—Quizá sea solo una corazonada, pero creo que Akko es una idiota —dijo Sucy.
—Pienso lo mismo —concordé con ella.
Ambos chocamos puños.
Después de despedirme de la profesora Úrsula, fui a buscar a Lotte y Sucy. Los tres estábamos sentados en una banca de madera en el patio de la academia.
Akko estaba intentando volar en escoba, la habíamos encontrado aquí y nos quedamos para ver si de casualidad lograba su cometido, pero sus métodos eran... ¿Cómo llamarlo, poco ortodoxos?
Literalmente estaba de rodillas suplicándole a la escoba que volara.
—¡Mikey, Sucy! —dijo en voz alta con tono de enfado— ¡No ganaremos la carrera si ambos piensan así!
—No me interesa participar —dijo Sucy encogiéndose de hombros.
Akko se acercó con rapidez hacia Sucy y puso un papel en su cara, a saber de dónde lo ha sacado. Ladee la cabeza para leer lo que decía, era la inscripción para la carrera de relevos ¿Cuándo lo había hecho? Bueno, no me quejo. Pensaba participar en la carrera de todos modos.
En la hoja de inscripción también estaba el nombre de Akko y de Sucy. Era claro que Sucy no estaba al tanto de eso, lo que me lleva a preguntarme si eso estaría permitido en primer lugar, o sea, lo de inscribir a otras alumnas a distintas actividades sin su consentimiento.
—¡¿Akko, cuándo hiciste eso?! —exclamó Lotte— no está bien inscribir a nadie a una carrera sin su consentimiento.
—No importa, me quedaré sin hacer nada y dejaré que me ganen —respondió Sucy sin darle mucha importancia.
—Si ganamos, nos darán un premio de la maestra Lukic —dijo Akko, agitando la hoja de inscripción en la cara de Sucy— eso sí te interesa, ¿no?
Sucy sonrió, de una forma bastante siniestra a mi parecer, cuando escuchó lo que Akko dijo.
—Me preguntó qué será ese premio... —dijo Lotte.
—Tú tuviste suerte —le dijo Akko a Lotte— si Mikey no hubiera dicho que quería participar, te hubiera inscrito a ti.
—¿O sea, que a mí no me hubieras tomado en cuenta? —pregunté.
—Lotte tiene más experiencia volando en escoba que tú —me contestó, aunque al final hubo una leve vacilación en su tono— ¿no es así? —dudó al final.
Es cierto, aunque ella me está subestimando. Yo aprendo muy rápido.
Muy, muy rápido.
—De seguro que el premio de la maestra Lukic es algo realmente genial —dijo Lucy, interrumpiendo mis pensamientos. Aún seguía con esa siniestra sonrisa— debemos de ganar ese premio.
—Claro, suena fácil decirlo —dije, volviendo mi vista hacia Akko— pero resulta difícil hacerlo cuando una de las integrantes del equipo no sabe volar en escoba.
—Es cierto —confirmó Lotte.
—¡Lograré volar en escoba antes de la carrera! —exclamó Akko con decisión.
Sí, eso espero, aunque no puedo confiar en esas palabras cuando parece que esta chica no tiene ni una pizca de talento para nada que tenga que ver con la magia.
Aunque, quizá solo le haga falta un poco de entrenamiento...
—Sucy, Mikey —nos llamó Lotte— ¿No creen que esto es muy extremo?
—¡¿POR QUÉ ME TRAJERON AQUÍ?! —gritó Akko.
Estábamos en la cima de la torre donde se encontraba la Piedra Filosofal, habíamos llegado hasta allí volando en escoba. Atamos una soga al torso de Akko y el otro extremo de la soga lo mantuvimos firme en el suelo gracias a un hechizo inmovilizador de Sucy.
—Si queremos ganar la carrera, primero tienes que aprender a volar en escoba —respondió Sucy, acercándose a ella— y qué mejor manera de aprender que la práctica.
Yo me acerqué y le di la escoba a Akko.
—Confiamos en ti —le dije y la empujé hacia el vacío.
Cayó desde lo alto de la torre, pero la soga impidió que tocara el suelo. Gritó, gritó y gritó, pero no logró volar en escoba.
—No parece que funcione... —dijo Lotte, asomada en el borde del tejado de la torre, viendo a Akko colgada de la soga.
—Aún tenemos más opciones —contestó Sucy.
Y sí que las teníamos.
Intentamos lo mismo de la soga, pero en vez de ser desde la torre, fue desde una escoba en movimiento, también la arrastramos con la escoba, inclusive intentamos lanzándola con un cañón. No pregunten de dónde sacamos un maldito cañón. Volviendo al tema, nada parecía funcionar, nada. Akko seguía sin poder volar.
—No parece estar funcionando —dije lo obvio.
Akko estaba tirada en el césped del campus, con los ojos cerrados.
—Hay que comprobarlo —dijo Sucy.
Ella se acercó hacia Akko con escoba en mano, la levantó e hizo que agarrase la escoba.
—Anda, vuela —le indicó.
Akko, agotada por todo lo que la hicimos hacer con anterioridad, se montó en la escoba.
—No estoy muy segura, pero espero que esta vez pueda hacerlo. —Akko se montó en la escoba— ¡Tia Freyre!
Lotte, Sucy y yo nos quedamos viéndola por unos segundos, esperanzados, pero no pasó nada.
Akko, frustrada, agarró la escoba, la estampó contra el suelo y-
—¡JAJAJAJA!
De alguna manera hizo rebotar la escoba y chocó de lleno contra su rostro, haciéndola caer al suelo de espaldas por el golpe. Sí, no pude contener la risa, Lotte y Sucy tampoco, aunque Lotte fue más discreta que Sucy y yo.
—Deberemos de... —comenzó a decir Sucy, recuperándose de la carcajada— deberemos de buscar otros métodos.
Vaya entrenamiento... no dio ni un solo resultado. Pero aún quedaba algo de tiempo hasta que inicie la carrera de relevos, así que aún no nos íbamos a dar por vencidos en hacer que Akko volara una escoba.
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Me pregunto si habrá alguien que se haya leído completos todos los capítulos de esta carta de odio a la literatura...
Espero que te haya gustado lo que acabas de leer, sea quien seas.Yo fui F Green, su escritor anónimo de confianza. Me lees en el próximo capítulo.
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El Primer, Único e Inigualable Brujo
FanfictionEs conocimiento común que las brujas son solo mujeres. No hay muchas en el mundo actualmente, pero son las únicas capaces de controlar la energía sobrenatural conocida como magia, o eso se creía hasta la llegada de un peculiar chico a Luna Nova, una...