Advertencia: Ligera mención sexual (sueño húmedo y masturbación) después de los tres puntos.
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Nicholas Dagger.
Llevan toda la cena riendo, compartiendo susurros con una cercanía que no tolero.
«¡Ya besense, si quieren!»
Pareciera que se le ha olvidado cómo me beso, cree que no vi como se limpio los labios antes de entrar al salón, un completo insulto. Jamás en mi vida me sentí tan patético, el orgullo se me bajo hasta los pies.
Las mujeres, grandes o jóvenes, ruegan un beso mio, y a la pelinegra parece no darle importancia.
«¡Se limpió los labios!»
— ¿Crees que Elizabeth sea nuestra nueva hermana? —susurra Benedict a mi lado.
— Padre es su tutor —aclaro—. No está adoptandola.
— Eso no es a lo que me refiero.
Volteo mirándolo con fastidio, su tono no me gusta para nada.
— ¿A qué te refieres entonces?
— Mira —señala con la punta de su cuchillo a la parejita riendose—. Parecen llevarse muy bien, demasiado bien, no se tu pero yo vi algo esa noche. Es claro que Dylan ya olvidó lo que le dijiste.
Aprieto mis puños con fuerza, con mi cuchara en mi mano.
Los huesos de mi mandíbula se contraen por la fuerza con la que la tenso.
Una risa burlona me hace tensarme, Benedict sonríe triunfal.
— Hijo de puta —murmurro.
— Shh —me silencia pegando su cuchara usa sobre mis labios, golpeo su mano alejandola—. Recuerda que compartimos mamá.
— No, no lo hacemos.
— Hablo de mamá Di —aclara.
Bufo fastidiado, bebo de mi copa de vino, sin dejar de observarlos.
— Los vas a hacer desaparecer si los sigues viendo —comenta burlón.
— ¡Tace! —(Callate en latin) ordeno en un susurro.
— Como te atreves a callarme en nuestro idioma familiar —bufa ofendido—. Si tu...
— ¿Por qué llegaste tarde? —interrumpo antes de que comience a parlotear.
— Alice Green.
— ¿Quién? —pregunto confundido.
— Alice Green —repite como si estuviera retrasado.
— Imbecil —golpeo su nuca discretamente—. Me refiero a ¿quién es?
— Ah.
Una estúpida sonrisa aparece en su estúpida cara, los ojos le brillan.
— Una diosa en la cama.
Cierro los ojos exasperado, «¿en qué momento pregunté?».
— ¿A que no adivinas qué? —suelta con emoción.
Lo ignoro.
— Nick.
Lo sigo ignorando.
— Nick
Bebo de mi vino terminandomelo.
— Nick, te estoy hablando.
— No quiero saber tus trucos en la cama o los de ella —aclaro antes de que hable, sonrie travieso, suspiro derrotado.
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La Herencia Blackwood
Mystery / ThrillerA lo largo de nuestras vidas nos enfrentamos al dolor, en ocasiones por nuestra culpa y en otras por segundas personas. Pero no hay dolor más grande que el de perderlo todo, casa, amigos, familia y a ti mismo. No existe nada peor que perderse a sí m...