Interludio: un misterio

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Diana estaba en su habitación, sentada frente a su escritorio con una pequeña lámpara que iluminaba las páginas del libro que estaba leyendo. Se había llevado unos cuantos libros del archivo de Luna Nova para poder leerlos con más detenimiento.

Creía haber dado en el clavo ¿Personas que hacían magia sin varitas? Claro, como Michelangelo. Era obvio que él no lo admitiría, pero ella estaba segura de que lo había visto hacer magia sin necesidad de un varita. También encajaba lo que se decía sobre como estas personas podían abrir una Línea Ley a voluntad. Ambrosius había llegado a la academia a través de una Línea Ley que pareció haber salido de la nada, pero ahora tenía sentido.

Él la había abierto.

Diana no estaba errada en su suposición sobre que Mikey era un Brujo Arcano, pero se equivocaba en el último punto.

Siguió pasando páginas del libro hasta que llegó a una parte en concreto que llamó su atención.

"Se dice que las Nueve Grandes Brujas guardaron el Gran Triskellion en el bosque de Arcturus hace muchos años. Para poder abrirlo, se necesitan siete palabras y una varita con siete estrellas".

El resto de las páginas estaban rotas, así que no se podía leer bien lo que decían.

Una varita con siete estrellas. Eso la hizo acordarse de... Atsuko, la amiga de Michelangelo. Siempre los veía juntos, pero Diana estaba muy concentrada en su rival más que en otra cosa como para fijarse en esa chica, sin embargo, ahora que se ponía pensar, esa varita blanca que Akko siempre cargaba consigo se asemejaba a aquella descripción. La varita tenía siete pequeñas figuras con forma de estrella repartidas por toda su estructura.

Diana cerró el libro y suspiró.

En el caso de que realmente Michelangelo fuera un Brujo Arcano, había otras cosas más que no parecían tener respuesta ¿Cómo era posible que fuese uno si se supone que se extinguieron hace años, y por qué lo oculta? ¿Existen más?

Era todo un misterio.

Y mientras las alumnas y profesoras de Luna Nova se encontraban descansando por la noche, un plan siniestro se formaba en la penumbra.

-Será el día del festival de Samhain -anunció un hombre vestido con una túnica color negro.

La mujer sentada frente al escritorio, la cual se encontraba trabajando en lo que parecía ser un extraño aparato tecnológico, se volteó para ver al hombre.

-¿Ya lograron descubrir cómo abrir una Línea Ley? -preguntó ella.

El hombre asintió.

-Ya hemos logrado replicar al 100% el poder que tenían nuestros ancestros -contestó- todo gracias a Cysgod.

Ambos estaban en una habitación iluminada por unas lámparas que desprendían una luz azulada, la cual no iluminaba del todo el lugar. Tampoco había ventanas, y de la puerta abierta no provenía ninguna luz del exterior.

-¿Estás seguro de que podrán atrapar al chico? No han podido lograrlo durante todo este tiempo, y ahora que está protegido por las profesoras de Luna Nova, será aún más difícil -le dijo la mujer.

-Ya no podrá hacer nada contra el nuevo poder que hemos adquirido, mucho menos una bruja ordinaria.

Nadie lo sospechaba, nadie podría prevenirlo. Sería una emboscada que tomaría con la guardia baja a todos.

Y lo peor es que en el momento del ataque, nadie sabría contra qué estarían peleando.

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Ya casi se arma el despiche.

Yo fui F Green, su escritor anónimo de confianza. Me lees en el próximo capitulo.

El Primer, Único e Inigualable Brujo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora