Camino cortado

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Edwina estaba sentada frente al espejo, nerviosa pero aparentemente tranquila mientras Kate la ayudaba a ajustar los últimos detalles de su vestido. Las manos de Kate eran firmes, pero su mente estaba en mil lugares a la vez. La boda de su hermana menor con Anthony Bridgerton estaba a solo una hora de distancia, pero algo en el aire se sentía mal.

—Kate —murmuró Edwina de repente, rompiendo el silencio en la habitación.

—¿Qué pasa, querida? —respondió Kate con una sonrisa que intentaba ser tranquilizadora.

Edwina respiró hondo, dudando por un momento, pero finalmente soltó las palabras que llevaba masticando desde la noche anterior.

—La última vez que hablé con Anthony... —Hizo una pausa, buscando las palabras correctas—. No lo sé, Kate. No parecía... realmente enamorado de mí.

Kate detuvo sus manos, tensando el vestido ligeramente. Levantó la vista hacia el reflejo de su hermana en el espejo, tratando de descifrar lo que Edwina estaba pensando.

—¿Qué te dijo? —preguntó Kate, con una mezcla de preocupación y curiosidad.

—No es tanto lo que dijo, sino cómo lo dijo. —Edwina soltó un suspiro y se giró un poco para ver a su hermana directamente—. Fue muy educado, como siempre, pero no había... pasión. Me escuchaba, me sonreía, pero sentí que su mente estaba en otro lugar. Como si no estuviera realmente presente. No sé, hermana... no se sentía como alguien que esté a punto de casarse por amor.

Kate entrecerró los ojos, su instinto protector se activaba. Sabía que Anthony siempre había sido un hombre complicado, especialmente cuando se trataba de sus sentimientos. Pero ¿podría ser que Edwina estuviera comenzando a notar lo que Kate había sospechado desde el principio?

—¿Tú lo amas, Edwina? —preguntó Kate con suavidad, mientras la ayudaba a sentarse.

Edwina se quedó en silencio unos instantes, mirando al suelo. Luego, con una voz apenas audible, respondió:

—No lo sé. Quiero decir, siempre pensé que sí. Anthony es amable, caballeroso, todo lo que se esperaría de un vizconde. Pero... ¿de verdad lo amo o solo estoy siguiendo lo que creo que es lo correcto?

Kate asintió lentamente, sabiendo que su hermana necesitaba tiempo para procesar todo lo que estaba sucediendo. Sin embargo, antes de que pudiera responder, la puerta de la habitación se abrió de golpe, revelando a Violet Bridgerton, su rostro preocupado.

—No quiero asustarte, Edwina —comenzó Violet, su voz tranquila pero cargada de tensión—, pero no encontramos a Anthony por ningún lado. He preguntado a los criados, a Colin... Nadie lo ha visto desde anoche.

Edwina y Kate se miraron con sorpresa.

—¿Cómo que no lo encuentran? —preguntó Kate, ya poniéndose de pie, lista para actuar.

—No ha estado en su habitación esta mañana, ni en su despacho —continuó Violet, su mirada fija en las dos hermanas—. No quiero alarmarlas, pero... no es propio de Anthony desaparecer en un día como este.

El silencio que siguió fue tenso. Las palabras de Violet cayeron como un balde de agua fría. Mientras Edwina procesaba lo que significaba la ausencia de su futuro esposo, Kate sintió un nudo formarse en su estómago.

—¿Y si no quiere casarse? —susurró Edwina, con la voz quebrada.

Kate, tratando de no dejarse llevar por la desesperación, apretó la mano de su hermana.

—Vamos a encontrarlo —prometió, aunque en su interior, algo le decía que esta boda podía no tener el final que todos anhelaban— Y serás la novia más hermosa, Edwina. Te lo aseguro.

Solo una Ravenwood (Anthony Bridgerton)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora