Anthony Bridgerton se despertó con el sonido inconfundible de risas provenientes del piso de abajo. Apenas había amanecido y, sin embargo, la casa ya estaba llena de actividad. Era un martes cualquiera, pero en la mansión Bridgerton, cada día parecía una nueva oportunidad para el caos.
Se frotó los ojos con cansancio, sabiendo lo que le esperaba. El desayuno en su casa nunca era tranquilo, y menos con una madre tan persistente como Violet Bridgerton. Desde que las primeras cartas de invitación para la temporada habían llegado, no había habido un solo día en el que su madre no mencionara, de una forma u otra, la "conveniencia" de un matrimonio con Cassandra Ravenwood.
Se levantó de la cama con resignación, vistiéndose rápidamente y preparándose mentalmente para el interrogatorio matutino que estaba seguro de que llegaría. ¿Cómo había terminado en esta situación? Solo quería encontrar una esposa tranquila y obediente. Una mujer que entendiera su papel sin complicaciones, sin emociones intensas. Alguien como Edwina Sharma, no como Cassandra Ravenwood, quien le provocaba más dolores de cabeza que cualquier otra cosa.
Mientras bajaba las escaleras, los sonidos de las voces de sus hermanos y de su madre se hacían más nítidos. Al llegar al comedor, encontró a toda la familia reunida. Daphne, Benedict, Colin, Eloise, Francesca, Gregory y Hyacinth ya estaban sentados, todos charlando animadamente. Lady Violet estaba al final de la mesa, sirviendo té con una sonrisa tranquila, la misma sonrisa que Anthony había aprendido a temer.
—Buenos días, Anthony —dijo su madre en cuanto lo vio entrar—. Justo a tiempo. Estábamos hablando de la velada de anoche.
Anthony se sentó con una leve inclinación de cabeza, sin siquiera haber tocado su taza de té antes de que su madre comenzara a hablar.
—Me pareció que estuviste bastante atento a Cassandra Ravenwood —comentó Violet con una dulzura engañosa—. Os veríais muy bien juntos, ¿sabes?
Anthony suspiró, sintiendo la fatiga en cada palabra. No había escapatoria.
—Madre, te lo he dicho antes y te lo diré de nuevo. Cassandra y yo no tenemos absolutamente nada en común. Ella es todo lo que no quiero en una esposa. Es... —Anthony buscó las palabras adecuadas—... difícil. Respondona. Y yo prefiero a alguien que sepa cuál es su lugar.
Violet alzó una ceja, claramente divertida por la frustración de su hijo.
—¿Difícil? ¿Respondona? —repitió, como si fueran cualidades encantadoras—. Eso suena más a desafío que a defecto, querido. Tal vez es exactamente lo que necesitas. Una mujer que no se deje intimidar por ti.
Anthony apretó la mandíbula, su paciencia comenzando a agotarse.
—Lo que necesito es paz, madre. No una batalla diaria.
Los hermanos Bridgerton intercambiaron miradas de diversión. Daphne escondió una sonrisa detrás de su taza, mientras Colin, siempre el provocador, añadió:
—¿Paz? ¿Y desde cuándo en esta familia ha existido eso? Vamos, hermano, sabes que la vida sin un poco de desafío sería tremendamente aburrida.
Anthony ignoró el comentario de Colin y se concentró en su desayuno, aunque la comida no le apetecía. Sabía que intentar razonar con su madre era inútil. Violet Bridgerton tenía la determinación de una fuerza de la naturaleza, y una vez que se fijaba en algo, era prácticamente imposible desviarla de su curso.
—Hijo —insistió Violet, suavizando su tono—, sé que piensas que Cassandra no es lo que deseas. Pero la vida tiene una forma curiosa de mostrarnos que lo que creemos que queremos no siempre es lo que necesitamos.
Anthony la miró directamente a los ojos, sintiendo el peso de sus palabras. Era el mayor de los Bridgerton, el heredero, y sobre sus hombros recaía la responsabilidad de la familia. Lo último que necesitaba era que su madre le complicara más la vida con ideas románticas que, en su opinión, no tenían ningún fundamento.
ESTÁS LEYENDO
Solo una Ravenwood (Anthony Bridgerton)
FanfictionAnthony Bridgerton y Cassandra Ravenwood han sido enemigos desde la infancia, pero sus familias conspiran para unirlos en matrimonio. Entre el odio y la atracción, ambos luchan por resistir un destino que podría cambiar sus vidas para siempre.