Habían avisado a Roberto Mendoza de lo sucedido, quien había dado autorización de que Marcela decidiera en su nombre cualquier decisión que se tomará ese domingo, en esa reunión de emergencia. Aunque lejos iban a estar de tomar una decisión.
La sala de juntas se transformó en mesa de almuerzo, de merienda y de cena. Y, en casi una batalla campal. Por decirlo de modo decente. Cuatro ejecutivos y dos accionistas, pasaron toda la tarde haciendo números, hablando de las consecuencias que traería el imprevisto, de las sospechas que tenian de que había sido un sabotaje...
- ¿Cómo así que un sabotaje, Betty?- preguntó Nicolás haciendo ademanes exagerados y comiendo del plato de su amiga.- ¿Quién quiere dañar una empresa de modas y por qué?- dijo, recibiendo una mirada rara de Daniel al quitar del plato de Beatriz media porción del puré de papas que acompañaba la carne.
- Eso es lo que tenemos que averiguar- dijo Betty llevándose el tenedor a la boca, cargado de puré y entregándole casi todo el plato lleno a su amigo.- Ustedes tienen su vida entera acá adentro, ¿alguna idea?
- Leves sospechas- habló Marcela pensativa. -
- ¿Usted, doctor Valencia?- cuestionó, provocando que Daniel no siguiera fulminando a Nicolás con la mirada, por evitar que Beatriz se alimentara como debía.
- Por el momento, me reservo nombres.- dijo él, llevándose dos dedos a los labios, produciendo calor en la presidente - Quizá no tengamos que buscar tan lejos, doctora Pinzón - finalizó dándose cuenta de lo que produjo y sonriendo por dentro.
- Bien- dijo Betty disimulando el bochorno- ¿Doctor Mendoza?- cuestionó al hombre, quien se la había pasado la mayor parte del tiempo, callado.
- No se me viene nadie a la cabeza, Betty- dijo pasando una mano por su pronunciada frente.
- ¿Las cámaras no mostraron nada?- preguntó Daniel. Se le hacía sospechoso que Armando Mendoza se hubiese ofrecido a mirarlas. No dijo nada por el apuro del momento, pero era extraño.
- No tienen buena definición - contestó Armando acomodándose en su silla.- No se ve nada.
- ¿El aumento de tus lentes funciona?- preguntó el castaño con una ceja alzada.
- No empieces, Daniel- pidió Marcela.
- No pregunté nada del otro mundo, hermanita.- dijo el mayor, fingiendo inocencia- Las camaras se cambiaron a principio de año, son modelo reciente y a color. ¿Y no captaron nada? Permíteme que lo dude.
- ¡Basta, Daniel!- gritó Armando, recibiendo un carraspeo de parte de la presidente.- Hubo un corte de luz en ese ínterin y no se ve na...da- habló el doctor Mendoza, recuperando la compostura.
- Repítelo hasta que te lo creas- gesticuló Daniel sin ser oído.
Pero, la pelinegra lo vió y lo fulminó con la mirada, ya suficiente estaba teniendo, como para aguantar sus discusiones explosivas. Daniel la miró y supo que estaba en problemas. No dijo más. Al menos, por ese momento.- Betty- habló Marcela luego de un rato, sorprendiendo a ambos hombres la familiaridad- Me comuniqué con la empresa de las cámaras, siguen grabando dos horas más, después de un corte de luz. Pero hay que hacer la búsqueda manual de esas imágenes.
- Perfecto. Iré a la sala de cámaras entonces.- dijo Beatriz, acercándole el postre que Nicolás miraba fijamente.
- Bien. Si ya se va a poder aclarar... - contestó Armando- Yo me retiro, tengo cosas qué hacer.
- Pareces estar huyendo con la cola entre las patas, Armandito.- habló Daniel. Soportaría el castigo que Beatriz quisiera darle. Pero, su cabeza le insistía en que el menor de los Mendoza algo tenía que ver con la perdida en el sector de producción.
- No me prestaré a tus jueguitos, Daniel- contestó Armando queriendo simular desinterés.- No tengo tiempo, ni ganas...
- ¿A qué le temes?- atacó Valencia notando el nerviosismo que crecía en su interlocutor.- ¿Qué hiciste anoche?
- ¿Qué insinuas?- preguntó Marcela al instante. Mientras su ex prometido estaba en shock.
- No insinuo, confirmo- dijo Daniel parándose y caminando hacia Armando.- ¿Qué hiciste en producción anoche y por qué?- lo cuestionó mirándolo de frente y apoyando sus cantos contra la mesa y cruzándose de brazos.Armando Mendoza miró de reojo a Beatriz. Y luego se concentró en la mirada de Daniel. Había sido descubierto, no había vuelta atrás. Quizás pudiese ganar tiempo si lo seguía negando, todos sabían bien qué Daniel haría y diría cualquier cosa, con tal de tenerlo en el suelo, suplicando clemencia. Pero, el alargarlo, significaría alargar lo inevitable. Y, tal vez, el golpe, al final, fuese más fuerte. Quizá, podría mostrarse afectado por la situación y, así, recibir la condescendencia y el perdón de la presidente y la gerente de puntos de ventas, pero no de Daniel. Aunque, a esas alturas, poco le importaba. Si las cosas se daban de esa manera, sabía que sus padres no le soltarían la mano. ¿O sí?
