Secretos

13 3 0
                                    

Subí hasta la cima de la torre de Luna Nova, donde se encuentra la Piedra Filosofal. Ahí, acostada en el suelo y a un lado de la inmensa roca que brillaba en tonos verdes azulados, estaba Akko.

Había subido hasta ahí a pie, por las escaleras.

—Akko, ¿qué diablos haces aquí? —le pregunté mientras descendía en mi escoba.

—¿Mikey? ¿Cómo supiste que estaba aquí? —Ella se levantó y se sentó en el suelo.

—Te vi desde lejos, por una ventana. —Dejé la escoba a un lado y me senté a la par de ella— ya está anocheciendo. Es muy tarde para que estés aquí sola.

Ella no me respondió, solo se mantuvo cabizbaja.

—Veo que ambos están aquí.

Los dos nos volteamos hacia atrás para ver de donde venía esa voz. Era Úrsula, la cual caminaba hacia nosotros, con su escoba en mano.

¿En qué momento vino? Ni siquiera la escuché.

—Akko, ¿es cierto que dijiste frente a todos que serás la Bruja Iluminada por la Luna? —preguntó Úrsula.

—Sí, pero fue un impulso... —respondió con expresión triste— algo del momento. Lo dije a pesar de que sé que no tengo posibilidad. Detesto admitirlo pero... tienen razón. Todas las demás son mejores que yo.

—Tienes muchos defectos... como todo ser humano —dijo Úrsula— pero puedes mejorar, siempre se puede. —Ella se agachó para estar a la altura de Akko y puso su mano en su hombro— imagino que incluso Shiny Chariot tuvo errores, y se entristeció igual que tú.

—Me pregunto... qué haría Shiny Chariot...

—"Nunca te compares con nadie. Siempre habrá cosas que solo tú puedas hacer". Es algo que diría Chariot.

Úrsula tomó la Vara Brillante de Akko, la cual había dejado en el suelo. La vio por unos segundos y después se la entregó a ella.

—Cuídala mucho, por favor.

—Sí, lo haré —le contestó con un tono más animado.

Algo en todo esto me pareció... ¿extraño, podría decirse? Miré a Úrsula a los ojos. Eran rojos brillantes.

Ella pasó caminando a mi lado, y justo en ese momento, hablé en voz baja.

—¿Quién es usted, profesora?

—Todos tenemos secretos, Mikey —me contestó igual en un susurro— tú lo has de saber mejor que nadie.

Con escoba en mano, se lanzó al vacío sin pensarlo. No pasó ni un minuto cuando la vimos volando en su escoba, dirigiéndose hacia las instalaciones principales de Luna Nova.

—Vámonos —dije mientras agarraba mi escoba— ya es tarde, tenemos que volver a nuestro dormitorio.

Akko se quedó viendo fijamente la Vara Brillante, la cual tenía en sus manos.

—Llegaré luego. Tengo que hacer algo antes.

—Está bien. —Le sonreí— no tardes mucho.

___________________________________________

Se vienen otros dos capítulos seguidos.

Yo fui F Green, su escritor anónimo de confianza. Me lees en el próximo capitulo.

El Primer, Único e Inigualable Brujo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora