— Así que... ¿ya no crees en el amor? —inquiere confundido.Después de que terminara de entrenar, esperé pacientemente a que superará sus tiempos en el agua. Tuvimos la grandiosa idea de comprar helado y comida china para ver películas en su habitación.
Y desde entonces no hemos salido de aquí.
— No —afirmo segura de mi decisión.
— ¿Por qué
— Porque si.
— Lizzy —ríe—. Llevas hablando de lo confuso que es el amor y los hombres desde que estábamos comprando el helado, ¿qué paso?
«¡Tu hermano! ¡Eso pasó!»
— Nada —encajo la cuchara en el bote de helado llevandomela a la boca.
Niega quitándome la cuchara de las manos.
— Dime, cariño mío —pide haciéndome ojitos.
Rio cubriendo su rostro con mi mano.
Suspiro.
— Digamos que hipotéticamente tengo algo con alguien, y ese alguien suele actuar muy impulsivamente. —comienzo a hablar sin parar, soltando mi frustración—. Es lindo, amable y atractivo, pero algunas veces me confunde con su indiferencia o sus insinuaciones, es todo muy confuso. Le muestro que confió en él pero parece no creerme y...
— Si, Nicholas suele ser así.
Abro los ojos volteando.
— Lo sabes —más que preguntar lo deduzco.
Sonrie timidamente confirmando mis sospechas, el miedo me invade.
— Es obvio —responde con una mueca.
— Puedo explicarlo...
— No hay nada que explicar —sonríe sujetando mis manos—. No estoy molesto o algo por estilo, me siento un poco traicionado de que se lo contaras primero a Ben, pero no me molesta la idea.
— Si quería contarte pero tenía un poco de miedo por cómo ibas a reaccionar o cual seria tu primera idea del asunto —explicó.
— Creeme me agrada la idea —asiente sonriendo con burla.
— ¿Seguro?
— ¡Claro que sí! —exclama alegre—. Ahora cuéntame, ¿qué pasó entre ustedes?
— No creo...
— Oh vamos —deja caer sus brazos con exasperación—. Ya me explicaste como se coloca un tampón, eso es demasiada confianza, esto no es nada.
Me sonrojo de la vergüenza.
— Nos besamos —susurro.
— ¿Y?
Muerdo el interior de mi mejilla con nerviosismo.
— Me enseño unas cosas.
Sonríe con sugerencia motivándome a continuar.
— Me enseñó a generar placer —murmuró cabizbaja consumida por la vergüenza.
Ríe a carcajadas, levantó la mirada confundida, topandome con sus mejillas sonrojadas y su sonrisa.
— Si que no pierden el tiempo —canturrea divertido, golpeo su hombro con diversión—. ¿Y te gusto?
— Fue muy lindo y dulce —confieso ladeando la cabeza.
— ¿Nick? —asiento—, ¿Dulce? Jamás había escuchado esas dos palabras juntas.
— Me gusta como me mira —sonrío—, como si...
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La Herencia Blackwood
Mystery / ThrillerA lo largo de nuestras vidas nos enfrentamos al dolor, en ocasiones por nuestra culpa y en otras por segundas personas. Pero no hay dolor más grande que el de perderlo todo, casa, amigos, familia y a ti mismo. No existe nada peor que perderse a sí m...