Al notar que Armando estaba en una lucha interna, Daniel volvió a su asiento al lado de su hermana, Marcela. Beata, quien extrañamente se había mantenido todo el tiempo en silencio, distraída con el celular, le preguntaba a su hermano con la mirada qué estaba pasando. Nicolás comía. Él era un as en los números, no le interesaba averiguar nada, para eso estaba su hermana. Betty tamborileaba una lapicera sobre una carpeta para después llevársela a la boca, fue sólo un segundo, algo inconsciente, pero fue el tiempo suficiente para que los bajos instintos de Daniel Valencia lo llevaran a ponerse duro.
Armando Mendoza seguía quieto en su lugar. Acomodando su cabeza, había decidido hablar, aunque a medias, debía ordenar la información para evitar que se le vinieran encima.
Le prohibirían la entrada a Ecomoda, lo expulsarían de la familia y tendría que exiliarse en Suiza, como su hermana Camila. Porque lo que había hecho, a pesar de haber sido un accidente, era grave.
{.....}
- ¿Cómo pudiste ser tan estúpido?- le dijo Daniel a Armando, sentado con las piernas cruzadas y la espalda totalmente apoyada en el respaldo de la silla.- El cerebro que el universo te dió. ¿Funciona?
- Cállate, Daniel- pidió Armando con los dientes apretados.
- ¿Sabe los problemas en los que estamos ahora?- preguntó Beatriz, frenando a Daniel con la mirada, quien revoleó los ojos, pero obedeció- ¿Se da cuenta todo lo que nos va a costar repuntar esto?
- Yo... yo lo siento, Betty- dijo Armando con mirada de arrepentimiento- No era mi intención, pasó sin querer.
- Nos quieres hacer creer que fumaste cerca de esas máquinas y accidentalmente se te cayó una colilla aún prendida. Ebrio. - habló Daniel. Estaba que lo mataba, suficiente bronca le tenía ya y sumó puntos.- Solo. ¿Y esperas que te creamos que fue un accidente?
- Lo fue- dijo Armando.- Lo fue.
- Desde mi punto de vista, fue premeditado. Lo pensaste sobrio, y ebrio tuviste el valor de hacerlo.- sentenció el Valencia mayor.- Porque tú, Armandito, no fumas.
- ¿Puede probarlo, doctor Valencia?- habló Beatriz, dejando en jaque a Daniel. No se la esperaba.
- No- dijo evitando mostrar su molestia.
- Bien. Terminemos con esto. - dijo Betty.- Hay que revisar las cámaras. ¿Me acompaña a hacerlo?- preguntó Beatriz mirándolo fijamente.
- Sí - dijo Daniel tratando de disimular que se había quedado sin aliento.Ambos abandonaron la sala de juntas por la puerta que conectaba con la oficina de presidencia. Marcela se llevó a Armando a su oficina. Beata olía a hormonas prendidas fuego en el aire, que encontraron la excusa de las cámaras para apagarse. Nicolás se sobaba la panza y revisaba su celular. Al parecer, la junta había terminado. Y nada se había aclarado del todo.
{.....}
Sabían bien qué había pasado, la intuición de Daniel nunca fallaba, la pregunta que quedaba en el aire era: ¿Por qué? ¿Por qué lo había hecho?
Quizás confrontándolo con las imágenes del archivo que estaban yendo a buscar, iban a poder hacerlo hablar. Porque hasta ahora, sus disculpas e inventos descabellados de la situación, eran lo único que habían escuchado salir de su boca.
Llegaron al cuarto de su interés unos minutos después, Daniel giró la llave. No había pasado nada ahí dentro. Había creído, por un momento, que se iba a encontrar con todo destruido. Pero no. Armando era estúpido, pero conectaba sus neuronas de vez en cuando.
Entró el primero, por si alguien los esperaba para golpearlos. Había que pensar en todo cuando pasaban ese tipo de cosas. Beatriz, olvidando por un segundo por qué habían ido ahí, se dió el lujo de observar la espalda ancha, las piernas y, obvio, el trasero de su hombre, se le hacía agua la boca. Le escurría baba por los labios, ambos pares.
- ¿Le dije que se ve divino en deportivo?- habló, trabando la puerta de la sala de seguridad de la empresa.
- No lo suficiente- dijo Daniel con las manos en los bolsillos, el pelo revuelto y mechones cayendo por su frente. Dándole el perfil.
- Pues, se ve divino en deportivo, doctor Valencia.- dijo Beatriz buscando sus labios y rodeando su cuello con los brazos.
- Me veo mejor como llegué al mundo- le dijo él manteniendo su pose y recibiendo los labios de su mujer con gusto.Era el único lugar que no tenía cámaras y era el único lugar que estaba a punto de prenderse fuego.
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¡¡Hola!! ¿Cómo va?
Se viene un capítulo 18+.
Lo dejo a su gusto y criterio.
Gracias por el apoyo.🌹.
Disfruten de su momento de relax.
Besos a todos. 😘😘😘.
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Sanar para que haya un Nosotros
FanfictionLa vida trajo A Beatriz Aurora Pinzón Solano de vuelta a Bogotá, de vuelta a Ecomoda. Sumida en una faceta de su vida en la que busca expiar culpas y sanar heridas para seguir adelante, Beatriz se verá dentro de una tormenta de situaciones y emocion...