Cena con las Sharma

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La residencia Bridgerton brillaba bajo la luz de las velas, con una elegancia y calidez que siempre la hacían destacar en la sociedad londinense. Esta noche, la familia estaba reunida en el gran comedor, acompañada de sus invitados, las señoritas Edwina y Kate Sharma. Lady Violet había organizado esta cena con la esperanza de que las cosas entre Anthony y Edwina avanzaran, impulsada por la idea de que la joven Sharma era la opción ideal para su hijo.

Todo parecía desarrollarse según lo planeado. Edwina estaba encantadora como siempre, sonriente, atenta y llena de esa dulzura que hacía que todos se sintieran cómodos a su alrededor. A su lado, Kate, su hermana mayor, se mantenía en un rol más observador, aunque con la lengua afilada siempre lista para intervenir cuando lo consideraba necesario.

Anthony, sentado en la cabecera, observaba la escena en silencio, participando solo lo justo en la conversación para no levantar sospechas. Sabía que esa cena estaba cuidadosamente diseñada por su madre para consolidar la conexión con Edwina. Era exactamente lo que debería estar deseando. Edwina era la esposa perfecta: amable, obediente, con un sentido del deber que se alineaba perfectamente con lo que él buscaba. Una vida fácil, sin sobresaltos, sin emociones complicadas. Todo lo contrario a lo que Cassandra Ravenwood representaba.

—El hipódromo estuvo especialmente concurrido el otro día, ¿no es cierto? —comentó Edwina, dirigiéndose a Anthony con una sonrisa radiante—. Fue tan emocionante. Aunque debo decir que la intervención de Lady Cassandra al final fue... inesperada.

Anthony sintió un escalofrío recorrer su columna al escuchar ese nombre. Levantó la mirada hacia Edwina, esforzándose por mantener la compostura, aunque no pudo evitar que su mandíbula se tensara ligeramente.

—¿Ah, sí? —respondió, intentando que su tono sonara casual—. No presté mucha atención.

No era cierto. Había prestado toda la atención. Más de la que debería. Cassandra había aparecido de la nada, y su sola presencia lo había perturbado de una manera que no lograba entender, ni mucho menos controlar. Su mente llevaba días enredada en pensamientos contradictorios sobre ella, pensamientos que se mezclaban entre la ira y algo más que prefería no identificar.

Kate, observando la interacción entre su hermana y Anthony, entrecerró los ojos ligeramente, como si estuviera sopesando cada palabra, cada gesto. Había algo en la manera en la que Anthony evitaba hablar de Cassandra que no le cuadraba. La irritación era evidente, pero había una tensión subyacente que no era propia de alguien que simplemente despreciaba a una persona.

—Lady Cassandra siempre ha sido una mujer de carácter —intervino Kate, mirando a Anthony de reojo—. Algo que no todos aprecian... pero que ciertamente la distingue del resto.

Anthony apenas pudo contener una sonrisa sarcástica. "Carácter" era una palabra suave para describir a Cassandra. Impulsiva, respondona, desafiante... y, maldita sea, esa misma fuerza que tanto odiaba en ella lo mantenía despierto por las noches. ¿Por qué no podía simplemente ignorarla como hacía con otras debutantes que no le interesaban?

—Es cierto —dijo Edwina, algo ajena a la tensión que parecía aumentar entre Kate y Anthony—. Aunque no creo que yo jamás tendría el valor de hacer algo así. Siempre he preferido mantenerme al margen de los conflictos.

Era la respuesta perfecta, pensó Anthony. Edwina era todo lo que él debería querer en una esposa. Una mujer que no causaría problemas, que no lo retaría a cada paso. Una esposa que cumpliría con sus deberes sin cuestionar nada. Y, sin embargo, en ese momento, su mente estaba a kilómetros de allí, volviendo una y otra vez a la imagen de Cassandra en el hipódromo. Su mirada desafiante, sus palabras llenas de veneno, esa forma en que parecía provocarlo con cada gesto, cada palabra.

Solo una Ravenwood (Anthony Bridgerton)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora