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RINA
|WITCH|

Estaba en medio de mil cosas importantes, corriendo de un lado a otro, cuando mi teléfono empezó a sonar. Lo saqué del bolsillo sin mirar la pantalla, pensando que era Bridget o Josh preguntándome cualquier tontería. Pero cuando vi el nombre de "Vicky 💗" en la pantalla, me detuve por un segundo, sonriendo.

—Aló—, respondí con una mezcla de cansancio y alegría.

—Hola, baby—, la voz de Victoria sonaba suave, pero con ese tono juguetón que siempre lograba arrancarme una sonrisa—. Te extraño.

Rodé los ojos, aunque por dentro me derretía un poquito. Hacía solo unos días que no nos veíamos, pero Victoria tenía esta manera de hacer que pareciera mucho más.

—Ay, chica, ¿y quién te dijo que yo no te extraño también?—. Respondí, mientras seguía revisando algunos papeles que tenía entre manos.

—Pero quiero verte ya, baby...—, se quejó, haciendo un puchero que pude imaginar perfectamente en mi mente—. No sé cómo voy a aguantar más días sin ti.

Me detuve un momento, sonriendo. Victoria siempre era así, tan impaciente.

—Aguántate unos días más, que en nada estarás en New York para el concierto—, le dije en un tono tranquilo, tratando de mantener la compostura, pero sintiendo las mariposas revolotear en mi estómago solo de pensar en verla.

—Pero...—, empezó a decir con un tono lastimero, y supe perfectamente qué estaba haciendo al otro lado de la línea.

Me reí.

—No hagas pucheros, Vicky—, le advertí, sabiendo que probablemente tenía los labios fruncidos y los ojos grandes.

—¿Witch, cómo sabes que estoy haciendo pucheros?—, preguntó sorprendida, aunque con una pequeña risita.

—Te conozco demasiado bien—, le respondí, sintiéndome tan conectada a ella a pesar de la distancia—. Ya me imagino tu cara.

Ella soltó una pequeña carcajada.

—Te juro que a veces pienso que me espías—, dijo, su voz cargada de cariño.

Suspiré, sentándome en una de las sillas cercanas. La echaba de menos también, pero sabía que en unos días todo estaría bien, que la vería y todo ese tiempo de espera valdría la pena.

—Solo unos días más, Vicky—, murmuré—. Y entonces, te prometo que no te me despegas.

—Eso espero—, dijo con un tono más suave—. No quiero tener que volver a estar lejos de ti por tanto tiempo.

Me mordí el labio, conteniendo un suspiro.

—Yo tampoco...

—Ya lo verás—, le dije con una sonrisa en la voz—. Solo aguanta, ¿sí?

—Está bien...—, suspiró, pero pude sentir cómo me sonreía al otro lado del teléfono—. Te amo, Rina.

—Yo también te amo, Vicky—, respondí, sintiendo un calor en el pecho que siempre me dejaba su voz.

Escuché un suspiro más de su parte antes de que cortara la llamada. Me quedé un momento con el teléfono en la mano, mirando la pantalla, sonriendo como una tonta. Pero tenía que seguir con mi día.

Guardé el teléfono en mi bolsillo y me levanté rápidamente, caminando hacia el lugar donde había quedado de verme con Josh. Seguro que ya estaría esperando en la puerta con alguna tontería en mente.

Cuando llegué, ahí estaba, parado frente a un café, con una expresión divertida.

—¿Qué? ¿Demasiado ocupado con tu novia para atender a tus amigos?—, se quejó, aunque con una sonrisa en los labios.

THE STORY OF US (YOUNG MIKO) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora