El Primer, Único e Inigualable Brujo

Amistad

Fuimos a un lugar alejado del campus, donde pudimos estar a solas. Nos encontrábamos sentados en el césped. Akko estaba cabizbaja, notablemente afectada por lo que ocurrió con anterioridad.

—Han pasado diez años desde que Chariot desapareció... —dijo ella con voz triste— me preguntó dónde estará ahora y qué estará haciendo.

Ella tenía un álbum apoyado en sus piernas, lleno de cartas referentes a Shiny Chariot. Veía cada carta con expresión triste.

—Akko, no seas tonta —le dije, ella volteó su mirada hacia mí— ¿De verdad te afecta lo que sea que haya dicho aquella rubia estúpida? Es tu maldito sueño, tus gustos, tus pasiones. A quién carajos le importa. Es tu vida, y si admiras lo que Chariot hizo y quieres ser como ella, adelante.

Ella sonrió levemente ante mis palabras.

—No deberías dejarte amedrentar por lo que alguien te diga —añadió Sucy.

Lotte se acercó a ella y vio el álbum de cartas que Akko tenía en sus piernas.

—Oye, debió ser difícil coleccionar todas esas cartas —le dijo intentando animarla.

Akko sonrió.

—Sí... Cuando era una niña, Chariot era muy popular —le contestó— todos coleccionaban sus cartas. —Ella pasó página, mostrando un lugar vacío en el álbum, ella puso su mano sobre ese lugar vacío— nunca pude conseguir la carta más rara, a pesar de que lo deseaba mucho.

Sucy y yo nos acercamos a ella, vimos el álbum y las cartas. Tenían ilustraciones muy variadas y cada una tenía una breve descripción.

—"Este hongo trae devuelta el corazón del romance" —leyó Sucy la descripción de una carta.

—"Unicornio un-" —leí, iba a continuar pero Akko me interrumpió.

—"Un animal sagrado y eterno que protege el corazón de las jóvenes" —dijo.

—¿Te lo memorizaste? —le pregunté sorprendido.

—Sí, lo memoricé —respondió con una sonrisa— lo recuerdo todo, por supuesto, aunque no estoy segura de algunas pronunciaciones o de como se escribe.

Mientras hablábamos, Lotte recorrió su vista por todas las cartas, hasta detenerse en una que llamó su atención.

—Esa de ahí, la conozco... Es una mariposa mágica —dijo, poniendo su dedo índice sobre la carta— Papiliodia.

—"Una mariposa que vuela por los cinco continentes. Eclosiona una vez cada 120 años y se dice que da esperanzas a quien la ve" —Akko recitó la descripción de la carta, también se la sabía de memoria.

—Vaya friki... —susurré para mí mismo.

—¿Qué dijiste? —me preguntó Akko, curiosa.

—Nada, nada —le respondí rápidamente con una sonrisa nerviosa.

Después de un momento, vi a Akko, la cual estaba sonriendo nostálgicamente mientras veía aquel álbum, al parecer, estaba recordando buenos tiempos.

Puede que ella sea una tonta, imperativa e impulsiva, pero creo que nos vamos a llevar bien.

Miré hacia el cielo y suspiré.

Amigas... Amistad.

¿Por fin podré conocer lo que es el afecto con estas tres peculiares chicas...?

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Lo sé, pinche capitulo corto. Es lo que hay.
Por otro lado, ¡ya son dos personas que votan por las cinco partes anteriores de este fanfic mal hecho! Muchas gracias a esos dos desconocidos, aunque parezca poco, me alienta el hecho de saber que hay personas a las que les gusta lo que escribo, ya que, según yo, escribo pura basura. En mi mente, este fanfic es algo así como una carta de odio a la literatura, pero por algo se empieza, ¿no? Ni Brandon Sanderson, Patrick Rothfuss o J.K. Rowling nacieron siendo quienes son ahora. En fin, estoy divagando.
Espero que te haya gustado lo que acabas de leer, sea quien seas.

Yo fui F Green, su escritor anónimo de confianza. Me lees en el próximo capítulo.

P.D.: ¿Me recomiendan comprarme estos tenis?