Estaba en la habitación junto a Akko, observándola, aquí es donde ustedes se preguntan: ¿acaso no tengo una mejor cosa qué hacer? La respuesta es...
No.
Y eso es mucho decir.
Lotte y Sucy se fueron, no sé a dónde, pero no están en la habitación, así que no me quedó de otra que quedarme con ella, aunque sinceramente ahora mismo estoy considerando que hubiera sido mejor irme a cualquier otro lugar.
—¡Regresa al estante, te dije que regresarás! —decía Akko una y otra vez, agitando la vara brillante contra una pila de libros que estaban en la mesita de noche.
Yo estaba sentado en mi cama, solo viéndola. Había estado intentando hacer un hechizo desde hacía un buen rato, aunque obviamente sin éxito.
—Akko, ya para —le dije— no va a funcionar.
—¡No funcionará si sigues con esos ánimos! —replicó volviendo a verme.
Di un suspiro cansado y me levanté para empezar a acomodar yo mismo los libros en las estanterías correspondientes, Akko me dijo que no lo hiciera y comenzó a hablar sobre como ella lo haría con un hechizo y que estaba a punto de lograrlo. Me entró por un oído y me salió por el otro, escucharla quejarse detrás de mí era como escuchar una tenue voz a lo lejos casi imperceptible debido a que me estaba concentrando demasiado en ignorarla.
—Hola, buenos días.
Escuché una voz. Me di la vuelta y en la puerta estaba parada una profesora, de cabello azul, largo, lacio y con gafas. Llevaba consigo un par de escobas.
—Hola... ¿Es usted una profesora, verdad? —preguntó Akko, ella la volvió a ver con curiosidad.
—Así es —le respondió la profesora— Soy Úrsula, la profesora de astrología mágica.
Yo terminé de acomodar los libros en las estanterías y caminé hacia la profesora para vernos cara a cara.
—¿Se le ofrece algo? —le pregunté
—Ah, sí —dijo Úrsula de inmediato— la academia me pidió que fuese la orientadora de ambos —explicó— si tienen alguna pregunta o necesitan ayuda, no duden en consultarlo conmigo. Ustedes son los primeros estudiantes que no vienen de una familia de brujas, y usted señor Ambrosius, es el primer alumno varón en la academia, así que pensamos que necesitaban orientación ya que todo este mundo es nuevo para ustedes. —Nos dio una sonrisa amable.
—Muchas gracias. —Le devolví la sonrisa— y llámeme Mikey.
Ella asintió con su cabeza aceptando mi petición. Úrsula extendió su mano con la que agarraba las dos escobas que llevaba consigo.
—Tengan —dijo— estas son las escobas que entrega la academia para-
Akko le arrebato una de las escobas rápidamente y la abrazó, de inmediato dejando de prestarle mínima atención a la profesora. A Úrsula esto la dejó un poco atónita.
—Discúlpela —le dije, viendo la reacción de la profesora— ella es así. Es muy... imperativa.
—No te preocupes —dijo Úrsula, dándome una mirada con una cálida sonrisa.
Yo agarré la escoba con la que ella había quedado y la coloqué a un lado de mi cama. Era la típica escoba de bruja que ya conocen, lo único que la distinguía era que las cerdas estaban atadas a la escoba con un listón rosa al igual que el que usábamos en nuestro uniforme. Creo que dependiendo del dormitorio en el que estás, el listón es de diferente color.
Mientras Úrsula veía a Akko, la cual aún seguía abrazando la escoba, vi como su vista se clavaba en la vara brillante, Akko la había dejado sobre mi cama mientras yo ordenaba los libros.
—¿Qué es eso? —preguntó la profesora apuntando a la varita.
Eso de inmediato llamó la atención de Akko.
—¡Es la Vara Brillante de la mismísima Shiny Chariot! —le contestó mientras agarraba la susodicha varita mágica y la extendía hacia Úrsula, para que pudiera verla mejor— ¿La conoce, conoce a Shiny Chariot?
—Algo así... —respondió Úrsula, noté cierta inseguridad en su respuesta. Lo más probable era que no tenía ni idea de lo que hablaba Akko.
—Lotte me dijo que debía avisarle a una profesora si encontraba algo como esto —Akko siguió hablando— pero solo podré conocer a Chariot si tengo esta varita en mi poder, y cuando lo haga, ¡me aseguraré de devolvérsela!
Akko habló tan rápido que Úrsula se tomó su tiempo para analizar lo que le había dicho y finalmente dar una respuesta.
—Si esa varita mágica apareció frente a ti en el bosque como tú dices, debería quedártela —le respondió Úrsula— estoy segura de que-
—¡¿Puedo escribir mi nombre en la escoba, maestra Úrsula?! —interrumpió Akko, la cual admiraba su escoba con ojos brillantes. No había estado prestando atención a lo que le decía la profesora.
Yo y Úrsula intercambiamos miradas.
—Ya me tengo que marchar —dijo la profesora— espero que les vaya bien a ambos.
Úrsula caminó a la puerta y antes de salir me dio una sonrisa mientras se despedía con la mano, yo le devolví el gesto. Finalmente cerró la puerta y nos dejó a nosotros dos solos, de nuevo.
¿De verdad Miranda consideraba que yo necesitaba una "orientadora"? De Akko lo podría entender, pero creo que yo no lo necesito... Soné bastante altanero, qué asco me di.
Lo más probable es que esto será para guardar las apariencias. Después de todo, en esta academia, solo Miranda sabe realmente lo que guardo, de todas formas, no es algo que me moleste. Ahora que lo pienso, la profesora Úrsula es la única profesora joven que he visto hasta ahora, todas las demás son ancianas ¿Por qué será? Quién sabe.
En fin, supongo que así será... Úrsula, mi nueva orientadora.
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Este capitulo me quedó demasiado corto, así que voy a publicar otro seguido ¿Por qué no publicar todo lo que tengo listo de un solo manazo? Porque eso le quita lo divertido, o qué sé yo. En fin, espero que te haya gustado lo que acabas de leer, sea quien seas.
Yo fui F Green, su escritor anónimo de confianza. Me lees en el próximo capítulo.
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El Primer, Único e Inigualable Brujo
FanfictionEs conocimiento común que las brujas son solo mujeres. No hay muchas en el mundo actualmente, pero son las únicas capaces de controlar la energía sobrenatural conocida como magia, o eso se creía hasta la llegada de un peculiar chico a Luna Nova, una...