XXIX

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Había pasado una semana desde la boda de Roan con la princesa Daleth. El palacio se sentía extraño, hacía tiempo que no se sentía tan tranquilo. Nadie sabía la tragedia que se avecinaba.

Kyrell había decidido contarle a Roan sobre el trato con Tarim y aunque el ahora príncipe quiso asesinarlo, se contuvo y dejó el asunto en manos de la joven. Evitaba verlo pues sabía que si se acercaba mucho lo haría pedazos, la única vez que interactuó con él fue cuando éste le preguntó sobre la supuesta misión y Roan se limitó a decir que debía entrenar a Aric pues estaría ocupado en sus deberes maritales, que por supuesto no cumplió y se mantuvo ocupado en otros asuntos, pues no había dejado de ser jefe de la guardia.

Todo estaba en orden, ambas parejas reales guardaban las apariencias, Moloc y Heth se comportan mejor que nunca y la princesa Daleth prefirió no contar que Roan no había querido tocarla en la semana que llevaban casados, por vergüenza.
Cuando la familia real se sentaba a la mesa se sentía armonía, una armonía falsa pues cada uno guardaba deseos oscuros en su corazón.

Era una cena como cualquiera, cuando el duque decidió sacar el tema.
- Entonces ¿Quién será el heredero al trono?

El rey se quedó callado, miró al duque y después se levantó.

- Mañana lo anunciaré ante el consejo. Los veré cuando el sol se ponga. - pronunció firmemente y se fue, rompiendo la falsa armonía que había reinado en los últimos días.

- Así que ya lo decidió. Estoy ansioso por saber quien de ustedes heredará la corona. ¿Será el jefe de la guardia por sus hallazgos y la aceptación del pueblo, o será el príncipe con sangre noble para mantener contenta a la aristocracia? No podré dormir de la intriga. De cualquier manera, me retiro. - dijo cizañosamente el duque, hizo una reverencia y se fue al igual que el rey.

Todos se levantaron, sin decir una sola palabra. No fue hasta que Moloc y Heth estuvieron a solas que la princesa mostró su enojo.

- ¡¿Qué vamos a hacer si mi padre escoje a Roan?!

- Baja la voz, nos pueden escuchar.

- ¿Entonces qué haremos? ¡Dímelo!

- Querida, ya deberías saber que usaremos en contra de Roan.

- Le pedí a esa mujer que se deshiciera de mi hermana.

- ¿Hiciste qué?

- Lo que escuchaste príncipe de sangre noble, le pedí que se deshiciera de ella y así asegurarnos el trono.

- ¿Que no sabes qué ella estará del lado de Roan?

- Pero lo quiere para ella, no soporta que esté casado con Daleth. Hará cualquier cosa para quedarse con él. Por supuesto, no esperaba que mi padre tomara una desición tan rápido, pensé que le tomaría más tiempo y en ese lapso esa mujer eliminaría a mi hermana y así podríamos ser los únicos herederos al trono. Si mi padre escoge a Roan aunque mi hermana muera él lo seguirá siendo.

- Si se deshace de ella esta noche seremos los únicos sospechosos y si el rey escoge a Roan y le hablamos sobre su infidelidad, ella le hablará sobre tu petición. Estamos en una posición bastante desfavorable. ¿Por qué actuaste sin consultarme?

- No te debo consultar nada. Yo soy la hija del rey, tú solo eres mi esposo.

- Entonces actúa dignamente, actúa como princesa y no como una comerciante ambiciosa.

- ¿Cómo me llamaste? Espera. Esa mujer, la traficante de Orión sigue aquí ¿no es así?

- Así es, parece llevarse bien con tu hermana.

Entre Magia Y Lealtad Donde viven las historias. Descúbrelo ahora