Capitulo 36

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- ¡Hey Jorge! - grito Martina mientras lo alcanzaba en la playa.
El giró en la arena para verla, venia hacia el, hasta que al fin llegó y se detuvo mirandolo fijamente.
... - ¿Si? - dijo el.
- ¿Por qué me dejaste esta fotografía anoche? - Jorge frunció el ceño y se rascó la cabeza - no te hagas Jorge... esta foto solo la tenias tu - dijo Martina totalemente segura.
- ¿Cómo lo supiste?
- Por que aquel día te gustó tanto que la guardaste en tu billetera y te negaste a darmela - dijo Martina recordando los viejos tiempos. Jorge sonrió, aún se acordaba.
- Pensé que lo habrías olvidado - dijo Jorge esbozando una sonrisa. Ella negó con la cabeza.
- No lo hice - respondió - fuiste alguien muy importante para mi - confesó Martina mirandolo a los ojos.
El corazon de Jorge comenzó a acelerarse. Moría por besarla, abrazarla y decirle cuanto la amaba y que lo perdonara, por que sin ella la vida no era vida.

- Quita esa sonrisa de tu rostro, Jorge - dijo Martina esta vez seria - dije " fuiste ", ya no lo eres - la sonrisa de Jorge se esfumó al instante, su corazón estaba destrozado por ella.
- Esta bien - dijo Jorge - Aclaremos los puntos de una vez - dijo algo estresado - La puse bajo tu puerta por que quiero que la tengas - Martina lo miro confundida - Ya no quiero nada de ti Martina - Ella se sorprendió al instante y frunció el ceño - Querias que me aleje y te olvide, pues lo haré, haré lo que tu quieras. Me olvidaré de ti, de todo. Por eso te deje esa foto. Tenla tu, has lo que quieras con ella, quemala, cortala, rompela... lo que quieras, ¿yo para qué la quiero? si ya no puedo tenerte - se miraron fijamente, Jorge acarició su mejilla lentamente como dandole el último adios - yo te amo - dijo Jorge rozando la punta de su nariz contra la suya, ambos cerraron los ojos - pero tu ami no, entonces... te olvidaré - Martina suspiró - Suerte.
Jorge se alejó de ella, besó su frente y luego se fue por la orilla. ¿A donde? No lo se.
Ella se quedó observandolo partir por la orilla, aún no lo podia creer. Tenia temor a perderlo pero terror a que vuelva.

Y así pasaron 3 días.
Playa, juegos, fiestas, todo iba de maravilla. Martina y Diego pasaban mucho tiempo juntos, ella se escapaba todas las noche para verlo. Iban a pasear a la playa tomados de la mano, a los juegos del muelle por las noches, todo estaba perfecto.

Martina se encontraba con Hanna en su habitaciún arreglandose para su última cita, mañana partirian a Los Angeles otra vez.
- Este vestido blanco esta perfecto - dijo Hanna señalándolo, Martina aún estaba en bata- te haré el mejor maquillaje del mundo, te verás hermosa.
- Gracias Hanna - dijo sonriendole desde el espejo, se encontraba maquillando sus pestañas.
- ¿Y a donde iran?
- Iremos a cenar en playa... y luego a su casa .
- ¿Osea, van a follar cuando el vino se termine ? - Martina rio nerviosa.
- Ordenaremos champage.
- Martina .
- Ya bueno.
- ¿No lo han hecho en estos días? - pregunto la curiosa Hanna.
- No.
- Pero hoy si ¿no?
- No lo se... si se da...
- ¡Ay ya! A mi no me mientas... solo usen condón.
- Hannaaaaa - dijo risueña Martina.
- ¿A qué hora regresas?Es dificil cubrirte por las noches.
- Hmm, supondo que a las 3.
- Dale, pero tendré que cerrar la puerta con todos los candados - dijo Hanna, ambas rieron.
De pronto el estomago de Martina se revolvió. Tenia muchas ganas de vomitar, sentia un ácido asomarse por su garganta, salió disparada al baño, se arrodilló frente al retrete y arrojó.

- ¡Martina! ¿Qué te pasa? - preguntó Hanna sujetando su cabello en un gesto de gratitud.

Cuando Martina terminó de vomitar se lavó la cara y salió del baño junto con Hanna.
- ¿Te sientes bien.?- dijo Hanna preocupada - ven sientate - dijo acomodandola en la cama
- Si si - dijo Martina - solo comí demasiadas papas fritas en la tarde.
- Martina...
- De verdad.
- No te iras de aquí hasta que se te pase el mareo.
- Pero llegaré tarde.
- No me importa. Ahora, ahogate con agua - dijo dandole un vaso de agua y un algodón con alcohol.

Diego estaba sentado en la playa. Habia velas por todos lados y una linda mesa cerca a la orilla. Habia preparado todo para ella, con esa camisa blanca y la luna sobre su cabeza.
Las mujeres siempre se demoran, pensó mirando su reloj.
- ¡Hey! - dijo una voz aproximandose a el. Diego giró y vio a Jorge caminado a su lado.
- Mira...¿Cómo te llamas?...¿Jorge? - dijo Diego.
- Jorge Blanco - se presentó.
- Bueno, Jorge...
- No he venido a pelear, sino a abrirte los ojos. - dijo serio.
- ¿Perdón?- dijo Diego - no se que quieres pero...
- Pero Martina no te ama.
- ¿Has venido a pelear? - dijo Diego a la defensiva.
- No - respondió - he venido a decirte la verdad.
- ¿Qué verdad ? Eres ridículo Jorge, ella no te quiere.
- ¿Tu cómo lo sabes? Lo que tuvimos Martina y yo no fue de meses, o semanas. Diego... fue de mucho tiempo.
- Tu eres su pasado, deberias entenderlo.
- ¿Que voy a entender? - Jorge rió levemente - no he venido a ofenderte, ni nada de eso, pero Martina esta enamorada de mi, esta contigo por que esta herida - dijo mirandolo a los ojos.
- Imposible ¿Por qué inventas mentiras? Ya basta.
- Es verdad. Si no... si no no hubiera hecho el amor conmigo un día antes de venir aquí.
Las pupilas de Diego se dilataron al máximo.
- Eso es mentira - dijo Diego
- Pregúntaselo, no tengo problema.
- No puede ser.
- Tampoco hubiera venido aquí para escapar de mi hace... hmm ¿2 meses? Cuando ella llegó aquí habiamos terminado recientemente, osea, en pocas palabras, vino a Miami para olvidarse de mi y tu... "fuiste utilizado" como arma para ello.
- ¡Ya callate! Estas mintiendo.
- Ya te dije que puedes preguntarselo, que te lo niege.
- !Eres un imbecil! - dijo Diego haciendo puños lleno de ira.
- Solo te utilizó para olvidarme, y nisiquiera lo logró. Cuando llego a Los Angeles hizo el amor conmigo... y ahora regresó solo para que yo los viera y sintiera celos - dijo Jorge encendiendo un cigarrillo - la meti en mi cama y follamos duro toda la noche.

El puño de Diego despegó en la cara de Jorge.
- ¡Eres un hijo de puta! - gritó Diego - ¡Es mentira!
Jorge sonrió.
- Piensa lo que quieras - respondió - yo ya te lo dije ...

Se dio media vuelta y se marchó.

- ¡Cobarde! - gritó Diego hecho una furia.

Un novio obsesivo y agresivoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora