01.

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RINA
|PUERTO RICO|

Estábamos en el set preparando las cámaras para un nuevo trabajo. Nos habían contratado para tomar unas fotos de quince años. No era el tipo de trabajo al que estábamos acostumbrados, pero siempre hay una primera vez para todo, ¿verdad?

—Riri, ayúdame a ajustar el lente mientras busco algo—, me dice mi amigo. Yo ruedo los ojos.

—Todo tengo que hacerlo yo—, me quejo.

—No mames, Rina, llevas sentada ahí desde que llegaste—, se queja el castaño, y yo le saco la lengua.

Me acerco a la cámara y ajusto el lente, comprobando que todo esté en su lugar y que la configuración sea la adecuada. Cuando termino, mi compañero acaba de colocar el fondo blanco, listo para la sesión.

Esta mañana me habían contactado para hacer unas fotografías a una cantante. Lo único que sabía hasta ahora era que el trabajo sería en Puerto Rico, y la verdad es que estaba un poco nerviosa.

—¿En qué piensas?— me pregunta mi compañero al verme distraída.

—Me contactaron para una sesión, pero es en Puerto Rico—. Él me mira con más interés—. Añasco— añado al final.

—¿Volver a Puerto Rico? ¿No era ese tu sueño? Ponte feliz—, dice mi mejor amigo mientras acomoda la otra cámara.

—Lo sé, pero Añasco me trae muchos recuerdos del pasado—, respondo.

—Bueno, Riri, tienes que dejar ir a esa chica. Han pasado 8 años y no han vuelto a tener comunicación.

—No me lo recuerdes. Solo no pensé que volvería después de tanto tiempo—. Me acuesto en el suelo, cansada.

Llegué a Puerto Rico cuando tenía 9 años; fue casi como mi primera tierra, sin olvidar mi bella Venezuela. Uno de los mejores momentos fue conocer a Victoria, quien fue mi mejor amiga hasta mis 13 años, cuando nos hicimos novias. Pero llegó un momento en que nos alejamos y terminé en Nueva York.

—Tienes que seguir adelante, Riri. Quizás ella ya ha hecho su vida y tú sigues aferrada al pasado. Mejor cuéntame cómo te va con Clara—. Suelto una risa al recordarla.

—Ya te dije que no me gusta Clara, es una buena compañera de trabajo—, respondo cuando escucho unos pasos entrando al estudio.

Me levanto con rapidez y le doy un sorbo a mi café. Nos presentamos a la madre de la futura cumpleañera y me acomodo para empezar a tomar algunas fotos. La madre se va al baño con su hija para ayudarla con el vestido que usarán para las siguientes tomas.

—¿Y quién es la cantante?— me pregunta mi amigo. Yo me encojo de hombros.

—Un tal Young Miko. La verdad no la conozco, aunque el nombre me resulta familiar—, digo con poco interés.

—¡No me jodas! ¡Qué suerte la tuya!— exclama el castaño. Lo miro raro.

—Y no es "él", es "ella"— aclara.

—Bueno, solo he escuchado a algunas personas mencionarla—, digo mientras me siento a su lado, esperando a que la madre y la hija vuelvan. — A ver, muéstramela.

Mi compañero saca su teléfono y empieza a buscar a la cantante en Instagram. Cuando veo la primera foto, me quedo paralizada.

No puede ser ella. No puede ser ella. No puede ser ella.

—¿Y sabes qué es lo mejor? Que tiene una canción llamada como tú, Riri—, dice, mientras le quito el teléfono de las manos. Se queja mientras cada foto que miro confirma que es ella. No había duda, conocía esos ojos que siempre me volvieron loca.

THE STORY OF US (YOUNG MIKO) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora