LA PROMESA [EL AMOR O LA VENGANZA]

CAP-38:[SER O NO SER (+18)]

VÍCTOR WALSH

Lo admito, la compañía de Annelise no me molestaba. Y menos con los vestidos que Melantha le había regalado. No puedo desconcentrarme ahorita, aun no. La tormenta a penas se asoma. Cuando se descubran las Memorias de los Terranova todo va estallar. Me preocupan las memorias de Carlo pero las mas preocupantes son las de Melantha. Según sé ambas se traslapan, es decir necesitas ambas memorias para tener el contexto completo y entender.

Padre e hija inventaron el código de sus memorias bajo un idioma que solo ellos descifran. Puedes tener las memorias de Carlo y no significaran nada sin las de su hija, son como llaves que se complementan para abrir una puerta. La presencia de una mujer no esta contemplada en mi vida. Asi que cualquier atisbo de atracción o comodidad que sienta por la pelirroja no tiene cabida y me niego a darle paso.

-Annelise. Entiendo que no quieras volver a Dinamarca pero creo fielmente que podrás encontrar tu camino. Cuenta con lo que necesites económicamente mientras encuentras la forma de valerte por ti misma- me salió natural por que no es como que estuviera enamorado o algo asi. Al menos no aun. Hurra por mi.

-Tu cuñada ha sido muy linda este mes. Me lleno de vestidos bonitos y creo que me considera su amiga. No estoy segura, pero te agradezco Víctor por haberme rescatado y ayudado todo este tiempo-la sonrisa sincera y agradecida de su rostro casi me hace flaquear.

-Puedes quedarte aqui en Italia cerca Melantha ya que se llevan bien. Yo debo volver a Irlanda por algo importante y no creo volver por aquí. Al menos por un rato-sus ojos verdes fueron enmarcados por una sonrisa aun mas clara y perfecta junto a esos cabellos rojos que me gustaron en cuanto la vi en ese contenedor.

-¿Te volveré a ver alguna vez?-se me hizo un nudo en la garganta cuando me miró con tristeza e hizo esa pregunta asi que asentí- Que tengas un buen viaje. Espero que resuelvas todo y puedas venir a visitarme pronto- me dio una enorme sonrisa y justo cuando iba a salir por la puerta gritó mi nombre-¡Víctor!- me giré para verla y un suave, cálido y rápido beso se poso en mi mejilla. Hasta salto poniéndose de puntitas para besarme la mejilla, sonrió nerviosa y se fue corriendo como si acabará de desatar una guerra intercontinental.