Better.

307 23 25
                                    

💙

   Joe no solo se tomó en serio que no quería una cena en un restaurante, llenó su casa de flores y velas tal y como mi cabeza lo había imaginado en un principio.

   No había vuelta atrás, tenía que aceptarlo.

—Bienvenida.
   Sus ojos se hacían pequeños por su sonrisa, aún así lograba ver que brillaban con la luz cálida del lugar.
—¿Qué es esto?
—Me dijiste que no querías ir a restaurantes caros y me tomé el atrevimiento de traer el restaurante a mi casa, ¿Te gusta?
   Me encantaba realmente.
—Esta todo precioso.
—Ven–me ofreció su mano–vamos a sentarnos.
   El calor de sus manos envolvió las mías, estaba tratando de no dejarme convencer tal y como me lo habia dicho Mónica pero ya me tenía en la bolsa.
—¿Lo hiciste sólo?
—En parte–me ayudó a sentarme–un par de consejos por aquí y por allá, ya sabes.
—No, no sé por eso pregunté.-entrecerré los ojos.
—Shhh, solo disfruta.
   No tardé mucho en darme cuenta quién lo había ayudado por lo que nos sirvieron de cenar.
—Y bueno, ¿Cuánto te cobró Aaron por la ayuda?
—¿Aaron?–su sonrisa lo delataba–no fue él.
—Eres muy malo mintiendo a veces he.
—Esta bien, sí me ayudó pero no me cobró.
—Ya veo.
—¿Ya tienes el nombre de nuestro hijo?
—Ah, ¿Ya decidiste que es nuestro?
—Claro, desde el primer momento.
—Pues no sé–me reí aunque no sabía si de nervios o de que–estaba pensando en Rajah–su cara me preguntó todo–¿Aladdín? ¿La princesa Jasmine? Tiene un tigre...
—Sí conozco la película.
—¿Entonces?
—No sé, pensaba que le pondrías algo como Luna o cosas así.
—Nop, son nombres muy comunes, no es un chico común.
—¿Ah no?
—No, es mío, yo no tengo cosas comunes.
—Me siento alagado entonces.
—¿Por qué?
—Porque no tienes cosas comunes...
—Tú no eres mío.
—Porque no quieres, yo estoy dispuesto desde que te conocí.
   En mi barriga no había mariposas, había un zoológico completo.
—A veces dices cosas sin mucho sentido.
—Por supuesto que no, ¿Cómo no me iba a enamorar y querer ser de la mujer que me hizo poner de cabeza apenas me conoció? Estaba a tus pies per a veces eres un poquito difícil de convencer.
—Estas loco.-trataba de ocultar sin mucho éxito mi sonrisa.
—Como ahora, ¿Crees que no me doy cuenta cómo estás moviendo la pierna debajo de la mesa?–dejé de hacerlo de inmediato–¿Por qué no nos evitamos todo este formalismo y pasamos a la parte donde te digo Charlie quieres ser mi novia y tú me dices por supuesto que quiero?
   Mi corazón corría por todos lados brincando de emoción.
—Porque no todo es así de fácil.
—Ash, ¿Que quieres?
—Joe, no seas un niño mimado.
—¿Y porque no? Es como cuando le pones galletas a un niño en la mesa y le dices que primero tiene que comer las verduras, una tortura escandalosa.
—¿Te das cuenta que apenas nos conocemos?
—Ya me lo habías dicho y yo te había dicho que no me importa tu pasado a excepción de las cosas como tu mamá o tu familia, te conozco desde que llegaste a Cincinnati, eso es suficiente para mí.
—Hay muchas cosas.
—Y tendremos toda la vida para conocernos.
—¿Toda la vida?
—Yo quiero pasar toda la vida contigo, ¿Tú no?
—Es mucho tiempo, ¿No crees?
—El suficiente para enamorarte todos los días hasta que dejes de estar a la defensiva e irradies corazones y flores por mi.
   Mi cara se encendía con cada palabra.
—¿Por qué tienes que decir esas cosas?
—Porque estoy deseando comerte a besos desde que entraste y no haces más que darle vueltas al asunto y mi mamá advirtió que tenía que ser un caballero.
—¿Le dijiste a tu mamá?
—Charlie, basta, ya te dejé cenar por favor déjame besarte–negué con la cabeza–besos asquerosos llenos de saliva...
—Suficiente por dios.-me ganó la risa.
—Ven–se levantó y extendió su mano–antes de comerte a besos tengo algo que mostrarte.
—¿Hay más?
   Me ayudó a poner mi mano en su brazo.
—Soy un encanto, ¿Qué te puedo decir? Te sacaste la lotería, el premio mayor.
   Caminamos a lo que parecía ser la puerta trasera de su casa.
—Y un pase permanente con el psicólogo.
—Voy a ignorar tus chistes porque ya sé que los haces cuando estás nerviosa.
—Pero...
—Y me gusta saber que te pongo nerviosa pero tengo que enseñarte lo que te voy a enseñar, te voy a conquistar todavía más.
—Eres muy pretencioso a veces, Joe.
—Soy un encanto, lo sé.
—Uno bastante estresante.
—Shhhh, Charlie, le quitas lo romántico al asunto–abrió la puerta dejándome ver su terraza adornada con rosas rojas por todos lados–desde que te envían flores personas que ni siquiera te conocen me propuse regalarte muchas más.
—Es... Demasiado... ¿Cómo tuviste tiempo de tanto?
—Un mago nunca revela sus trucos.-sonrió.
—Joe, tenemos que hablar sobre el tema rosas, no estoy acostumbrada...
—Te voy a regalar tantas como pueda, nadie más logrará darte todas las rosas que yo puedo.
—Oye–lo detuve–sé que tu ego te hace pensar eso pero a pesar de que me regalen tres campos llenos, nadie logrará tenerme como tú.
   Su mirada se iluminó.
—¿Y como te tengo yo?
   Me atrapó entre sus brazos.
—Enamorada–se le escapó un suspiro al escucharme–a tus pies si así lo quieres ver. Mírame, no había sentido algo así de... Intenso por alguien y aquí estoy, aceptando una vez más que siento algo por ti.
—Nunca le he pedido a nadie que sea mi novia, ¿Se supone que lo pregunte ya?
—No hace falta que me lo preguntes.-me reí.
—Por supuesto que hace falta, no quiero fugas en el contrato.
—¿Contrato?
—Tú me entiendes.
—Esta bien, tampoco nadie me lo ha pedido...
—Con más razón, rápido, ¿Quieres ser mi novia?–sin esperar a que le respondiera me beso–¿Sí quieres?–repartió besos por toda mi cara–¿Sí? ¿Sí quieres?
—Basta–luchaba por mi vida en medio de su ataque–sí, sí quiero.
   Entre mi risa y sus besos sentía que me faltaba el aire.
—¿Quién lo iba a decir? Tan mal que me caías al principio.
—Lo mismo digo.
—Eres una grosera.

Better.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora