Capitulo 29

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- ¡ Espera, espera ! - dijo Jorge poniendose su camisa rápidamente y bajar las escaleras como un loco siguiendola.

... Ella caminó rápidamente a la salida maldiciendo mil veces a Jorge y a ella por ser tan debil.
Pero no caería nunca más en su jueguito, en su sucio y ridículo juego: solo te fo.lla, te hace disfrutar, te hace creer que eres especial y luego te trata como trapo viejo y te bota lejos, ese era Jorge Blanco, su ex novio.
Felizmente EX.

- ¡ Aguanta un minuto ! - Dijo Jorge cojiendola de las muñecas una vez que ya estaban en el jardín de afuera.
- Sueltame.
Las personas que estaban afuera en el patio los observaban algo extrañados.
Sobretodo las chicas, ¿qué pensarían? ¿que ella iba a volver con el? ESO JAMÁS.

- Ya te avisé - dijo Martia.
- Vale vale - Jorge la soltó. La quedó mirando fijamente a los ojos, como queriendo intimidarla, ella sin embargo parecia tranquila y despreocupada. Cruzó los brazos desafiándolo.
- Solo perdóname nena, olvidemos lo que ha pasado... volvamos a estar juntos - le pidioó el muchacho.

Se quedó quieta un segundo, tratando de analizar ... ¿le estaba pidiendo que regresara con el?

- Lee mis labios - y se acercó peligrosamente a el.

El sonrio , y agiliso los labios para acercar su contacto y asi poder besarla. Ella le dedico media sonrisa terriblemente seductora y acerco sus labios a los suyos muy cerca , tan cerca, apunto de besarlo , le dijo:
- N-U-N-C-A - dijo Martina seria sobre los labios de Jorge, en su cara.

Luego se retiró de la posición incomoda en la que estaban. Jorge la miró molesto, lleno de frustración.

- Ya basta de juegos, sabes que igual regresarás a mi ¿por qué sigues haciendote la valiente Martina? - atacó el.
- Jorge, Jorge, Jorge... - dijo Martina - que poco me conoces - dijo la muchacha.

Luego se dio media vuelta para irse enojada, pero el la cojió de la muñeca y de un solo movimiento la giró frente a el.

- Te he dicho que me sueltes - dijo Martina - ya estas irritándome.
- Me encanta cuando te enojas bebe,
- Ridículo - lo acusó Martina soltandose de el bruscamente.- ya déjame en paz. Así fueras el último hombre en la tierra no volveria contigo ¿entendiste? - dijo fría.
Ahora si giró en sus tacones y terminó de salir de la casa hecha una furia. ¿Quién se creía qué era ese pedazo de sopenco? ¡aish! la re enojaba.

Caminaba por la acera de la calle maldiciendolo cuando un auto negro se estacionó frente a ella, la luna bajó y vio a Conor sentado en el auto. Presionó el boton para abrir la puerta, ella le sonrió y el le dijo que suba, ella así lo hizo.

Pasaron 2 minutos mientras el conducia. En silencio.
Ella miraba la ventana seria, sin decir una sola palabra.

- ¿El tipo te ha molestado? - preguntó Conor mientras volteaba a mirarla, luego devolvió su vista al frente.
- Molestarme es poco, me tiene harta.
- Ya me imagino, pero ignóralo.
- Lo hago...- dijo Martina mirandolo - pero parece que Jorge se empeña en aparecer frente a mi cada vez que puede.
Conor negó con la cabeza algo enojado.

-Jorge esta mal de la cabeza - volvió a decir Martina - trato de besarme.

Conor abrió más los ojos y la miró algo más preocupado.
- ¿Lo logró?- dijo Conor.
- ¿Qué? .. nooo - dijo Martina con cierto aire de asco, lo cual lo dejó más tranquilo - antes muerta que dejar que me bese. No ¡que horror! - Conor sonrió, ella lo notó y también sonrió.- ¿qué es tan gracioso?
- Tú - dijo Conor, Martina se hizo la ofendida,
- ¿Cómo puedes...?
- Es que es tan extraño- dijo Conor.
- ¿Por qué? - se acomodó mejor en el asiento para mirar su perfil. Lindo perfil.
- Antes... morías por que te besara "Jorge Blanco, el capitán de fútbol y el chico más popular de la escuela". y hoy... hoy solo sientes asco - dijo Conor. Martina soltó una risita mientas jugaba con su anillo en su mano izquierda.
- Era una nena - dijo Martina - además no volvería a dejar que me bese con los mismos labios con los que se besa a esas putas - Conor asintio
- ¿Entonces si los besarías si no besara putas?- preguntó el castaño. Ella negó rotundamente
- ¡Tampoco!, no quiero saber nada de el - dijo orgullosa de si misma.
¿Conor tendria alguna esperanza?, moría por que Martina fuera suya. Ahora que Jorge ya no estaba en su cabeza y su "novio de Miami" estaba lejos ... tal vez podria aprovechar para llegar a su corazón, nada se lo impedia.
Podria gritar a los 4 vientos lo mucho que la amaba y que ya no aguntaba mas esa presión en su pecho, ya no queria ser su amigo, queria ser todo para ella.

- ¿Te llevo a casa?- preguntó Conor. Ella asintió y miró su reloj.
- Es la 1 - dijo Martina - ¿Aún está abierto el cinecar?

Le encantaba ir los sábados al Cinecar.
Recordó como se acomodaba en el auto de Jorge por las noches y veian esas peliculas viejas por esa gran pantalla frente a ellos.

Conor asintió
- ¿Quieres ir? - Martina asintió animada
- Si.
- ¿Tu madre no se enojará si llegas muy tarde?
- Sabanna salió al casino con unas amigas - respondió Martina - así que no creo que se de cuenta - sonrió dejando ver sus lindos y relucientes dientes blancos, Conor se derretia por esa sonrisa.
- Entonces vamos.

Luego dio un giro por la autopista para ir hacia el gran arenal donde ya iban estacionandose los autos para ver la 2 pelicula de la noche.
- Busca un buen lugar - dijo Martina bajando su luna para buscar un sitio.
-¿Te parece bien ahi ? - dijo Conor, Martina asintió. Luego se estacionaron.

Acomodaron sus asintos y se retiraron los cinturos de seguridad

- ¿Quieres palomitas ?
- No, gracias.
- Tengo una cobija aquí - Busco entre sus cosas en el asiento de la parte de atrás, hasta que la encontró y rodeó a Martina con ella para abrigarla.
Ella le dedicó una linda sonrisa, Conor sintió tanta ternura por ella.

- ¿Te divertias en la fiesta de Derek?- preguntó Conor.
- No tanto...
Luego se acomodó en su asiento, se acercó más a Conor y acomodó su cabeza en su hombro, como una niña pequeña.
Conor sintií que su piel se erizó en ese instante, teniendola tan cerca, respirando su olor tan femenino.
Le empezaron a sudar las manos al oler su shampoo a manzanas.

- Prefiero mil veces estar aquí,.. contigo - dijo Martina. Conor sonrió alegremente.

Luego le dio un leve besito en la coronilla, Martina sin despegar su vista del frente sonrió
La película ya habia empezado.

Un novio obsesivo y agresivoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora