LA PROMESA [EL AMOR O LA VENGANZA]

CAP-24:[REMISIÓN]

EROS CASTLE

Tenía un nudo en la garganta, un leve dolor en el pecho que me sofocaba aunque no lo suficiente. Busqué en mi memoria un solo recuerdo donde me sintiera querido o amado por mi padre pero no hallé ninguno. Nunca fue un buen padre, al menos no conmigo. 

Su muerte trae paz a muchas personas, soy una de ellas por que su obsesión con las mujeres prohibidas me había afectado incluso a mi. Sus palabras retumbaban en mi mente, su gritó mientras mi madre apuntaba...la forma en que dijo: Mátalo. Como si no se tratase de su propio hijo, lo admito me dolió y no por él. 

Me dolió darme cuenta cuan enfermo podía llegar a estar por una mujer sin importarle nada, ahora conozco parte de lo que sintió Carlo al enamorarse de mi madre. Si yo viví un infierno aun estando casado con Melantha no me puedo imaginar lo que sintió él, su impotencia al saber que no podía hacer mucho por que él y mi madre estaban casados. 

Entro a la habitación y notó a Melantha cerrando los ojos plácidamente, se ve tranquila y en paz como hacía meses no estaba. La luz del sol entraba por la ventana haciendo que su cabello negro destellará, se ve hermosa.

-¿Quieres una foto?- susurra sin abrir sus ojos con una leve sonrisa en sus labios.

-Tengo una vida entera para adorarte, las fotos son para los plebeyos que no te tienen y no es mi caso- me recuesto junto a ella en la cama diminuta que apenas y nos sostiene.

-No quiero estar en cama, me aburriré mucho son casi 6 meses los que me faltan.

-Alessia para la niña, eso dijiste ¿Y el niño?

-Uhm.. no sé. ¿Qué nombre te gustaría?

-Alessandro puede ser- me mira sonriente y con un brillo especial en sus ojos que parecen dos gotas de miel.

-Alessia y Alessandro- se lo piensa unos segundos y asiente sonriente- Vale, me gusta.

-Ya quiero que nazcan- entone con un suspiró.

-Yo igual, ya quiero verte en tu faceta de padre.

-Yo lo decía por que después de que nazcan planeo que tengamos sexo un fin de semana entero.

-¡Oye!- me golpea suavemente el pecho

-Estaré meses sin poder tocarte, es lo menos que me merezco. Aunque hay otras formas de tener intimidad que podríamos probar mientras estas en cama estos meses- deslice mi dedo índice por sus finos y perfectos labios que lucían rosaditos y jugosos ante mis ojos.

-No- niega con la cabeza mientras sonríe burlesca.

-¡Como que no!- beso su cuello haciéndole cosquillas- Te Amo- uno mis labios a los suyos. Te Amo...Te Amo Demasiado- repito una y otra vez mientras la beso y mis manos viajan a su cintura.

-Ya- me detiene- Estamos en un hospital. Después del parto prometo compensarte. 

-Promesa- extiendo meñique.

-Promesa- enreda su meñique al mio.

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Tres Semanas Después...

Al fin hoy dieron de alta a Melantha, la llevaría a casa y ahí estaría mas cómoda para sobrellevar los meses que le faltan de embarazo. Firmé miles de papeles para poder sacarla de este sombrío hospital, este lugar debe ser de los mas escalofriantes del mundo por que ha visto tantas muertes. Me dirigí a la habitación de Melantha donde todos los demás estaban ayudándola a prepararse para salir de aquí.