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RINA
|PROTEGIENDO LO QUE ES MÍO|

Hace 12 años...

Durante la clase de matemáticas, no podía concentrarme. La nueva chica coqueteaba con Vicky de una manera descarada, y cada risa compartida entre ellas me incomodaba. Intentaba seguir el ritmo de la clase, pero mis pensamientos siempre regresaban a lo que estaba ocurriendo a unos pocos asientos de distancia.

Después de la clase, salimos y nos dirigimos a la playa con Ally. Mientras caminábamos, Ally notó mi distracción.

—¿Qué tienes, baby? Andas distraída desde clases—me preguntó, con una mezcla de preocupación y curiosidad.

—Nada—respondí, intentando mantener la calma—. Solo me molesta ver cómo esa chica coquetea con Vicky.

Ally me miró con una sonrisa comprensiva y nos detuvimos en la orilla del mar.

—Mira, Vicky siempre vuelve contigo—dijo ella, mirando el horizonte—. Ella sabe que nadie se compara a ti. Por más que se nieguen, ustedes dos están destinadas.

—No chica, Victoria y yo no somos nada y ni siquiera fuimos—dije mientras me quitaba el short y lo dejaba encima de mi bulto—. Es mejor no ilusionarse.

—Donde hubo fuego, cenizas quedan, y entre ustedes hay demasiado—respondió Ally, con un tono que mezclaba sabiduría y certeza.

Rodé los ojos, sabiendo que Ally tenía razón en parte, pero también sentía que era mejor no dejarme llevar por esperanzas falsas. En ese momento, pude sentir la mirada de alguien más sobre mí. Ally, percibiendo mi incomodidad, me tomó del brazo y me llevó al agua, tratando de alejarme de mis pensamientos y de la tensión que sentía.

Mientras Ally y yo nos adentrábamos en el agua, noté que Vicky y la chica nueva también se dirigían hacia el mar. La chica estaba riendo y Vicky, con una sonrisa relajada, parecía disfrutar de su compañía. La conversación entre ellas era animada, y de vez en cuando se reían juntas, lanzándose pequeñas salpicaduras.

Traté de distraerme nadando y disfrutando del agua, pero no podía evitar mirar ocasionalmente hacia el grupo. Entonces, un chico que estaba en la playa se acercó a mí. Empezó a coquetear, haciendo preguntas y tratando de iniciar una conversación.

—Hola, ¿te importa si me uno a ti?—preguntó el chico, con una sonrisa amigable.

—Claro—respondí, tratando de ser cortés a pesar de mi incomodidad.

Mientras conversábamos, sentí una presencia a mi lado. Miré hacia el grupo y vi a Vicky observándonos desde el agua. Sus ojos estaban fijos en la interacción entre el chico y yo, y noté una ligera tensión en su expresión. Sus risas con la chica nueva se habían desvanecido, y ahora su atención estaba claramente enfocada en lo que estaba ocurriendo cerca de la orilla.

Vicky se acercó a la orilla con la chica, tratando de parecer despreocupada, pero sus movimientos eran más rápidos de lo habitual. Cuando estuvo cerca, la chica nueva notó el cambio en el ambiente y se despidió de Vicky con un gesto amistoso antes de alejarse.

Vicky se acercó a mí, y su tono tenía un matiz de celos apenas disimulado.

—¿Todo bien por aquí?—preguntó, tratando de sonar casual.

—Sí, todo bien—respondí, forzando una sonrisa mientras el chico se despedía.

Vicky hizo un gesto hacia el chico, que se alejó, y me miró con una mezcla de curiosidad y celos.

—No pensé que te gustaran los chicos—dijo, un poco más fría de lo normal.

—No es que me gusten—respondí—. Solo estaba siendo educada. No tiene nada que ver contigo.

