-¿Qué fue lo que hicimos? -La voz de Kyrell
apenas fue un susurro.Roan no respondió. Sus ojos estaban fijos en la oscuridad del jardín, como si esperara encontrar
allí una respuesta que nunca llegaría.Finalmente, se giró hacia ella. - Ya no hay marcha atrás.
Kyrell sintió un escalofrío recorrer su cuerpo. En
los ojos de Roan no había duda, no había
remordimiento. Solo un abismo insondable, la
mirada de un asesino.-Roan.. ¿Por qué? -Las lágrimas brotaron de
sus ojos, nublándole la vista–. ¡Es mi culpa!
¡Todo esto es nmi culpa! Te convertiste en un
asesino por mí!
Su grito quebró el silencio desolador de la habitación.Roan se inclinó para levantarla, pero se detuvo en seco. Su instinto lo alertó: una sombra se movía en la puerta. En un solo movimiento, desenvainó su espada y la llevó directamente al cuello del intruso.
El soldado no se movió. Ni siquiera pareció
sorprendido. Ver al hombre al que admiraba con la espada lista para degollarlo lo había dejado vacío.Kyrell se puso de pie de golpe.
-No lo hagas! -rogó al ver el rostro sin
emociones de Aric.-Aric... -Roan bajó la espada apenas unos
centímetros.- ¿De qué lado estás? Dijiste que querías ver a Roan como rey. ¿Sigues deseándolo? - cuestionó Kyrell sin ningún tacto.
Aric titubeó. Su mente estaba atrapada en un
torbellino de pensamientos. Pero en lo más
profundo de su alma sabía la respuesta. Esta era
su oportunidad de convertirse en alguien
importante. Desde niño, había soñado con ser un guerrero respetado, con el favor del rey. Por eso guardaba admiración a Roan.-Tenemos que actuar rápido - dijo al fin - Pronto descubrirán el cuerpo de la princesa y las
sospechas caerán sobre...-Sobre mí lo interrumpió Kyrell. Su voz sonaba
apagada, resignada - Todos me culparán. Pero
está bien. Si con eso desvío la atención de Roan
lo haré.El capitán bajó su espada.
-Necesito una coartada. ¿Qué guardias estaban
en esta torre?-Capitán... -murmuró Aric, con un tono de
tristeza--. Sin la princesa, no podrá ser rey.- ¡Ya lo sé! -espetó Roan con furia. Su paciencia
se agotaba. El peso de la realidad lo estaba
aplastando-. Encontraré la forma. Ahora lo más
urgente es que nadie sepa que estuve aquí
cuando Daleth murió.-Tenemos dos opciones - dijo Kyrell con
frialdad - el duque o Moloc.Ambos hombres la miraron con desconfianza.
-Debemos elegir a uno y formar una alianza. Si
no, estaremos muertos en poco tiempo.- Moloc. Jamás podría tener alguna alianza con el duque. - Roan no dudó ni un poco; pese a las sospechas y rivalidad que había tenido con Moloc pensaba que este le apoyaría, de cualquier forma, muerta Daleth, la corona sería de él.
- Pero el duque es más poderoso, muchos soldados lo respetan, quizá sea más conveniente estar de su lado. - musitó Aric temiendo la reacción del capitán.
- No, Roan tiene razón - espetó Kyrell - Él no podría tener alianzas con el duque, Bene... El asesino y el duque tienen lazos desde hace mucho, dudo que quiera traicionarlo, además al tener a muchos de los soldados a su disposición, no vería en Roan alguien de valor. - la joven miró a su amado apenas pudiendo respirar - Pero en mi caso, al ser culpada de la muerte de la princesa necesitaré su ayuda.
- ¿Por qué el duque te ayudaría? -preguntó, su voz estaba cargada de sospecha.
- Estoy segura de que él me quiere con vida, el duque cumplirá con sus peticiones, así es su dinámica. Cumplen con las exigencias del otro para evitar problemas y obtener lo que ambos desean. El duque no me dejaría morir porque eso implicaría la ira de Benedict.
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Entre Magia Y Lealtad
FantasyKyrell es una bruja enviada como concubina al palacio con una tarea. Acabar con la familia real. Roan es el jefe de la guardia real y el más leal de los guerreros. Sin embargo, una dulce melodía de destrucción será orquestada por ellos.