- Ven Gio, aquí nadie lo encontrará - dijo Darek susurrando a su hermana.
- ¿Crees que le gustará?- preguntó Giovanna dudosa.
- ¡Claro!- dijo el pelinegro con obviedad - ¿Viste cómo mamá lo miraba cuando papá se lo dijo?
- Es verdad- dijo Giovanna más animada.
Los hermanitos Valencia escondieron el regalo de cumpleaños de su madre dentro de una caja debajo de la cama del mayor. El tío Nico y la tía Beata los habían ayudado a ir a comprarlo. Habían gastado todos sus ahorros y parte del dinero de Nicolás en traerlo.
- Ya. - dijo Darek cuando terminó de esconder el regalo- Vamos. Dijo el tío Nico que no tenemos mucho tiempo.
Los niños salieron del escondite. Fueron vigilando que nadie los haya visto y se unieron a los adultos en la cocina.
- ¿Listo?- les preguntó Beata por lo bajo.
- ¡Si!- susurraron los dos juntos.
- Bien, le diré al tío. - dijo Beata por lo bajo- Vayan a disimular.
Darek y Giovanna salieron al patio como si no hubiese pasado nada. Su madre ultimaba detalles, Daniel colgaba guirnaldas con Nicolas. Y Beata, terminaba la mesa dulce con ayuda de Marcela. Los abuelos estaban en la cocina terminando de preparar la comida principal.
Así fue pasando la tarde. Habían decidido festejar el cumpleaños de Betty solo en familia. Ya que tenían un viaje familiar al día siguiente y no querían gastar mucha energía en un festejo si ya lo iban a hacer estando de viaje. Además, al ser en familia, todos hacían algo y lograban algo grandioso y no tan cansado.
- ¿Dónde van las sodas de niños?- habló Hugo llegando a la puerta de la cocina.
- ¡Tío Hugo!- gritaron ambos niños al verlo.
- ¡Bodoques!- gritó Hugo, dejando las sodas sobre la mesada y abrazandolos acuclillado. - ¿Me extrañaron?
- ¡Sí!- dijeron ambos dándole un beso en cada mejilla.
El diseñador de Fénix sonrió de oreja a oreja y les dió un dulce a cada uno. Recibiendo una mirada fulminante del padre de los niños, la cual evadió olímpicamente al llevar las sodas al refrigerador.
- Betty.- habló Nicolás- Llegaron Michel y doña Catalina.- dijo mirando hacia afuera.
- Recibelos, cariño.- le dijo Beata dándole un beso en la mejilla. Que dejó a Nicolás descolocado.- Los chicos están ocupados.
Nicolás Mora no lo escuchó dos veces, salió con un muy buen animo a saludar a los recién llegados y los hizo pasar a la cocina. Agradecía que los Valencia se hubiesen mudado a una casa como la gente y que la cocina fuese del tamaño de un apartamento para soltero, sino ya todos estarían asfixiados.
- ¡Betty!- gritaron Catalina y Michel al mismo tiempo. - Dan.- saludó Michel a su amigo.
- Francés.- contestó Daniel atareado con todos los globos que debía inflar y colgar y pegar si fuese necesario.
- Te ayudo- le dijo el rubio viendo como su amigo estaba muriendo en el intento.
Terminaron de inflar los globos en un dos por tres. Ataron todos con una misma soga y salieron a colgarlos dónde mejor les quedara. Ya estaba llegando la hora de la fiesta y aún faltaban muchas cosas.
- ¡Padrino!- se escuchó gritar a Darek.
Ambos niños venían corriendo del fondo llenos de tierra y césped. Con las caras rojas, llenos de sudor y los pelos al viento cual traviesos que eran. Su padre al verlos se llevó los dedos al puente de la nariz pero no pudo evitar sonreír por la escena. Le tocaría bañarlos y cambiarlos, ya que quería que Betty disfrutara de su día.
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Sanar para que haya un Nosotros
FanficLa vida trajo A Beatriz Aurora Pinzón Solano de vuelta a Bogotá, de vuelta a Ecomoda. Sumida en una faceta de su vida en la que busca expiar culpas y sanar heridas para seguir adelante, Beatriz se verá dentro de una tormenta de situaciones y emocion...