El Primer, Único e Inigualable Brujo

Ya no tengo que huir más

—Fue una ceremonia sin precedentes —me decía la profesora que me estaba guiando a mi habitación.

Era la profesora Finnela, una mujer mayor de cabello naranja, y por lo que estaba viendo, bastante estricta.

Caminábamos por los pasillos de Luna Nova en dirección a mi habitación designada. Lo cierto es que esto parece de todo menos mágico. Es como un internado normal.

—Créame que no tengo dudas de eso —dije con una sonrisa, ella solo me dio una mirada de desaprobación.

—Solo te dejamos entrar a esta academia por una consideración especial de la directora —siguió hablando— no olvides su amabilidad.

Yo solo suspiré.

Finalmente llegamos a una puerta con el número 199 escrito en ella, arriba del número, había un listón rosa. Finnela tocó la puerta dos veces, esperó unos segundos y abrió la puerta.

—Esta es tu habitación, aquí vivirás por el resto de tu estancia en la academia —me indicó— saluda a tus... nuevas compañeras de cuarto —dijo, como si no estuviera de acuerdo con sus propias palabras.

Vi a tres chicas dentro, eran las mismas con las que casi muero en el bosque de Arcturus. Yo sonreí al ver esa tremenda coincidencia.

—En los próximos años que estarán en la academia, las guiaremos a las cuatro... Digo, los guiaremos a los cuatro. —Se corrigió a lo último— de una forma muy estricta y disciplinada, ¿entendieron?

Con eso dicho, cerró la puerta y se marchó.

—... Soy Michelangelo Ambrosius, su nuevo compañero de cuarto —me presenté— o Mikey, para los compas.

Ellas me vieron muy confundidas, yo ya me esperaba esa reacción. La única que se animó a responderme fue la chica castaña, la cual me devolvió la sonrisa.

—¡Soy Atsuko Kagari! Dime Akko —se presentó— ¿... Eres una bruja? —Hizo la pregunta que, obviamente, las tres tenían en mente.

—Un brujo —la corregí.

—Por eso había dos literas... Qué extraño, somos el único dormitorio con cuatro personas —dijo la pelirrosa con voz monótona— soy Sucy Manvabaran, por cierto —se presentó viéndome a los ojos.

—¿Cómo es que... eres un brujo? Solo existen brujas... no brujos... —dijo la pelirroja, la cual de inmediato se avergonzó— ¡Lo siento si te ofendí! Soy Lotte, Lotte Jansson —dijo rápidamente.

—No te preocupes, sé que es extraño —dije mientras entraba a la habitación.

Dejé mi mochila, mi único equipaje, encima de la mesita de noche, y tomé asiento en la silla frente a la mesita.

—Pero, pues, sí. Soy un brujo. El primer, único e inigualable brujo en la historia de la magia. —Sonreí.

Vaya, acabo de decir el nombre de la historia. Me siento estúpido. Querido lector, olvide lo que acabo de decir.

Las tres me miraron con incredulidad, pero especialmente Akko me veía de una forma diferente ¿Admiración? No estoy seguro.

—¡Eso es genial! —exclamó ella.

—Y raro —agregó Sucy.

Reí, divertido ante sus reacciones.

—Por cierto... tengo una pregunta —dije— ¿Qué rayos hacían en el bosque de Arcturus?

Las tres chicas se vieron entre sí. Al parecer, tenían una larga historia qué contar, y no era para menos.

Supongo que ya no tengo que huir más. Este es un lugar seguro, o al menos, eso quiero creer.

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Seré directo. Si es que está leyendo esto, muchas gracias a la única persona que votó en las anteriores dos partes de este fanfiction, así sé que por lo menos hay una persona a la que le gustó lo que escribí, y eso me alienta un poco a seguir escribiendo. Por otro lado, este capitulo me quedó bastante corto porque adapta los últimos minutos del primer capitulo del anime, aunque ya se vendrán capitulos más largos conforme avance la historia, ya que tengo pensado muchas cosas que me gustaría desarrollar. En fin, espero que te haya gustado lo que acabas de leer, sea quien seas.

Yo fui F Green, su escritor anónimo de confianza. Me lees en el próximo capitulo.