XXV

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"La Rosa Envenenada" era el apodo con el que se conocía a Kyrell en La Nueva Sodoma.

Aquella misteriosa joven de cabello color
sangre se dedicaba a eliminar hombres de
mediana edad envueltos en conflictos con los mercaderes más influyentes de la ciudad.

Durante el último año, la popularidad de Kyrell
había aumentado, convirtiéndola en la asesina
sueldo favorita del "Leviathan", un grupo
conformado por las tres familias más prósperas
de Orión. Estas familias descubrieron que, pese
a su apariencia inocente, Kyrell era tan efectiva
como cualquier asesino, con una cualidad
única: la capacidad de infundir terror.

El miedo que Kyrell provocaba no se debía a su
apariencia ni a la brutalidad de sus asesinatos,
como en el caso de Benedict. Lo que hacía
especial a Kyrell era su magia. Con ella, podía
atormentar el espíritu de sus víctimas hasta
llevarlas al suicidio, aterrorizarles al punto de
hacerlas destruir a sus seres queridos o
matarlas de forma sencilla en su estado de
pánico. Sin embargo, para usar su magia, Kyrell
necesitaba conocer a su víctima.
La seducción era crucial, ya que solo podía
ejercer su magia si lograba absorber suficiente
energía de la persona en cuestión.

Kyrell podía realizar tres tipos de magia. La
primera era la magia curativa,  que había
aprendido desde niña. La segunda, la
invocación y manipulación de espíritus, la cual era altamente peligrosa porque estos seres
siempre exigían algo a cambio, usualmente la
sangre de personas importantes, y el
incumplimiento de sus peticiones resultaba en un destino desolador.
La tercera, era la magia del astral, aquella que le permitía realizar maldiciones muy difíciles
de romper. No obstante, esta última tenía un precio casi tan alto como la magia de los espíritus. Recolectar la energía de la víctima y posteriormente proyectarla, implicaba un desgaste psicológico enorme. Todavía peor, para acelerar el proceso, Kyrell recurría a la "recolección de energía" a través del sexo, lo cual odiaba pero dado al poco tiempo que le daban para realizar los trabajos se veía forzada a usar ese medio.
Recolectar y proyectar energía de esta manera la estaba destruyendo lentamente ya que parte de su propia energía se maldecía en el proceso.

Eventualmente, Kyrell decidió dejar de usar la magia debido a los estragos que ésta le estaban causando y empezó a asesinar como Benedict le había enseñado. Pero había una gran diferencia
entre ellos: Benedict, un asesino desde la
infancia, poseía una fuerza superior y una
presencia prácticamente imperceptible,
cualidades que Kyrell no tenía. Intentar matar
como su amante resultó en un fracaso y en
una gran pérdida para uno de sus clientes, casi costándole la vida.

Tras el incidente, Benedict la relegó a trabajos
fuera de la ciudad donde podía usar venenos o
trampas poco sofisticadas. Parecía fuera de
peligro, pero Kyrell estaba angustiada; su
amante no estaba contento con ella y tenía
que soportar su mal humor y agresividad.

Orión, la ciudad más ostentosa y oscura de
Astronumus, ofrecía grandes ganancias para
los asesinos, a diferencia de otras ciudades
donde los pocos servicios que se requerirían de los asesinos eran pagados como cualquier oficio. Por esta razón Benedict estaba tan molesto.

No pasó mucho tiempo antes de que Kyrell
fuera requerida nuevamente en Orión. Sin embargo la joven no deseaba regresar; odiaba tener acostarse con sus víctimas y temía a la vez, por su propia vida pues sabía que si seguía usando la magia terminaría muy mal.
Para su fortuna, el duque de Merab contactó a Benedict, brindando a "La Rosa Envenenada" la oportunidad de librarse de Orión y cumplir la venganza que había anhelado durante años.

Kyrell llegó al palacio con el corazón leno de
rabia, decidida a destruir a quienes consideraba culpables de toda su desgracia.
Mas no contaba con que algo cambiaría su perspectiva, Ilevándola por caminos aún más peligrosos.

"¿Acaso estás enamorada, Kyrell?"

La pregunta le pareció irreal, haciéndola sentir
desprotegida cual ciervo acechado por un
tigre.

-Tu silencio parece indicar que sí- replicó
Ushne ante su falta de respuesta.

Kyrell volteó, con el corazón latiendo tan fuerte
que estaba segura de que cualquiera podría
escucharlo.
-¿Qué haces en el palacio? - preguntó con un nudo en la garganta.

-Debes saber que tengo negocios con el rey y
algunos nobles. No es un secreto para nadie,
aunque entiendo que te parezca extraña mi
presencia aquí. Te lo diré, ya que estoy de
buen humor - Ushne se acercó a Kyrell,
jugando con su cabello para provocarla. - Me
hice de una buena amiga y me invitó a
quedarme en el palacio por algunos días.
¿Puedes adivinar a quién me refiero?

Kyrell no respondió; un escalofrío recorrió sus
piernas y sus fuertes latidos le impedían
hablar.

La mercader se acercó más y le susurró algo
que le heló la sangre por un momento.
-La princesa Daleth -dijo alejándose y
mirando en dirección a la habitación de donde
había salido Kyrell. - Desear lo que le
pertenece a alguien más acabará contigo.
Disfruta del capitán mientras puedas, aunque
estoy segura de que no será por mucho
tiempo.

Kyrell quedó asolada; los recuerdos inundaban
su mente mientras pensaba en lo descuidada
que había sido para que la princesa notara lo
que pasaba entre ella y Roan. Ambos estaban
en peligro. Si Daleth hablaba, los acusarían de
traición y serían ejecutados. No obstante, por
las palabras de Ushne, parecía que la princesa
tenía planes distintos. ¿Usaría a la traficante
para acabar con ella? De ser así, se enredaría
en un juego retorcido, pues esa mujer era especialista en engañar y chantajear, y
además, también era una bruja.

Aunque Kyrell estaba asustada, la idea de
competir con Ushne encendió una chispa en
ella. Durante su estadía en Orión, nunca tuvo la
oportunidad de atacarla porque la mercader, había sido lo suficientemente astuta para tener acuerdos con todos, lo que la mantenía protegida. Sumando a eso que cualquier daño hacia ella afectaría muchos negocios.
Pero Kyrell deseaba destruirla con todas sus fuerzas, pues Ushne había sido quien la había comprado a los soldados y luego vendido al infame que la prostituía.

El corazón de Kyrell ardió al recordarlo;
anhelaba vengarse, quería ver a esa mujer
humillada delante de todo el reino.

En ese momento no lo sabía, pero ese odio fue el comienzo del plan que destruiría el reino.

Entre Magia Y Lealtad Donde viven las historias. Descúbrelo ahora