Cuando Daniel iba a cruzar la puerta de la oficina de Marcela, de la puerta de al lado, salió Armando Mendoza con cara de pocos amigos. Se miraron un par de segundos y, el Valencia, decidió seguir su camino. Pero, antes de terminar de abrir la puerta, escuchó la voz de Calderón de fondo.
- Tigre- escuchó a Calderón - ¿La dejará ir a cenar con ese francés? Hermano, dese cuenta, ya lleva las de perder.
Extrañamente, no sólo las alarmas de Armando se prendieron. Sino también las de Daniel.
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- Daniel - saludó Marcela melodiosamente al ver a su hermano entrar y sentarse en la silla frente a su escritorio.
- Hermanita- saludó el mayor sonriendo. Pero con mirada perdida.Marcela adujo la mirada, a que su hermano estaría sopesando decisiones de su trabajo. No le tomó mucha importancia.
- La colección fue todo un éxito - empezó a hablar Marcela al ver a su hermano tan callado- No damos a basto con los pedidos. Debo reconocer que, la señora Beatriz, está haciendo bien su trabajo.
Daniel sólo se limitó a asentir y dar una apreciación de los números que se manejaban. Era verdad que la economista había alcanzado sus metas y las había sobrepasado en grande. Eso adelantaría la salida de ella de la empresa. En unos dos meses, Ecomoda quedaría libre de deuda y la prenda que Terramoda tenía sobre ella, se disolvería. Beatriz sería libre de irse.
Eso lo llevó a pensar en el francés, en Armando, y en las palabras de Calderón . '¿La dejará sola con ese francés?', recordó. Y su mente viajó a mil por hora.
Pensó en Beata, como sufriría si su nueva amiga desaparecía de su radar sin dejar huella. En Marcela, como seguiría sufriendo si Armando estaba yendo a crear problemas en la cena entre la presidente y Michel. Porque, por lo que había escuchado, Calderón había instigado a Armando a cometer una locura con lo que le dijo. Y, conociendo a su sufrible e impulsivo cuñado, iría como el macho cabrío que se creía, a armar escena, por una mujer que estaba fuera de su alcance.
- Debo hacer algo- dijo pensativo, sin darse cuenta que lo dijo en voz alta.
- ¿Qué cosa?- preguntó Marcela confundida.
- Algo - dijo él recomponiéndose y levantándose - Me acordé que tengo una reunión, Marcela. Debo irme. - finalizó dándole un beso en la mejilla a su hermana y abandonando la oficina.Cruzó la planta ejecutiva sin mirar ni saludar a nadie, como era costumbre. La espera por el ascensor se le hizo eterna, más al sentir a Patricia Fernández acercarse, con su ya tan conocido contoneo de caderas y el largo de sus piernas. Cuando estuvo a punto de hablarle, las puertas del ascensor se abrieron y Daniel subió dejándola atrás.
Su mente le decía que estaba por hacer algo estúpido, cuál adolescente que está a punto de darse contra un muro. Pero su corazón estaba revolucionado y confundido y, otra vez, la curiosidad pudo más que la razón.
Cruzó la puerta de calle con la excusa de que lo hacía por sus hermanas. Pero lejos estaba eso de la realidad evidente de sus sentimientos.
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Daniel había decidido conducir. Pero pronto se dió cuenta que no sabía a qué restaurante ir. Beatriz no era una mujer que se diera grandes lujos, lo había dejado en claro en la primera cena que compartieron. Pero tampoco llevaría a su amigo a "El Corrientazo", el restaurante al que solían ir los empleados a la hora del almuerzo.
Iba dando vueltas por las cargadas calles de Bogotá, cuando recordó algo que ella le había dicho el día que compartieron un café en el museo. 'Sabores de mi Pais', pensó. Un restaurante con comida respetable pero no tanto como para gastarse un cheque de accionista en una noche. Hacia allá dirigió el auto.
Al llegar, le dió las llaves al valet parking y, como obra del destino, vio a su cuñadito pispeando por los grandes ventanales del lugar, como suricata buscando el horizonte. 'Ay, Armandito.', pensó.
- ¿Otra vez arrastrándote ?- le dijo cuando ya estaba cerca- ¿No te cansas de mostrar tu miseria?-
- Eso no te incumbe, Valencia- contestó Armando mirándolo sorprendido por un segundo y cambiando su expresión a enojo.- Si viniste a una de tus conquistas, sigue.
- No gasto de más en eso- dijo Daniel poniendo sus manos en los bolsillos.- Marcela, tu novia, está en Ecomoda. ¿Qué haces aquí? Pareces Bertha cuando encuentra un chisme nuevo.
- Cállate- dijo Armando empezando a caminar hacia donde Daniel estaba- Aunque me digne a contarte, no lo entenderías. Tú, lo único que sabes hacer es ver a las personas desde arriba, no te detienes a ver el contexto..
- La verdad no me interesa- contestó Daniel fingiendo desinterés - Sólo veo, al novio de mi hermana, desesperado por llamar la atención de una mujer que está fuera de su alcance - el corazón de Daniel dolió dos segundos al decir lo siguiente- Y, con ese francés en la escena, eso es más que seguro. Se la llevará y tú seguirás siendo tan lamentable como siempre.
- ¡Cállate, Daniel!- gritó Armando Mendoza tomándole del saco del traje- ¡Tú eres lamentable! ¡Un imbécil que lo único que sabe hacer es menospreciar! Eres un estúpido que va a morir solo, porque nunca va a sentir el cuerpo de una mujer con amor.- dijo Armando con los ojos prendidos fuego.
- Ni ganas tengo- dijo con superioridad Daniel, sacando las manos de los bolsillos y empezando a safarse del agarre.
- ¡¿Qué pasa aquí?!- se escuchó la voz de mando de Beatriz Pinzón.La mujer por la que Armando se arrastraba, y por la que Daniel ponía excusas inverosímiles, los separó poniendo una mano en cada pecho varonil. Y puso una distancia entre ellos, quedándose en medio. Mirando a los ojos a Armando y dándole el perfil a Daniel.
Armando se sentía en el cielo con su tacto, Daniel olía a problemas. Se sentía como un niño descubierto haciendo una travesura, viéndose en la disyuntiva de si inventarse una historia o decir la verdad.
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¡¡Hola!! ¿Cómo va?
Un flashback del capítulo anterior.
¿Seguirán hasta matarse? ¿Beatriz Pinzón Solano va a lograr imponerse como la mujer fuerte que es ahora?
Veremos... Veremos.
Gracias por el apoyo. 🌹.
Disfruten de su momento de relax.
Besos a todos. 😘😘😘.
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Sanar para que haya un Nosotros
FanficLa vida trajo A Beatriz Aurora Pinzón Solano de vuelta a Bogotá, de vuelta a Ecomoda. Sumida en una faceta de su vida en la que busca expiar culpas y sanar heridas para seguir adelante, Beatriz se verá dentro de una tormenta de situaciones y emocion...