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RINA
|CONCIERTO|

El concierto había terminado, y el rugido de la multitud aún resonaba en mis oídos mientras observaba a Vicky desde el área VIP. A mi lado, Josh y Ally comentaban sobre la última canción, pero yo apenas los escuchaba. Mi atención estaba fija en el escenario, en ella. Victoria, o Miko como todos la conocían, había brillado en su actuación. Pero ahora era el momento de encontrarla.

Mientras la multitud comenzaba a dispersarse, vi cómo Vicky bajaba las escaleras que estaban al lado del escenario, su cabello despeinado y su rostro iluminado por una sonrisa radiante. Estaba tan cerca... a solo unos metros.

—Voy por ella— dije rápidamente, levantándome y antes de que Josh o Ally pudieran decir algo, me eché a correr.

Mis piernas parecían moverse por cuenta propia, sorteando a las pocas personas que aún estaban en el camino. Cuando la vi más de cerca, con su ropa de escenario aún puesta, supe que solo había una cosa que quería hacer. Ignoré todo a mi alrededor y me lancé hacia ella, envolviendo mis brazos alrededor de su cuerpo.

—¡Vicky!— grité entre risas, abrazándola con fuerza, sintiendo cómo se relajaba en mis brazos, como si el peso del show se evaporara en ese instante.

Victoria me devolvió el abrazo con la misma intensidad, y antes de que pudiera decir nada, la miré a los ojos, mis emociones tomando el control.

—Estuviste increíble— susurré, mi frente apoyada contra la suya.

En ese momento, la multitud aún estaba presente, dispersa pero atenta, y en cuanto nos vieron abrazadas, gritos de emoción comenzaron a llenar el aire. El público, que aún no había abandonado el lugar, nos había visto. Los teléfonos se levantaron rápidamente y las cámaras comenzaron a grabar el momento. Escuché cómo algunos gritaban nuestros nombres, otros simplemente aplaudían, emocionados.

—¿Escuchas eso?— susurró Vicky con una sonrisa tímida, pero no podía ocultar su felicidad.

—Déjalos que griten— le respondí, ignorando todo a nuestro alrededor. La besé suavemente, sin preocuparme por las miradas, las cámaras o los gritos. Solo éramos ella y yo en ese momento.

El beso fue suave al principio, casi tímido, como si quisiéramos detener el tiempo. Pero pronto, la intensidad aumentó, y la emoción que ambas sentíamos se transmitió en ese instante.

Sus manos se deslizaron hacia mi cintura, atrayéndome más hacia ella, mientras mis dedos se enredaban en su cabello despeinado por el show. La electricidad entre nosotras era palpable, y por un momento, no hubo público, no hubo escenario, solo nosotras dos.

De fondo, podía escuchar los gritos de emoción del público, que se intensificaban con cada segundo que pasaba. Algunos gritaban nuestros nombres, otros simplemente vitoreaban. El bullicio a nuestro alrededor era ensordecedor, pero también algo emocionante, como si el mundo estuviera celebrando lo que sentíamos la una por la otra.

Finalmente, me separé apenas unos centímetros, lo suficiente para mirarla a los ojos.

—Ahora sí, lo saben todos— dije con una sonrisa juguetona, mientras ella soltaba una pequeña risa.

—Que lo sepan— respondió Vicky, con esa chispa en la mirada que tanto me gustaba. —No me importa.

Vicky me tomó de la mano, todavía recuperándose del beso, y ambas giramos hacia el público. La ovación era ensordecedora, y pude ver algunas caras llenas de emoción y cámaras levantadas capturando el momento. Ella apretó mi mano con fuerza, transmitiéndome una mezcla de alegría y nerviosismo. A pesar de todo, su sonrisa seguía iluminando su rostro, como si esa fuera la única respuesta que necesitaba dar al mundo.

THE STORY OF US (YOUNG MIKO) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora