Malos recuerdos

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—¿Qué pasó? —Escuché la voz de Akko— ¡¿DÓNDE ESTÁ MI VARA BRILLANTE?!

Estaba tumbado en el suelo, sobre la hierba, a un lado de Andrew, y Akko estaba sentada encima de él.

—Lamento molestarte si estás ocupada gritando, pero... —dijo Andrew con dificultad, debido al peso de Akko sobre él— ¿podrías quitarte de encima de mí?

Akko se apartó de él con un respingo.

Me llevé la mano al pecho, aún tenía la camisa rasgada y llena de sangre, pero mi herida ya no estaba.

¿Qué había pasado? O más bien, ¿quién nos había ayudado?

Me levanté del suelo y me senté, logrando ver frente a mí un gran arco hecho de ramas de un verde vivo, entrelazadas entre sí, dando forma a la estructura. Solo para aclarar, no me refiero al arco que es un arma, sino al arco que hay en las obras de arquitectura.

No sabría cómo describir bien lo que había dentro del arco. Desde afuera, se veía como si fuera un portal a otro mundo. Lograba ver una escalera con muchos peldaños, que subían y subían, perdiéndose en una inmensa oscuridad.

Akko se puso frente al arco y sin dudarlo ni un momento, empezó a subir por las escaleras.

Me paré de repente, pero antes de seguirla, me voltee para ver a Andrew.

—Espéranos aquí —le dije.

Andrew solo asintió.

Me di media vuelta y caminé hacia el arco, pero antes de empezar a subir por la escalera, escuché la voz de Andrew.

—... Tu herida —me dijo— ya no está... ¿Qué fue lo que pasó?

—Ni yo sé —respondí sin voltearme— supongo que un hechicero lo hizo. —Puse un pie sobre el primer escalón.

Empecé a subir y apresuré mi paso para alcanzar a Akko, la cual podía ver a lo lejos.

—Akko —le dije una vez que la alcancé— ¿Se puede saber por qué viniste hasta aquí?

—La Fuente de Polaris da la magia de las estrellas a una bruja que posea un brillo oculto —me respondió.

—¿Y... crees que tú eres una bruja con un "brillo oculto"?

—Sí...

Seguimos caminando por lo que parecía ser una interminable escalera, ya que no podía ver ningún final, solo más oscuridad, igual a la que nos rodeaba. Fue así por un largo rato hasta que llegamos, por fin, al final de la escalera.

Caminamos por la gran plataforma circular a la que nos había llevado la escalera. Era de color gris, y en el centro había una estructura blanca sólida, con forma de reloj de arena. En la punta de esta misma, había una esfera de un líquido brillante y de color celeste, que flotaba de manera antinatural.

Todo esto es demasiado subrealista, pero... si la magia existe, tampoco me sorprende mucho que existan estas cosas, así que no es difícil aceptar que ahora mismo estoy en lo que parece ser otra dimensión frente a una fuente mágica que otorga poderes.

Yo y Akko nos acercamos a la estructura, que supuse era la dichosa Fuente de Polaris.

—Esta debe ser la Fuente de Polaris —dijo Akko, viendo fijamente la esfera de líquido celeste.

Ella cerró los ojos y agachó levemente la cabeza.

—Por favor, Fuente de Polaris, concédeme el poder mágico de las grandes estrellas —dijo ella, manteniendo los ojos cerrados— ¿... Puedes? —vaciló.

El Primer, Único e Inigualable Brujo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora