Capítulo 24

66 4 2
                                    

Advertencia: Mención sexual (Sexo sin protección), después de los tres punto.
🔞• ━━━━━━━━━━━━━━ •🔞

Levanto la vista, sujetó el brazo de Dylan con fuerza.

Suspiro con cansancio al ver la universidad de London School of Economics and Political Science.

De nada sirve ser la dueña de una empresa multimillonaria si no sabes como manejarla.

«Yo odio las matemáticas»

Aliso mi falda disimuladamente al ver tantos rostros desconocidos enfocados en mi persona. Sonrió tímidamente mostrándome como alguien amable, quizás asi podria conseguir nuevos amigos.

— Suerte —Benedict golpea mi espalda con burla.

— Auch —expreso sin sentir dolor, mirandolo incrédula.

Sonríe traviesamente antes de dejar un beso en mi mejilla, antes de hecharse a correr por las escaleras.

El pasillo es largo, o al menos eso es lo que parece, sujeto con fuerza las correas de mi mochila a medida que me acerco. Las miradas comienzan a incomodar, me le pego más a Dylan en busca de seguridad.

— No muerden —cometa burlón.

— ¿Por qué me miran tanto? —pregunto angustiada—. ¿Mi diadema no combina a caso?

— Tu diadema está bien —sonríe deteniendo su paso, sujeta mi mano—. Eres hermosa, Lizzy. Quizás esa sea la razón por la que todos te miran, no quizás, esa es la razón, estoy seguro.

— Gracias —siento como las mejillas se me sonrojan.

Rie volviendo a retomar el camino.

Todo el fin de semana nos la pasamos acomodando nuestros horarios para coincidir en todas las clases, resulta que los tres hermanos tuvieron un periodo vacacional abducido por honoríficación académica, que en pocas palabras significa que su padre pagó una cierta cantidad para cubrir sus inasistencias.

Después del accidente todo dio un giro, literalmente no tuve opción, necesito empezar a involucrarme en esto, todo.

— Gunther quiere conocerla —menciona el pelinegro apareciendo repentinamente.

El aire se vuelve pesado, caliente.

Porta un elegante conjunto de color negro, formal. Americana negra con detalles plateados en los botones, un pantalón sumamente liso, sin arrugas, del mismo color. Mis mejillas arden al ver del detalle de usar corbata de color negro, oscuro.

Casi como el color de mis ojos.

— ¿Elizabeth?

— Eh.

Parpadeo desconcertada, ambos hermanos me miran con preocupación, sonrio levemente.

— ¿Estás bien? —el ceño de Dylan está fruncido, me escanea en busca de no se qué.

— Si —asiento efusivamente.

— ¿Segura?

— Si.

Entrecierra los ojos, inseguro.

— Vamos —habla el pelinegro llamando mi atención, su cabeza está inclinada señalando el pasillo contrario.

Asiento comenzando a seguirlo, no doy ni cinco pasos cuando Dylan vuelve a hablar.

— Nos vemos después —asegura emocionado, corro dejando un beso en su mejilla antes de marcharme con su hermano.

La Herencia BlackwoodDonde viven las historias. Descúbrelo ahora