Tal como predijo Win en la sala no habían más de cinco personas cuando se hizo la oscuridad. A excepción de un tipo con aspecto de friki que ocupó una de las butacas situadas en la fila de delante el resto se sentaron lejos de ellos. Win, metódico como su padre biológico, no había escogido esa película solo por esas circunstancias, sino que también por una característica intrínseca a las comedias románticas: son bastante ruidosas.
Al principio Bright optó por hacerse el desentendido mientras los interminables títulos de crédito se sucedían uno tras otro. Le gustaba tomarle el pelo a su chico, Win era ansioso en general y no era muy diferente en cuanto al sexo se refería. Se molestaba con facilidad si no obtenía su polla cuando y como él quería. En la cama era muy mandon y demandante de sexo a su gusto. Si le sacaba su miembro antes de que se corriera, hacia pucheros y reclamaba lo suyo con alguna que otra mordida como venganza hasta que lo ensartaba de nuevo, clavándolo contra el colchón hasta hacerlo estallar. En parte le recordaba a una versión humana de una tamagotchi: adorable, pequeño y muy absorbente. Win requería de atención y sexo constantemente y Brigth estaba encantado de proporcionarle ambas cosas en cuanto tenía ocasión.
Apenas desaparecieron las letras de la pantalla se desataron las hostilidades. Fue Win él que alzando el reposabrazos que los separaba, tomó la iniciativa. No aguantó ni un minuto apoyado sobre el hombro de Bright, fue el mismo el que agarró al adulto de la nuca incitando a besarlo.
– ¿Pero no íbamos a ver la película? –preguntó entre risas haciendo verdaderos esfuerzos por separarse del chico.
– ¡Bésame tonto! –Ordenó y ya no bromeó más
Win seguía besando a su amante con el mismo ardor del primer día. Si bien ya había aprendido a gestionar el intercambio de saliva y la respiración, seguía buscando la lengua de su oponente con insistencia y, cuando el encuentro entre ambas se producía, saltaban chispas.
Bright tampoco permaneció impasible mientras besaba a Win. Los botones de su camisa eran una tentación demasiado grande como para no sucumbir. Dirigió su mano hacia ellos como las moscas van a la miel y comenzó a separarlos de los ojales. La tenue resistencia fue cayendo una tras otra hasta dejar buena parte del pecho del chico prácticamente al aire. Ansioso, introdujo su mano con firmeza hasta juguetear con el pezon hasta endurecerlo, pellizcando suavemente la turgencia, haciendo círculos embriagándose con su candor y su firmeza.
¡Agg! –gimió Win. Por fortuna su quejido se vio amortiguado por las risas de la película.
El tratamiento del otro pezón fue similar, más vehemente incluso y el suspiro consiguiente fue, en consecuencia, de mayor intensidad. La mano de Bright viajaba de un pecho a otro impunemente, palpándolos con vehemencia, recreándose en ellos. Win, lejos de resistirse, arqueaba la espalda para facilitar el magreo y la garganta de Win exhaló un gruñido de protesta cuando el acoso a sus pezones cesó, deseaba que aquella dulce tortura no terminase nunca.
Esta vez fue Bright quien aguantó la respiración cuando el apoyabrazos que separaba su asiento del de Win se elevó. A punto estuvo de tomarlo por la nuca y propiciar de nuevo el encuentro entre la boca y su ansioso falo, aunque optó por dejarlo hacer según su criterio y seguir viendo la película. Tal vez fue por eso por lo que no lo vio venir y, cuando Win se colocó encima suyo en dirección a la pantalla, ya era tarde para reaccionar.
– ¡Pero qué haces! ¡Nos van a ver! –gruñó en voz baja.
– ¡Pues haberlo pensado antes de calentarme, cabrón! –repuso Win riéndose en susurros–. Ahora te jodes…
Resuelto y decidido Win agarró el estoque por la base guiándolo hacia su entrada.Lentamente fue llenándose de carne, hasta que notó que su cuerpo se acostumbraba al intruso y luego la gravedad hizo el resto. Sin embargo, las ganas de su mente no tuvieron correlación en su cuerpo, de inmediato sintió un chasquido en su interior seguido de una punzada de placer tan breve como intensa.
– ¡Ah! –Chilló de puro gusto precisamente en uno de los pocos momentos en los que la estridente película enmudeció.
Win quedó inmóvil como una estatua totalmente ensartado, alarmado ante el temor a ser descubiertos en medio del coito. De inmediato realizó un rápido escaneo controlando a los espectadores para, al menor movimiento, suspender la misión y volver a su asiento. Por fortuna no encontró el menor indicio, todos seguían con la mirada fija en la pantalla. Reconfortado, se ensartó de nuevo muy profundo. Práctico y metódico, determinó que era mucho más prudente dejarse de estridencias y sencillamente mover las caderas. Comenzó a mover la cadera muy despacito hacia adelante, hacia atrás y también a los lados.
– ¡Joder! –balbuceó Bright como un estúpido de gusto.

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Pasión Prohibida
Fiksi PenggemarHistoria BrightWin. El abogado Chivaaree acaba de descubrir la existencia de un supuesto hijo del cual no tenía conocimiento. Es asi que decide buscarlo y termina impactado por su atractivo comenzando a sentir atracción. Se verá envuelto en un confl...