XXVII

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- ¿Entonces deseas la cabeza de Ushne?

Kyrell se sobresaltó. No reconoció la voz pero sintió como su piel se erizó. Quiso voltear bruscamente pero en su lugar, se dio la vuelta con delicadeza y vio al hombre que le hablaba, era uno de los soldados principales, su nombre era Tarim.
No poseía un rostro intimidante, sin embargo, su mirada reflejaba malicia y soberbia, salpicada de emoción y un hedonismo oculto.
Todo esto se intensificaba bajo la luz de la vela que el soldado sostenía.

- ¿Usted desea mi cabeza? - respondió Kyrell con tranquilidad, un poco desafiante.

- No para nada. Al duque le es útil.

- Es entonces hombre del duque, ya veo, así que ahora envía soldados a hostigarme. Mejor dígame, ¿Qué desea el duque?

- Eso ya debe saberlo muy bien. Está aquí por esa razón, sin embargo veo que se ha complicado pues no ha sido capaz de cumplir con su deber. Me parece que la relación que guarda con el capitán no le ha resultado provechosa, por el contrario, ahora tiene que cuidarse las espaldas de la mujer que la vendió como prostituta.

La joven se quedó helada. ¿Cómo sabía eso?

- Usted... ¿Nos estuvo vigilando? - preguntó intentando ocultar su miedo, aunque era inútil, aquel soldado lo notó.

- Estaban tan perdidos el uno en el otro que me fue fácil escuchar buena parte de su conversación. Debería ser una vergüenza haber pasado desapercibido ante los ojos de una asesina experta y del jefe de la guardia. - burló.

- ¿Qué desea? Dígame lo que desea a cambio de su silencio.

- ¿Qué podría ofrecerme alguien cómo tú?

- Entonces no me quedará otra opción que matarlo - amenazó Kyrell sacando la daga de Benedict.

- Si yo fuera tú no haría eso. Al duque no le gustará y aún si no te importa, tengo una mejor opción para ti.

- Hable, o pronto estará en el infierno.

- Hagamos de Ushne una traidora.
Verás, al duque no le agrada ni un poco, no solo porque ha tenido negocios fallidos con ella, también porque en cuánto sepa de su alianza con Benedict lo revelará y entonces estaremos acabados. Escoge a alguien como objetivo y yo junto con mis hombres y la inculparemos. Después de todo, somos la guardia real, nos creerán mucho más que a una inmunda traficante.

- ¿Creen que es tan fácil derrotar a Ushne? No conocen a esa mujer.

- Si haces bien las cosas podremos sacarla de la jugada. Confía en mí, soy un hombre de palabra.

- Eso dicen todos. Olvídalo, no quiero su ayuda, yo la sacaré del palacio y cumpliré con mi tarea. Lo último que necesito son soldados entrometidos. - sentenció la asesina a la vez que se disponía a marcharse.

- Si no aceptas, la cabeza del capitán será la próxima en rodar.

- ¿Me está amenazando? - preguntó irritada.

- Puede que esté en lo correcto. Si no aceptas mi trato me aseguraré de que toda la familia real sepa de tu relación con Roan y no solo eso, se le informaré a Benedict, quien no lo tomará a bien.
Si no aceptas mi trato y mis condiciones me aseguraré de que despedacen a tu querido Roan.
Al propósito. Si estás pensando en matarme debes saber que avisé al duque que hablaría contigo, por lo que si algo me pasa sabrá que fuiste la culpable y serás víctima de su ira, lo cual, sé que no deseas.

- ¿Qué quieres a cambio de tu trato? - preguntó Kyrell apretando con fuerza su daga, haciendo que su mano sangrara.

- Veo que comprendes, incluso dejaste de hablarme formalmente, es gracioso.
Bien. ¿Quieres saber qué deseo?

Entre Magia Y Lealtad Donde viven las historias. Descúbrelo ahora