Par de changos

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—¡A pesar de lo que hicimos, tenemos que lavar la ropa! —exclamó Akko, enfadada.

Akko, Lotte, Sucy, Amanda, Constanze y Jasminka estaban en el cuarto de pila, lavando miles de prendas de ropa sucia a mano. Era su castigo por lo que hicieron ayer.

Yo solo ando viéndolas. O sea, ando de sapo en pocas palabras.

—¿"A pesar de lo que hicimos"? Lo dices como si hubieran hecho algo bueno —le dije a Akko.

—Mikey tiene un punto —dijo Lotte— nosotras fuimos las que rompimos las reglas y escapamos.

—Deberían dejar de influenciarse por Akko o Amanda. Ellas son pésimos ejemplos —dije.

—¡Oye! —exclamaron ambas a la vez.

Amanda empezó a restregar con fuerza la camisa que estaba lavando.

—Lo que a mí más me molesta es que Diana se lleve todo lo mejor al final —dijo— ¿Por qué tiene que ser tan presumida solo porque es buena en la magia? No hace falta tanta altanería.

—Por una vez estoy de acuerdo contigo —le dije.

—Creo que todos lo estamos —dijo Akko— ¡Cuando la supere, dejará de ser así!

—Disculpa, pero ese honor será mío. —Sonreí— ya quiero ver su rostro cuando por fin sea infinitamente mejor que ella en todo.

—¡Claro que no. No, no y no. Yo lo haré primero! —replicó Akko.

—Akko, recuerda que eres la más burra de esta escuela —le dijo Amanda— Mikey es de los mejores promedios, así que él tiene más probabilidades.

—¡LA MÁS BURRA ERES TÚ! —le gritó Akko.

Genial, otra vez se van a poner a pelear.

Par de changos. Les tendré que conseguir unas bananas para que se calmen.

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Capítulo todo corto y feo. Voy a publicar otro seguido.

El Primer, Único e Inigualable Brujo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora