Encontré a Andrei durmiendo en el sofá, ¿Acaso también tendría que adoptarlo a él?
—Buenos días.
—Buenos días, Yoshi, ¿No acabas de rentar un departamento?
Lo miré desde la cocina.
—Sí–se enredó en la cobija–pero tu sofá es muy cómodo.
—Ya veo, ¿A qué hora se duermieron?
—Temprano, mamá–le aventé una cuchara–¿Auch?
—Basta con lo de mamá y papá.-advertí.
—Que aburrida eres, ¿No es genial? Mi primer año y ya me adoptó el quarterback del equipo y la hija del dueño del equipo.
—Estas a un comentario de que te eche a patadas.
—Voy a seguir durmiendo–levantó la mano en señal de paz–¿Me despiertas para ir a entrenar?
—¿Por qué?
—Porque eso hacen las mamás, ¿Tal vez?
—Dioooosss.La concentración en Cincinnati comenzó con el pie derecho, los doctores volvieron a evaluar a Joe y le dieron el alta. Estaba listo para integrarse al equipo por completo.
—Tenemos que entregar el roster final este viernes–avisó–necesito que nos quedemos después del entrenamiento para hablarlo.
Paycor nos abrió las puertas para los entrenamientos.
Veía a los nuevos totalmente integrados menos a Charlie Jones, parecía estar en otro canal.
Andrei logró conectar con Joe también en el campo haciendo que Ja'Marr lo respaldara de cara a la selección final.
Me bastaba explicarles un par de veces las jugadas para que las pusieran en práctica, poco a poco la ofensiva iba tomando cada vez más forma con su capitán recuperado.
Me tocaba quedarme después de los entrenamientos en la sala de juntas con todos los entrenadores, cada uno abogaba por su parte del equipo.
Por otro lado Aaron estaba cada vez más repuesto, las heridas comenzaron a cicatrizar con normalidad. Según él eso significaba que no se iba a morir todavía.
Mario dejaba mensajes ocasionalmente, seguía sin decirme que estaba trabajando a sol y sombra para recuperar lo que le habían quitado.
Con tanto trabajo, tantos jugadores que analizar, tantas jugadas que pulir, un ya no tan herido que cuidar y un amigo que parecía no tener ganas de irse de mi departamento, no tenía tiempo para pensar en otra cosa.
Guardé el tema de Iván al menos mientras me concentraba en el equipo y el comienzo de la temporada.
Joe y yo entramos en una concentración tan profunda con el equipo que apenas y hablábamos en los entrenamientos o fuera de ellos, los dos parecíamos entender el desgaste que pasábamos que con un mensaje nos parecía suficiente.
El viernes llegamos a primera hora, todos en el equipo parecían poner un punto más de esfuerzo buscando una última impresión para quedarse dentro de los cincuenta y tres.
Mike nos reunió solo a los entrenadores después del entrenamiento para aclararnos que teníamos una gran responsabilidad a partir de que nos encerraramos en la sala de juntas.—¿Charlie Jones?
Zac preguntó.
—¿Rivera?
—¿Mi decisión?–los miré–¿Por qué?
—Porque te adueñaste de la ofensiva, ¿Tal vez?
—No me adueñé, Pitcher me dejó ahí a mi suerte.-me defendí.
—No siempre, a veces te ayudo a pintar círculos en la hoja de jugadas.
—Da igual, no lo voy a decidir yo.
—No tenemos todo el día, chicos.
—Déjalo para el final, si sobra un espacio que se quede sino no.-Dan dió la órden.Al final sí que hubo espacio para meterlo en el roster principal, Charlie Jones se quedaba en los Bengals junto a los otros cincuenta y dos jugadores.
—Lo mando esta noche y mañana lo hacen público.-me informó camino al comedor.
—¿Y que hay de los que cortamos?
—Mike va a hablar con ellos arriba.
Efectivamente, en el lugar ya solo estaban los que se quedaban.
—Debe ser duro.
—Bastante pero bueno, hora de la noticia–captó la atención se todos apenas entramos–señores, señorita–rodé los ojos–no me voy a poner sentimental así que solo quiero decirles bienvenidos a Cincinnati, los que ya estaban, los que acaban de llegar–sus caras de felicidad me hacían sonreír–ustedes aquí son los que van a salir semana con semana a defender el honor así que espero no haberme equivocado con ninguno.
El comedor resonó con aplausos.
Me senté en medio de Andrei y Chase que me estrujaban con felicidad.
—¿Crees que me gane el Rookie del año?
—No sé, Chase.
—Ese me lo voy a ganar yo.-le aventó una bola de papel.
—¿Por qué mejor no solo se concentran en no dejarme en mal por haberlos incluído?
—Oye, Charlie–lo miré–¿Quién abogó por Jones?
Trenton preguntó desde su lugar.
—Voy por comida.-me levanté.
A pesar de los reclamos por no filtrarles información acerca de quién había tomado la decisión de dejar a Charlie en el equipo, comí con ellos.
Salimos del comedor entre risas y bromas, la luz del atardecer entraba por el gran pasillo adornando uno de los días más largos en la jungla.