LA PROMESA [EL AMOR O LA VENGANZA]

CAP-37:[INTUICIÓN]

VÍCTOR WALSH

La chica asustada del contenedor seguía sin decir una sola palabra. Todas salieron corriendo en cuanto vieron la puerta abierta pero ella se quedo allí asustada. Como un animalito enjaulado que tenía miedo que la libertad no fuese real. Logré que saliera pero se hizo una coraza que no dejaba traspasar nada.

—Te saqué de ese lugar feo pero aun no me has dicho tu nombre bonita ¿No merezco saberlo?—pregunté mirando a la chica antes de que mis hombres se la llevarán de regreso a Dinamarca pero guardó silencio—Vale, te diré el mio—la chica me miró. Si quería saber mi nombre pero fingía que no—Víctor, soy de Irlanda.

—Annelise—susurró la chica—Ese es mi nombre. 

—Bonito nombre para una chica. Muy poco común—la chica asintió con la mirada cabizbaja.

—Volverás a Dinamarca con tu familia. Sonríe un poco si, ya eres libre—la chica derramó unas lagrimas como si hubiese dicho algo terrible.

—Mi propia familia no me quiere de regreso. En Dinamarca se considera una mancha sobre la familia cuando una mujer desaparece por mas de un día. Las familias ya no te reciben por vergüenza social—mierdas de leyes arcaicas.

—Vale, entonces déjame ayudarte. Te llevaré a un lugar para que te limpies y luego veremos que hacer—la chica me miró como si no creyera mis buenas intenciones—Te dejaré ir si es lo que deseas.

Estaba en Italia. No se que mierda iba a hacer con una mujer acá. No se por que le hablé en primer lugar pero heme aquí ofreciendo ayuda. La chica accedió, Eros me ofreció una de sus casas para quedarme asi que la llevé allí. Estando ahí se notaba mas cómoda pero ahora tenía un problema mayor y es que no tengo ropa de mujer.

—Ve a limpiarte si gustas. Enviaré a que te compren ropa para que te cambies—me sorprendí cuando abrió la boca solo para pedir cosas. No había hablado mucho desde que la encontré pero si me pedía cosas.

—Debe ser un vestido de preferencia. Unos zapatos estarían bien y si eres tan amable podrías comprar maquillaje. Me veo terrible —antes no dijo ni una palabra pero ahora me pedía cosas.

—No tengo ni puta idea de que ropa o zapatos mandar a comprar  asi que...—pensé un poco y solo se me ocurrió una cosa— Iremos a casa de mi hermano. Su esposa tiene un gusto impecable y seguro te puede ayudar a cambiarte ya que estas tan interesada en verte bien.

Los últimos acontecimientos de mi ayudando a una mujer que para nada conocía fueron cosas que me tomaron por sorpresa. Vale pero no me quejaba por que la chica era bonita, no se para que quería maquillaje si asi estaba bien. Un bañito con agua y jabón y listo.

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Al Siguiente Día...