XXII

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Coryo se rio cuando me observo cubierta de pies a cabeza con agua. A las afueras de Pozo Dragon se escucho un trueno que retumbo en las paredes del lugar. Brevemente se ilumino todo el lugar. Mire mis botas cubiertas de lodo deseando que no cogiera ninguna enfermedad por exponerme a tal clima.

- He venido apenas vi tu nota en mi habitación – expliqué al muchacho, mientras caminábamos al nido de Luna Plateada - ¿Qué es lo que ha pasado?

- Muchas cosas, mi Señora – gruñí por lo bajo ante su comentario, no contenta con el título de "mi Señora" – Primero Luna Plateada tuvo una nidada, cuatro huevos de dragón, uno de ellos entregado a la Princesa Rhaenys.

- Lo escuche, un pequeño huevo de color violeta – comente siguiendo el camino únicamente alumbrando con una antorcha – Por cierto, no debes llamarme "Señora".

- Es una jinete de dragón, como todos nuestros reyes lo han hecho desde la conquista de Aegon – repuso con rectitud – Merece un titulo digno de su condición.

- Olvídalo, no importa cuantas veces te corrija, no cambiaras de idea - dije cansada - Solo no dejes que nadie mas te escuche.

- Si, mi señora – dijo sonriendo con orgullo.

Nos detuvimos frente a la entrada del nido de Luna Plateada. El sonido de las enormes cadenas siendo arrastradas por la dura piedra me asusto. Mire nuevamente a Coryo, quien volvió a ponerse serio de repente.

- Parece que a la dragona no le gusto que tomaran su huevo – comenzó el chico a explicar – Desde aquello se ha intentado liberar dos veces, hace unos días logro salir, pero el Príncipe Rhaegar la trajo de vuelta con ayuda de Vermax.

- No escuche nada de eso – medite pensando en el porque estaba ocurriendo algo como esto - ¿Por eso el Príncipe Rhaegar estuvo hace unos días volando sobre Desembarco del Rey?

- Ocurrió por la noche, un día después del banquete en honor a los Stark y Baratheon - dijo el con frustración – El Príncipe se mantuvo sobrevolando Pozo Dragon para evitar que escapara de nuevo.

- Esto podría terminar en un desastre – reconocí con preocupación - ¿Tienes alguna idea de porque está actuando así Luna Plateada?

Coryo lo medito por unos segundos antes de extenderme un pergamino que lucía lo suficiente viejo como para convertirse en polvo en cualquier momento. Lo tome con cuidado, desenrollándolo con calma. Las palabras estaban en Antiguo Valyrio, suspire frustrada.

- Aun no puedo leer por completo el Alto Valyrio, Coryo – le recordé, descifrando apenas unas palabras - ¿Fertilidad? ¿Ciclo?

- El pergamino explica un poco de etapa reproductiva de los dragones, al menos lo observado por los guardianes  – Coryo removió sus manos con inquietud – En una parte explica que el vínculo jinete-dragón puede llegar a ser tan fuerte que los ciclos reproductivos pueden nivelarse entre ellos.

Pude sentir mis mejillas calentarse ante la vergüenza por tener a un niño explicándome algo como aquello. Era obvio lo que quería darme a entender. Al parecer, Luna Plateada esta vinculada con mi etapa fértil. Lo medite unos segundos, dándome cuenta de que las fechas coincidían. Todo había empezado un par de días antes de que el Príncipe Rhaegar se escabullera en mi habitación.

- ¿Es mi culpa? – pregunte asustada – Pero ni siquiera he logrado montar a la dragona, no podemos tener ese tipo de vinculo.

- Esto se ha visto antes – argumento – Le paso a la Reina Rhaenyra y la Reina Valeryan, cada vez que estaban en cinta sus dragones ponían una nidada, no es algo nuevo.

FatalidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora