XXXI

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Observe a la bella mujer suspirar obviamente aburrida de estar sentada en medio de todas esas damas de alta cuna. Sonreí, consciente de que mi prometida no encuentra diversión en tales actividades. Tal vez podría lograr acercarme a ella si le ofrecia un paseo por los alrededores. Un descanso para sus oídos después de pasar tanto tiempo aquí reunidos.

- Lady Lyanna – salude con una sonrisa, sin embargo, ella no correspondió al saludo de la misma forma - ¿Puedo pedirle su compañía esta noche para cenar?

- Me temo que no es posible, Lord Baratheon – respondió ella sin emociones aparentes – Mi chaperona está terminando de ordenar el equipaje en la carpa que me han asignado.

- Ya veo, tal vez si alguno de sus hermanos se une puede que todavía podamos cenar juntos – comente intentando solucionar el asunto - ¿Tal vez a Ned no le moleste?

- Eddard se ha desaparecido desde hace un buen rato – murmuro ella viendo con sospecha hacia el bosque – Brandon por otro lado está cumpliendo con su cortejo a Lady Tully.

Fruncí el ceño con preocupación ante la ausencia de Ned, especialmente manteniéndose lejos de su querida hermana por tanto tiempo. A unos metros note a Brandon Stark junto con Lord Tully y su hermosa hija, Lady Catelyn Tully. Al parecer, Lyanna tenia razón y esta noche no es la mejor para intentar congeniar.

- Supongo que lo mejor es que vaya a buscar a Ned – murmure, lo que hizo sus ojos grises brillaran con emoción – No lo he visto, su lobo tampoco parece estar por aquí.

- Mi loba y el lobo de Brandon están en las perreras – dice la Stark con tristeza – Mi hermano Eddard dijo que su lobo, Ceniza, estaba inquieto y que lo llevaría a dar un paseo, pero ya ha tardado demasiado, incluso ha oscurecido.

- Iré a buscarlo, mi señora – afirme intentando pensar donde se encontraba.

Lady Lyanna Stark se animó con aquello, pronto se levantó pareciendo dispuesta a seguirme. Su hermano mayor lo noto, ya que se acercó rápidamente a nosotros. Por supuesto, Lord Tully y su hija le siguieron. Aquello llamo la atención de la mayoría de los Lores dentro de la carpa.

- Lyanna, hermana, ¿A dónde vas? – pregunto el hombre norteño.

- Planeaba ir con Lord Baratheon a buscar a Ned – respondió ella inmediatamente, su hermano la miro con molestia.

- Eso no es posible – el heredero Stark decreto con firmeza – Eres la hija de un gran señor, no tienes que exponerte a que algo te pase allá fuera.

- Pero... - Lady Lyanna intento replicar, pero fue callada ante el gesto frío de su hermano.

- Lyanna, ya lo hemos hablado – expuso el Stark – En Invernalia eres libre de comportarte como mejor te parezca, pero esto no es el Norte, puede ser peligroso.

La joven Stark pareció marchitarse ante aquellas palabras. Planeaba intervenir por ella ante su hermano, pero la molesta voz del Príncipe Dragon me hizo permanecer callado. Para sorpresa de todos los allí reunidos el heredero al Trono de Hierro se unió a la conversación. El rostro de Lyanna adquirió un brillo de esperanza, fruncí el ceño.

- ¿Tal vez pueda ofrecer mi ayuda? – pregunto el peliplateado – Puedo sobrevolar en mi dragón, eso nos ahorraría tiempo.

- No creo que sea necesario, nuestros hombres pueden buscarle – aseguro Brandon Stark – Además, Eddard se ha vuelto un gran guerrero.

- Y su lobo siempre se mantiene cerca de el – complete irritado por la oferta del Príncipe – Si Eddard no aparece, mis hombres pueden ayudar. Después de todo la Casa Stark y Baratheon pronto estarán unidas.

FatalidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora