Un desastre inminente

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—¡No puedo creer que todos piensen que Diana va a ser la ganadora, acaso no saben que yo también PUEDO GANAR! —exclamó Akko.

Desde que habíamos vuelto de la ciudad, ella no había parado de quejarse y hablar de eso. Ahora mismo estábamos en un pasillo de Luna Nova, caminando hacia ningún lugar específico, solos los dos.

—¡ME TENÉS COMO LOCO! —exclamé— ¡A mí Diana también me cae mal, pero no es para tanto!

—¡Pero...! —intentó decir algo, pero fue interrumpida.

—Señorita Kagari, señor Ambrosius.

Ambos nos giramos para ver quién nos había llamado. Era la profesora Úrsula, se acercaba a nosotros con una sonrisa amable.

—¿Pasa algo, profesora Úrsula? —preguntó Akko.

—Me dijeron que no te fue muy bien en la clase de vuelo mágico —dijo la profesora— por eso, te traje esto. Toma, quizá te ayude. —Le entregó un libro a ella.

—"Mi primera escoba" —leí la portada del libro.

Era de tapa dura, muy colorido y con un dibujo de una bebé volando en una escoba. Parecía un libro de cuento infantil.

—Es un libro para principiantes —dijo Úrsula— tiene todos los fundamentos para volar una escoba y-

—¡Sé que con esto lo lograré! —exclamó repentinamente Akko, interrumpiendo a Úrsula— ¡Muchas gracias, profesora!

Ella se echó a correr por los pasillos, dejándonos a mí y a Úrsula plantados, viéndola alejarse.

En serio, aún no me acostumbro a las excentricidades de esta chica.

Vi a Úrsula, tenía una expresión anonadada mientras veía hacia el frente.

—¿Ella... ella siempre es así? —me preguntó finalmente, saliendo de su impresión.

—Lamentablemente sí... —contesté.

—Veo que es difícil tratar con ella —dijo en tono comprensivo— pero también he visto que siempre la defiendes.

¿Qué, cómo ella sabía, acaso nos ha estado espiando por toda la academia? Es... espeluznante, cuánto menos.

—Supongo que tengo una cierta debilidad por ella —dije en respuesta a lo que había dicho Úrsula— no sabría cómo explicarlo... supongo qué lo que siento es más lástima que otra cosa. Ella es tan... —Hice una pausa para buscar las palabras— inocente, y su entusiasmo es... ¿tierno? al menos hasta cierto punto.

Úrsula esbozó una leve sonrisa ante mis palabras.

—Ella también causa un efecto similar en mí —confesó— nunca había visto una alumna con tanto entusiasmo por aprender magia en mucho tiempo. —Ella se volvió hacia mí con una sonrisa— también esperaba eso de ti. Sinceramente, eres todo lo contrario a lo que me esperaba.

—¿Ah, sí? —dije sin mucho cuidado.

Asintió.

—Sobre todo, esperaba que estuvieras muy perdido, igual que Akko, o incluso más, ya que... bueno, eres un caso aislado, uno muy raro y... pues, eso... —Ella se sonrojó levemente, yo contuve una pequeña risa al verla avergonzarse.

—Tranquila, no es algo que me ofenda —dije encogiéndome de hombros.

Me pregunto si todas las profesoras de aquí sabían sobre mí, de donde venía exactamente y sobre mis... problemas con ciertas personas. No, lo dudo. Estoy seguro que la mayoría de profesoras estaban en contra de mi admisión, Miranda debió convencerlas de algún modo, pero no creo que haya podido hacerlo si supieran que soy un imán andante...

Para un desastre inminente.

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A veces me compadezco de mi protagonista. Si yo tuviera que vivir con Akko o Sucy, ya me habría tirado de un puente.
Lo que sea. Espero que te haya gustado lo que acabas de leer, sea quien seas.

Yo fui F Green, su escritor anónimo de confianza. Me lees en el próximo capítulo.

El Primer, Único e Inigualable Brujo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora