápidamente y vi hacia atrás, una enorme raíz estaba emergiendo de la tierra, fue seguida por varias más, llenando gran parte del campus de estas extrañas raíces.

—¿Qué... es eso? —preguntó Lotte notablemente asustada, dando unos pasos hacia atrás.

—Raíces —dije viéndola de reojo— obvio, ¿no?

—¡No me refiero a eso! —me dijo ella rápidamente— estas raíces... ¿Por qué están aquí?

Sucy levantó su mano y señaló hacia un lugar.

—Miren —indicó.

Las raíces parecían formar un camino, iba hacia el gran invernadero de la academia, el cual era una majestuosa cúpula de cristal. Varias otras raíces rodeaban el invernadero, así que era obvio que de ahí venía el problema.

Nos dirigimos rápidamente hacia allá. Akko entró corriendo al invernadero, chocando de lleno contra una gigante raíz que salió de la tierra. El invernadero era bastante grande, lleno de plantas y vegetación. En el centro, había un gran árbol, el cual estaba totalmente marchito, sin ojas y el tronco estaba pálido en su totalidad.

—¿Estás bien? —le pregunté a Akko. La agarré y detuve su caída al suelo, debido al choque que tuvo con la gran raíz.

—Auch... —se quejó mientras se agarraba la nariz— ... Sí, estoy bien, gracias.

Ella se volvió a parar y vio la escena.

Notamos que en medio de todas esas raíces, frente al gran árbol marchito, estaba Diana, nuestra compañera de clases.

—¿Diana...? —pregunté inconscientemente al verla ahí.

—¿Qué haces aquí, Diana. Qué es todo esto? —preguntó Akko.

No recibió respuesta, la situación era bastante frenética y Diana estaba concentrada en las raíces.

—Miren eso —señaló Lotte.

Más raíces comenzaron a salir, pero estas tenían unos extraños capullos brillantes aderidos a las raíces, eran muchos, más de los que se podrían contar.

—¡¿Qué son esos?! —exclamó Akko mientras retrocedía junto a Lotte al ver los capullos.

—Parece que son pupas —dijo Lucy, acercándose a uno para observarlo de cerca.

—Unas muy extrañas —añadí—  brillan... No parecen ser de las pupas normales.

Diana reaccionó y sacó su varita, ella estaba notablemente asustada y conmocionada.