Capítulo 7

77 5 2
                                    


Nicholas Dagger.

No debí dejarla así como si nada pero se que el ataque ha pasado, el verla tan indefensa con la mirada llena de miedo, la imagen de sus manos llenas de sangre me causa escalofríos. Sus hermosos ojos negros, que casualmente reflejan un estraño brillo, te hacen querer perderte en ellos se veian tan vacios y llenos de miedo.

Corro por la casa en busca de Dylan, pero no está en su cuarto o el baño, casi caigo por las escaleras al bajarlas, la cabeza me da vueltas por la desesperación.

Piensa. Piensa. Piensa.

El maldito laberinto, Dylan ama el laberinto desde pequeño, abro la puerta principal corriendo y me detengo cuando quedó enfrente de la entrada del laberinto «¿Como carajos voy a encontrarlo?», de pequeño me aterraba la idea de perderme en él.

Ignoro mis patéticos pensamientos, tomó el pasillo de la izquierda, pero me topó con una pared, decido regresar al pasillo de la derecha, pero en esta hay dos pasillos «!JODER!», cierro los ojos tratando de calmarme.

«No dejes que tus emociones nublen tu juicio»

Logro escuchar un lloriqueo.

Dylan.

Me guío por el sonido que produce mi hermano al llorar, no tengo idea de que camino estoy tomando hasta que frente a mi aparece un gran árbol de cerezo, enfrente de este se encuentra Dylan de rodillas llorando. Me acercó arrodillándome enfrente de él, lo abrazo acercandolo a mi con el fin de calmar su llanto.

— Dylan —lo llamo pero no voltea a verme está ido, las lágrimas no paran—. Dylan mírame, hermano necesito que te tranquilices.

— N-n no puedo —niega con desesperación, me desespera tanto volverlo a ver de esta forma—. Nick yo no puedo volver a pasar por esto.

— ¿De qué hablas? —pregunto confundido—. Dylan ¿que no puedes volver a pasar?

— No puedo volver a lastimar a alguien, no quiero —expresa con la voz rota, la mirada empañada por las lágrimas, su comentario me hace acercarlo de nuevo a mi. Algo en mi se retuerce a causa de la culpa—. Yo no quiero ser un monstruo.

— Mírame —lo alejó para buscar su mirada, al encontrarla lo sujetó de los hombros—. Dylan no digas eso, lo que pasó con Abigail no fue tu culpa.

— Yo hice una promesa —niega desesperado creo que está divagando—. Yo hice una promesa.

— Se que amabas a Abigail pero...

— No. No. No. No con Aby —voltea a verme con desesperación, su mirada refleja algo que no soy capaz de descifrar—. Con Gracelynn.

Me paralizo al escucharlo.

— ¿Qué fue lo que hiciste?



...




El aire abandona mis pulmones al terminar de escuchar lo que tanto oculta. Elizabeth no puede saber eso. Si ella se entera Dylan corre peligro, y yo le fallaría a mamá Di, no tengo opción.

«¡Carajo!»

La frustración se apodera de mí, odio no tener el control de lo que me rodea, y odio mas el no poder hacer nada, me siento como un inútil. Si no actúo todo se revelara y si lo hago también, solo basto una noche para que todo se fuera a la mierda. Tantos años.

— Dylan no puedes volver a mencionar eso —niego mirándolo a los ojos, volteo a todos lados con miedo de que alguien lo haya escuchado—. Alguien podría escucharte, padre podría escucharte.

La Herencia BlackwoodDonde viven las historias. Descúbrelo ahora