Varios pares de ojos miraban hacia la puerta del pasillo del hospital, un par en especial estaba que se le salía el alma del cuerpo, pero consciente de que cualquiera fuera el resultado de la situación que estaban viviendo, él haría lo imposible para cobrarsela.
Entré lágrimas retenidas y lágrimas desbordadas, esperaban noticias. Maldiciendo internamente estar, otra vez, en un hospital, bajo esas circunstancias.
Cuando el sueño ya los había abandonado y el silencio, embargado. Cuando la atmósfera se tornó muy pesada para seguir respirando. El médico cruzó las puertas del pasillo...
{.....}
Flashback
De la emoción que sentían por disfrutar del mar y del sol de Cartagena, todos los viajantes, se levantaron antes del cantar del gallo. Llegando a disfrutar de la salida del astro rey por el este.
La Emperatriz de la familia, alias la pelinegra, alias Beatriz Pinzón Solano, alias futura señora Valencia, aunque ya lo era en las sombras, era la única con las manos libres para disfrutar de la arena al caminar y del viento golpeando su rostro.
Sus veinticuatro semanas de embarazo iban viento en popa y los privilegios que su estado le brindaba, los aprovechaba al máximo.
Ajenos a los asuntos de Nicolás y Hugo, la familia unida por dos personas, se dispuso a disfrutar de su día de playa.
Los mayores, don Hermes y doña Julia, se sentaron en reposeras que su yerno-hijo les replegó y saborearon distintas bebidas cada uno para conectar, lentamente, con el momento.
Las hermanas Valencia, prepararon sus cuerpos con más protector para tirarse al mar. Aunque sea, un par de metros de la orilla. Así, sus cuerpos se relajarían y sus mentes se despejarían. Al terminar su tarea, corrieron hacia el mar, como niñas que recién estaban viviendo la experiencia.
Daniel, quien ya había acomodado a su mujer en una reposera de esas que son como camas, empezó, muy concentrado, la tarea de embadurnar a su mujer en protector solar, no quería que su piel se fuese a quemar y que ella sufriera por eso. Sus expertos dedos recorrieron cada rincón de la pelinegra, haciéndola suspirar para disimular las sensaciones que estaba teniendo.
Consciente de lo que producía, porque él también se estaba quemando por dentro, Valencia decidió masajear las piernas y los pies de su mujer con delicadeza. Apenas rozando sus dedos con la terza piel de Beatriz. Quién, no satisfecha con todo lo que él estaba haciendo, le pidió que se acercara, para estamparle un beso como Dios manda. Siendo interrumpidos por el carraspeo de don Hermes que, si bien entendía que eran un matrimonio, no se sentía cómodo con la escena.
La fogosa pareja se separó lentamente y Daniel prometió una noche de pasión antes de pararse y guardar todo lo que había usado para prender fuego a la mujer de sus sueños.
Pasado el tiempo, en el cual Betty fue mimada por su prometido y su madre, la pelinegra quiso entrar al mar. Necesitaba desestresarse y bajar el impulso de sus hormonas con la fresca agua que costeaba la playa de Cartagena. Cuando logró pararse, con ayuda, a lo lejos, divisó una cabellera rubia y unos ojos azules, que conocía.
- ¡Betty! - saludó Michel Doinel, con sus característicos dos besos y un leve abrazo.- No me dijo que venía, la hubiese ido a buscar.
- Michel. No hacía falta. Vine con mi familia. - habló ella.- Le presentó a mis padres - dijo mientras ellos se saludaban. - Y, a mi marido, creo que ya lo conoce...- finalizó, provocando que el corazón de Daniel se volviera loco al escuchar esa palabra salir de su boca. 'Marido, francesito', pensó.
ESTÁS LEYENDO
Sanar para que haya un Nosotros
FanfictionLa vida trajo A Beatriz Aurora Pinzón Solano de vuelta a Bogotá, de vuelta a Ecomoda. Sumida en una faceta de su vida en la que busca expiar culpas y sanar heridas para seguir adelante, Beatriz se verá dentro de una tormenta de situaciones y emocion...