XIV

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    Admiraba lo precioso del estadio con fascinación, estaba vacío todavía. Solo había jugadores y alguna que otra persona del staff, era una sensación abrumadora que me gustaba.

—¿Charlie?–escuché la voz de Mike através de mis auriculares–ven un momento.
   Caminé hasta donde estaba parado junto a Mónica y otros señores elegantes.
—Hola.-sonreí un poco.
—Charlie, quiero presentarte a los socios de la mesa directiva del equipo.
—Mucho gusto, Charlie.
   Los cuatro señores me dieron la mano con amabilidad.
—Igualmente.-sonreí.
—Charlie es mi hija más joven–me abracé al brazo de Mónica al escucharlo–y la única interesada en la franquicia de manera sincera. No les sorprenda que adelante mi retiro y ella se quede al frente.
—Eres un roble, Mike, aún falta para eso.-uno de los hombres le dijo.
—No caerían mal unas vacaciones por el caribe.-soltó una risa de señor elegante.
   Miré al entrenador hacerme señas.
—Oh, lo siento, tengo que trabajar. Un gusto.
—Te acompaño.
—Permiso.

   Caminé aún enredada en el brazo de mi Barbie favorita hasta donde estaba el entrenador.

—Buenas tardes, entrenador.-lo saludó con picardía.
—Buenas tardes, Mónica.-su sonrisa adolescente resaltaba.
   Veía la complicidad entre los dos.
—Buenas tardes, Charlie.-hablé.
—Ah sí.-reaccionó.
—Voy al vestidor, dejen de verse como dos adolescentes hormonales o el ogro se dará cuenta.
   Solté a mi amiga para caminar.
—Joe te acompañará en el sideline hoy–me detuve y lo miré con fastidio–dijo que tú se lo habías pedido.
   Mi fastidio se convirtió en incredulidad.
—Creo que ella no lo pidió, Zac.
—¿No?
—Ya da igual.-seguí mi camino.
—¡Dile a Darren que no olvide las jugadas!
   Solo moví la mano en el aire.

   En el vestidor había música un poco más fuerte de lo que a mí me parecía correcto.

—Oye–me detuvo–Charlie.
—Dime, Chase.
—Si te fueran a pedir que seas novia de alguien, ¿Cómo te gustaría que lo hicieran?
   Miré con confusión a un Chase Brown que parecía preocupado.
—No te entiendo.
—Mi pequeño saltamontes le pedirá a una chica que sea su novia.
   Trenton lo abrazó.
—Basta–se lo sacó de encima–lo quiero hacer pero no sé cómo.
—¿Y que te hace creer que yo sí lo sé?
—Hmm, no sé, ¿Nunca te han pedido eso?
—Nunca me han querido tanto, Chase–me reí–yo que sé, regálale flores, llévala a comer.
—¿Nuca te han pedido algo así como se debe?–ahora me abrazó a mi–permíteme que lo haga yo.
—Basta, Tre.-solté una risa.
—¿Sabes? De niño era actor.
—¿En serio?
—Sí, hacía infomerciales de pomadas para las rozaduras.-Andrei se unió a la plática.
—Mostraba su precioso trasero rosado en televisión nacional.-Chase completó
—Ustedes son un par de envidiosos porque Charlie y yo vamos a ser la pareja estrella en este equipo, ¿No es así?
   Me miró.
—No lo creo.
—Lo seremos, seremos novios y después, ¿Sabes que seremos?
—Tú serás un desempleado.
   Se escuchó detrás de nosotros, los dos rookies y el jugador que me abrazaba miraron atrás donde estaba Joe Burrow.
—Prepárense para salir a calentar, ¿Quieren? Los veré en la charla.
   Me quité el brazo de Trenton de los hombros.

   Caminé la sala de entrenadores, en el estadio era el doble de grande que el rincón en el club.

—¿Sabes si Zac se llevó las jugadas?
—No, de hecho me dijo que las llevaras tú.
—Te encargo que los muchachos se den prisa para calentar.
—Síp.

   Me quedé escondida ahí aunque no iba a ser suficiente para esconderme de Burrow.

—Creí qué había hablado contigo.
   Entró cerrando las puertas corredizas detrás suya.
—Mira, Joe, el hecho de que por fin hayas tenido el valor para aceptar... Eso, no significa que tienes que espantar a todo el mundo a mi alrededor.
   Me levanté dispuesta a irme.
—Ven aquí.-me tomó del brazo y me acercó a su cuerpo.
—Sueltame.-amenacé.
—¿Qué harías si te beso?
—¿Qué? Estas loco.
—Dime, ¿Qué harías si te beso en este preciso momento?
—Patearte el trasero, ¿Cómo vez?
—¿Segura?
—Atrévete.-lo reté.
   Porque dentro de mi sí quería que me besara.
—Oye, Joe...–abrió la puerta haciendo que instintivamente me apartara con brusquedad–me dijeron que me buscabas.
—No, Jones, no te busco.
—Ja'Marr me dijo que estabas aquí.
—Debe ser que se equivocó.
   Charlie nos miraba a los dos, yo moría de vergüenza.
—Entiendo–me miró–te busca Mónica allá afuera.

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