Capítulo 10: El Amor y el calor

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El domingo por la mañana, Sofía se despertó con un ligero alivio. El dolor de los calambres de su periodo había disminuido considerablemente, aunque seguía sintiéndose débil y agotada. Se desperezó lentamente, recordando que Jorge había mencionado algo sobre querer verla ese día. Al revisar su teléfono, vio un mensaje de él:

"Hola, Sofía. ¿Te gustaría salir a cenar conmigo esta noche? Me encantaría pasar tiempo contigo fuera de la universidad."

El simple mensaje hizo que el corazón de Sofía latiera más rápido. Desde su extraña transformación en una mujer, Jorge había sido el único que le había mostrado una genuina preocupación y calidez, y ahora parecía que quería acercarse aún más.

Sin pensarlo mucho, Sofía respondió rápidamente con un "Sí, me encantaría", sintiendo una mezcla de emoción y nerviosismo. No había esperado que Jorge la invitara a salir, y ciertamente no esperaba sentirse tan emocionada al respecto. Estaba empezando a entender que los sentimientos que tenía por Jorge eran diferentes de cualquier cosa que hubiera experimentado antes como Carlos.

Pasó el día preparándose para la cita, eligiendo cuidadosamente su ropa y tratando de calmar sus nervios. Se puso un vestido elegante pero sencillo que realzaba sus curvas sin ser demasiado revelador. Quería verse bien, pero también sentirse cómoda. Mientras se arreglaba frente al espejo, no pudo evitar pensar en Lucía y en lo que podría estar planeando. Hasta ahora, cada momento importante en su nueva vida había sido interrumpido por algún castigo. ¿Qué haría Lucía esta vez?

Al caer la noche, Jorge llegó para recogerla. Él vestía casualmente elegante, con una camisa que resaltaba sus hombros anchos y su sonrisa cálida que hacía que Sofía se sintiera más a gusto. Caminaron juntos hasta un restaurante cercano, charlando sobre cosas triviales y riéndose de pequeñas bromas. Sofía se sentía cada vez más cómoda con Jorge, y la idea de tener a alguien con quien pudiera hablar y que no la juzgara era un alivio.

Durante la cena, la conversación fluyó con facilidad. Jorge la hizo reír y se mostró genuinamente interesado en ella, lo cual era una novedad para Sofía. Nadie la había hecho sentir tan especial en mucho tiempo. A medida que la noche avanzaba, Jorge la miró a los ojos con una intensidad que hizo que el corazón de Sofía se acelerara.

"Sofía", comenzó Jorge, su voz suave pero seria, "estos últimos días, he sentido algo especial por ti. Eres diferente, única... y no puedo dejar de pensar en ti. Me gustaría saber si tú también sientes algo por mí. ¿Te gustaría ser mi novia?"

Sofía sintió que su corazón se detenía por un momento. Las palabras de Jorge la tomaron por sorpresa, pero en el buen sentido. Una sonrisa tímida se dibujó en sus labios y asintió, sintiendo una oleada de calidez en su pecho. "Sí, Jorge. Me gustaría ser tu novia", respondió, sintiendo una felicidad genuina que no había sentido en mucho tiempo.

Justo en ese momento, sintió un repentino calor en su vientre, un cosquilleo intenso que se extendió rápidamente por todo su cuerpo. Al principio, pensó que era simplemente la emoción de aceptar la propuesta de Jorge, pero entonces la sensación se intensificó. Su parte íntima comenzó a mojarse de una manera que nunca antes había experimentado. La humedad crecía, haciéndola sentir incómoda y, al mismo tiempo, extrañamente excitada.

Jorge, sin darse cuenta de la tormenta de sensaciones que se desataba en Sofía, continuó hablando. "Eres increíble, Sofía. Me encanta tu risa, la forma en que te preocupas por los demás, y cómo siempre encuentras la manera de hacer que cada día sea especial".

Con cada cumplido que Jorge le decía, el calor en su cuerpo se intensificaba. Sofía apretó los muslos bajo la mesa, tratando de controlar la sensación de humedad que sentía entre sus piernas. La tela de su ropa interior se empapaba, y la necesidad de liberar la tensión creciente se hacía más fuerte.

EL CASTIGO DEL INFIELDonde viven las historias. Descúbrelo ahora