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MIKO
|VOLVER A NEW YORK|

El estudio estaba lleno de luz natural, pero la energía que lo envolvía era pesada, casi densa. Rina estaba al otro lado de la habitación, detrás de la cámara, ajustando la lente mientras una modelo posaba para la sesión de fotos de una marca importante. La precisión en sus movimientos, su mirada concentrada... todo me recordaba lo talentosa que era. Siempre lo había sido.

Yo estaba ahí, sentada en un rincón, observando desde las sombras mientras ella hacía su trabajo. En unos días, Rina se iría. Volvería a su rutina, su vida, y todo lo que habíamos compartido recientemente quedaría, una vez más, en el pasado.

—Eso es, aguanta ahí—escuché su voz firme y profesional mientras dirigía a la modelo.

Era raro verla así, tan centrada en su trabajo, sin las bromas ni el tono relajado que normalmente compartíamos. Verla en su elemento me hacía recordar por qué siempre había admirado su determinación. Pero al mismo tiempo, dolía pensar en lo que estábamos dejando sin resolver. Yo tenía un concierto importante al día siguiente, y con cada minuto que pasaba, sentía la presión aumentar, no solo por el show, sino por lo que estaba ocurriendo entre nosotras.

La modelo cambió de pose, y Rina capturó el momento con una destreza casi automática. Era hipnotizante verla trabajar, pero mi mente no dejaba de dar vueltas. ¿Qué significaba todo esto? ¿Iba a volver a irse sin que tuviéramos una conversación real sobre lo que estaba pasando? Sobre lo que aún sentíamos.

Rina se detuvo un momento, bajando la cámara para revisar las fotos. Su mirada se encontró con la mía. Durante un segundo, el estudio se quedó en silencio, como si el mundo hubiera dejado de girar. No dijimos nada, pero nuestras miradas lo decían todo. Estaba pasando lo mismo que siempre: el tiempo se nos escapaba, y ninguna de las dos parecía capaz de detenerlo.

Me levanté lentamente, intentando pensar en una excusa para acercarme a ella sin que pareciera que estaba desesperada por hablarle. Pero antes de que pudiera moverme, ella volvió a enfocarse en la sesión, dándole indicaciones a la modelo.

—Un poquito más de perfil, así está perfecto—dijo, con esa voz suave pero firme que siempre usaba cuando estaba en su zona de confort.

Me mordí el labio, frustrada. Sabía que no podía quedarme mucho más tiempo ahí, no con el concierto a la vuelta de la esquina. Pero no quería irme sin hablar con ella. La realidad de su partida y la distancia entre nosotras era cada vez más palpable, y tenía la sensación de que si no decía algo ahora, quizás perderíamos esta oportunidad para siempre.

Antes de que la sesión terminara, el teléfono de Rina comenzó a sonar. Ella frunció el ceño al ver el nombre en la pantalla y rápidamente contestó.

—Hola, Loren, ¿sucede algo?—dijo con su tono profesional, aunque su mirada todavía estaba centrada en la modelo.

Yo me acerqué lentamente, buscando cualquier excusa para estar más cerca de ella. Cuando estuve lo suficientemente próxima, me permití abrazarla por la cintura desde atrás, pegando mi cuerpo al suyo. Sentí cómo se tensaba por un segundo, pero no se apartó. De lo cerca que estaba, pude escuchar la voz de la mujer al otro lado de la llamada, hablándole con urgencia.

—Rina, te necesito en New York lo más antes posible. Todos te están buscando a ti y nadie más está disponible para ir a Puerto Rico—la voz de Loren sonaba preocupada, casi desesperada. Parecía que todo estaba cayéndose a pedazos allá.

Pude sentir cómo el cuerpo de Rina se endureció un poco bajo mi abrazo. Sabía lo que eso significaba; sus responsabilidades, su trabajo. Siempre había sido así, y aunque lo entendía, no podía evitar que una pequeña ola de frustración me golpeara. Justo cuando pensaba que podríamos tener algo de tiempo para nosotras, el mundo siempre llamaba a su puerta.

THE STORY OF US (YOUNG MIKO) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora