Capítulo 15: La Verdad

108 1 0
                                    

Sofía despertó con los primeros rayos de sol entrando por la ventana de su apartamento. Sentía el peso de una noche agotadora, pero también una calidez reconfortante: Jorge estaba junto a ella, todavía dormido, su brazo descansando suavemente sobre su cintura. Después de la intensa noche de emociones que habían compartido, Jorge había decidido quedarse a dormir, y Sofía se sintió agradecida de no haber tenido que pasar la noche sola. Sin embargo, la paz de la mañana fue rápidamente interrumpida cuando sintió una extraña pesadez en su pecho.

Con cuidado, se deslizó fuera de la cama, tratando de no despertar a Jorge. Caminó hasta el espejo del baño, y lo que vio hizo que su corazón se acelerara. Sus pechos, que la noche anterior habían crecido durante su encuentro con Jorge, seguían siendo enormes, incluso más grandes que antes. La blusa suelta que había elegido para dormir estaba ahora peligrosamente ajustada, la tela estirada hasta el límite.

Sofía respiró hondo, tratando de calmarse. "Esto no puede estar pasando", murmuró para sí misma, recordando la extraña sensación que había sentido anoche mientras estaba con Jorge. Sabía que Lucía estaba detrás de todo esto, pero no tenía idea de cómo enfrentarse a ella. Con los nervios a flor de piel, regresó a la habitación, encontrando a Jorge despertando lentamente.

"Buenos días," murmuró Jorge, con una sonrisa adormilada en su rostro. Pero entonces notó la preocupación en los ojos de Sofía y se incorporó rápidamente. "¿Qué sucede, Sofía? ¿Estás bien?"

Sofía se mordió el labio, sabiendo que ya no podía seguir escondiendo la verdad. "Jorge, necesito contarte algo. Algo que no te he dicho antes, pero que necesitas saber." Tomó asiento al borde de la cama, con Jorge mirándola con preocupación creciente. "Todo lo que ha estado sucediendo, los cambios en mi cuerpo, lo que pasó anoche... todo es obra de Lucía, quien era mi ex y que tiene poderes mágicos. Ella tiene algún tipo de poder, y lo ha estado usando para castigarme por lo que hice."

Jorge la miró con una mezcla de incredulidad y preocupación.

—¿Qué tipo de poder?

"Magia," respondió Sofía, su voz apenas un susurro. "No sé cómo lo hace, pero ha estado usando su magia para... cambiarme, humillarme, y controlar mi vida de una manera que no puedo detener. Y ahora, ha hecho que mis pechos... crezcan de esta manera. No puedo explicarlo, pero sé que es ella."

Jorge abrió la boca para responder, pero antes de que pudiera decir nada, una ráfaga de aire frío llenó la habitación. Sofía se giró rápidamente hacia la puerta, y su corazón se hundió al ver a Lucía parada en la entrada del cuarto, una sonrisa satisfecha en su rostro.

"Así que finalmente decides contarle la verdad," dijo Lucía, su voz llena de burla. "Qué valiente de tu parte, Sofía. Pero me temo que no será suficiente para detener lo que viene."

Sofía se levantó de un salto, su cuerpo tensándose ante la presencia de Lucía. "¿Qué estás haciendo aquí? ¡Sal de mi casa!"

Lucía rió suavemente, dando un paso más hacia dentro de la habitación. "Oh, querida Sofía, no tienes el poder de decirme qué hacer. Y me temo que después de lo que le has contado a Jorge, no puedo dejarlo así. Él también debe ver lo que significa cruzarse conmigo."

Jorge se levantó de la cama, tratando de ponerse entre Sofía y Lucía. "No sé qué clase de juego estás jugando, Lucía, pero no voy a permitir que sigas haciendo daño a Sofía."

Lucía levantó una mano, y Jorge fue empujado suavemente hacia un lado, como si una fuerza invisible lo apartara. "Esto no es un juego, Jorge. Es un castigo. Y ahora, tú también eres parte de él."

Sofía sintió una extraña presión en su pecho, mucho más fuerte que antes. Miró hacia abajo, aterrorizada al ver cómo sus pechos comenzaban a tensarse y crecer aún más, estirando la tela de su blusa hasta el punto de que parecía que iba a rasgarse. La presión se convirtió en una sensación de llenura incómoda, y antes de que pudiera hacer algo al respecto, sintió cómo un líquido comenzaba a acumularse en sus pechos.

"No... no, por favor," suplicó Sofía, pero era inútil. En cuestión de segundos, sus pechos se llenaron completamente de leche, la presión en su interior era insoportable. La leche comenzó a salir a borbotones, empapando la cama y dejando a Sofía totalmente vulnerable.

Lucía observó la escena con una sonrisa cruel. "Dile a Jorge cómo te sientes ahora, Sofía. Dile lo que es ser humillada y controlada, sin poder hacer nada al respecto."

Sofía intentó cubrirse, pero sus pechos eran demasiado grandes, la blusa ya no podía contener la leche que comenzaba a escaparse de sus pezones.

Jorge, conmocionado por lo que estaba viendo, trató de acercarse para ayudarla, pero no sabía qué hacer. "Sofía, ¿cómo puedo ayudarte?" preguntó, su voz llena de desesperación.

Sofía, con lágrimas en los ojos, lo miró impotente. "No puedes... no puedes hacer nada, Jorge. Esto es... esto es todo lo que soy ahora. Lucía... ella no me dejará en paz."

Lucía dio un paso atrás, contemplando su obra

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Lucía dio un paso atrás, contemplando su obra. "Jorge, ahora sabes lo que le pasa a quienes se cruzan en mi camino. Deberías estar agradecido de que no haya decidido hacerte sufrir más." Luego miró a Sofía una vez más, sus ojos llenos de desprecio. "Recuerda, Sofía. No hay escapatoria de lo que te he impuesto. Esto es solo el principio."

Con un último gesto de su mano, Lucía desapareció, dejando a Sofía y Jorge solos en la devastación que había causado. La habitación estaba en silencio, excepto por el suave sonido de la leche que todavía goteaba de los pechos de Sofía, empapando la alfombra y las sábanas.

Luego de esto, Sofia empezó a sentir como sus pechos estaban tan llenos que le dolían. Jorge al ver esto intento ayudar a Sofia

—Creo que la única manera de aliviarnos es vaciar un poco la leche. No sé cómo, pero puede que necesite que me ayudes a ordeñarme, perdóname enserio.

Jorge, aunque incómodo, estaba decidido a ayudar. Se acercó a Sofía con cuidado y le pidió que se recostara en la cama. Ella obedeció, sintiéndose vulnerable pero agradecida por su apoyo.

Jorge, con manos temblorosas pero con determinación, comenzó a aplicar una presión suave sobre los pechos de Sofía, tratando de extraer la leche. La tarea era difícil y incómoda, pero él lo hacía con cuidado, siguiendo las instrucciones que Sofía le daba.

De un momento a otro, siento la necesidad de empezar a succionar los pechos de Sofia con su boca, era como si algo lo obligara. Así que de esta manera empezó a poner su boca en los pechos de Sofia y succionar la leche de ellos.

Sofía se contuvo de quejarse mientras el proceso continuaba y empezó a sentir un poco de placer pero también de incomodidad. Cada vez que Jorge apretaba y succionaba, sentía un alivio parcial y una pequeña cantidad de leche salía, empapando los paños que él había colocado para recogerla. La mezcla de alivio y vergüenza la hacían sentir cada vez más incómoda.

Jorge, aún conmocionado y confundido, se acercó a Sofía, abrazándola con cuidado, tratando de no presionar más su pecho dolorido. "Sofía, no sé cómo vamos a salir de esto, pero te prometo que no te dejaré sola. Lo superaremos juntos, de alguna manera."

Sofía se acurrucó en sus brazos, sintiendo una mezcla de vergüenza, impotencia y gratitud. Sabía que Jorge estaba a su lado, pero la batalla contra Lucía era algo que tendría que enfrentar en su propia carne, un desafío constante que amenazaba con destruir todo lo que era. Pero por ahora, mientras el sol seguía subiendo en el cielo, lo único que podía hacer era aferrarse a la promesa de Jorge, y esperar que, de alguna manera, encontrarían una manera de escapar de la oscuridad que Lucía había traído a sus vidas.

EL CASTIGO DEL INFIELDonde viven las historias. Descúbrelo ahora