Diana Cavendish se encontraba sola en el pasillo de la academia. Estaba frente a la vitrina donde ponían la foto de los ganadores de la carrera de relevos de cada año. Estaba viendo la foto donde salían Atsuko, Sucy y...
Michelangelo.
Apretó los dientes con frustración ¿Cómo era posible? Para ella, había sido injusto. Solo había ganado porque de alguna manera una escoba legendaria se paseaba por ahí y él, como es un desquiciado, decidió montarla y, por métodos que ella no lograba comprender para nada, logró controlarla y volar con la escoba. Aún así, Diana estuvo a punto de ganar, pero demostrando una vez más que Ambrosius no está bien de la cabeza, decidió en un último movimiento desesperado, tirarse de la escoba. Ella iba a ganar, pero él era un maldito loco que hizo cualquier cosa para vencerla. Pudo haber muerto ahí, pero no le importó, ni siquiera vio una pizca de vacilación en él antes de hacerlo.
Diana debió haber ganado, o al menos, eso pensaba ella.
—Fue una derrota inesperada, ¿no?
Se volteó para ver quién hablaba, era la profesora de astrología Úrsula Callistis.
—Sí, lo fue —dijo. Intentó que ni el tono de su voz ni su respuesta dieran indicios de su frustración actual.
—Me sorprendió mucho —siguió Úrsula.
—¿Qué hizo él? —preguntó Diana en un tono que intentó hacer sonar neutral.
—¿A qué te refieres?
—Lo que hizo él. Esos hechizos —insistió— ¿Cómo? No estaba usando una varita, y no conozco ningún hechizo capaz de hacer lo que Ambrosius hizo.
Úrsula guardó silencio por un momento.
—Él... él usó un hechizo de levitación para llegar hasta la escoba Shooting Star —respondió, aunque al principio hubo una leve vacilación en su tono— es una pena que la escoba se haya marchado a toda velocidad una vez que Mikey se lanzó de ella. Y claro que estaba usando una varita, no se pueden hacer hechizos sin una.
Diana se mordió la lengua. No quería seguir discutiendo.
—Tengo que irme, profesora —dijo Diana— hasta luego.
Se dio media vuelta y se marchó por el pasillo.
Diana lo había visto, quizá fuese la única que lo vio, pero ella estaba segura.
Michelangelo Ambrosius hizo algo que supuestamente es imposible y Úrsula, no, probablemente todas las profesoras, estaban intentando cubrir ese hecho, pero no engañarían a Diana Cavendish ¿Un brujo, el primero en el mundo? Sí, pero también había algo más en él.
Y ella descubriría que estaba sucediendo.
«Maldito castaño», pensó Diana, recordando a Mikey.
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El Primer, Único e Inigualable Brujo
FanfictionEs conocimiento común que las brujas son solo mujeres. No hay muchas en el mundo actualmente, pero son las únicas capaces de controlar la energía sobrenatural conocida como magia, o eso se creía hasta la llegada de un peculiar chico a Luna Nova, una...