Vicky asintió, aunque la incomodidad en su expresión no desapareció del todo. Mientras ella volvía al agua, me di cuenta de que la interacción con el chico había puesto en evidencia algo que había intentado ignorar: el interés de Vicky en mí y cómo, a pesar de la confusión y la falta de una relación definida, su actitud seguía influyendo en mis emociones.

Ally, que había estado observando la escena, me dio una palmadita en la espalda.

—Parece que te has ganado un lugar en el centro de atención—dijo, sonriendo—. No te preocupes por Vicky, ella siempre encuentra su camino de vuelta.

No pude evitar sonreírle mientras me recostaba en su hombro. Estuvimos en silencio un momento, observando a lo lejos cómo Vicky seguía coqueteando con alguien que no era yo.

De repente, una voz masculina interrumpió el silencio.

—Chicas, mis amigos y yo vamos a jugar voleibol. ¿Quieren unirse?—Era el chico que había estado coqueteando conmigo. Ambas volteamos para verlo.

—Dale, chama, para distraernos un poco—le respondí a Ally, notando que ella hacía una mueca ante la propuesta del chico.

Ally asintió con la cabeza, y nos levantamos de la arena para unirnos al grupo. Nos organizamos en equipos, y mientras nos preparábamos para el juego, el chico se acercó a mí.

—¿De dónde eres?—me preguntó con interés.

—Soy de Venezuela—respondí, tratando de mantener la conversación ligera mientras el sol comenzaba a ocultarse en el horizonte.

El chico asintió, mostrando una sonrisa amigable mientras nos dirigíamos hacia la cancha improvisada en la playa.

Después de organizarnos en equipos, comenzamos a jugar. El partido de voleibol se volvió rápidamente una competencia animada. El sol se estaba poniendo, y la playa estaba llena de risas y gritos de emoción mientras nos movíamos de un lado a otro, tratando de mantener la pelota en el aire.

El chico, se mostró muy hábil en el juego. Aunque mi atención estaba dividida entre el partido y la constante vigilancia de Vicky desde la orilla, traté de disfrutar del momento. El juego transcurrió entre puntos ganados y perdidos, y poco a poco el grupo se fue uniendo alrededor de la cancha para animar.

Cuando el juego terminó, todos nos reunimos alrededor, riendo y conversando. Carlos se acercó a mí con una sonrisa.

—Oye, buena jugada hoy. Me alegra que te hayas unido—dijo, extendiendo la mano.

—Gracias—respondí mientras estrechaba su mano—. Soy Rina, por cierto.

—Mucho gusto, Rina. Yo soy Carlos—dijo él, sonriendo de nuevo—. ¿De qué parte de Venezuela eres?

—Soy de Caracas—respondí, tratando de mantener la conversación fluida.

De repente, sentí unas manos en mi cintura. Me giré con rapidez y me encontré con Vicky, que me miraba con una sonrisa falsa.

—Acho, sorry, pero me la tengo que robar un rato—dijo Vicky al chico, y me tomó de la mano, llevándome hacia un lado.

—¿Qué pasa?—pregunté, confundida.

—Nada, mami, solo que él no me cae bien y no me gusta que esté cerca de ti—respondió Vicky, sin mirarme directamente, mientras me guiaba hacia donde Ally estaba sentada.

Ally levantó una ceja al vernos llegar, pero no dijo nada. Se limitó a sonreír, como si comprendiera la situación sin necesidad de palabras. Mientras tanto, la tensión entre Vicky y yo crecía, y el ambiente se volvía cada vez más incómodo.

—Vicky, ¿por qué te pones así?—le pregunté, intentando suavizar la conversación.

—Solo estoy protegiendo lo que es mío—murmuró Vicky, finalmente mirándome a los ojos.

La conversación quedó en el aire, sin una resolución clara. La playa, antes llena de diversión y emoción, ahora parecía un poco más fría mientras trataba de comprender la reacción de Victoria.







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BESOS, NIX💗

THE STORY OF US (YOUNG MIKO) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora