Capítulo 67. El cometa aciago.

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Irasue estaba un poco nerviosa, aunque trataba de disimularlo empuñando fuertemente a So'unga.
Viró su rostro y se encontró con un enfadado Shishinki.

Pensamientos de Irasue/Shishinki: No entiendo ¿¡Por qué justamente tuve que trabajar en equipo con
Pensamientos de Irasue: este idiota!?
Pensamientos de Shishinki: la mujer del que me robó la técnica!?

Irasue: Shishinki-san... ¿Que piensa hacer?

Shishinki: Je. Terminar con esa cosa e irme de aquí.

Irasue: Ah.
Pensamientos de Irasue: Me refería a la técnica, bastardo idiota.

El sol se ocultaba ante sus ojos y cada vez se hacía más evidente la preocupación maternal de la inukami, quién no sabía si se preocupaba más por su hijo, que acompañaría a su padre, o por sus gemelas, por quedarse ellas solas en el palacio.

Irasue: Hay que hacerlo bien y con precisión. (susurrando)

Shishinki: (asiente con la cabeza) Sí...

Un silencio cómplice, en el que ambos escudriñaban el cielo en busca de algún atisbo que les indicara la inminente llegada del cometa.

Una enorme energía demoniaca iluminó el cielo. Era tremendamente abrumador, saber que eso antes era puro. Pero aquella niebla purpúrea y el halo que dejaba era hermoso. Hermosamente terrible.

Irasue: (embelesada) Es tan horriblemente bello, mierda...

Shishinki: Decídete por una de las dos, mujer (también viendo al cometa y agarrando su arma con más fuerza)

Irasue sólo empuñó a So'unga con determinación, permitiendo que el yōki sellado en esta se fundiera con el suyo.

El cometa aciago se acercaba, a una abrumadora velocidad.

Shishinki: Maldito perro... Sus cálculos fueron precisos... (sonrisa amarga)

Pensamientos de Irasue: ¿Eh? El yōki disminuyó de repente...

Irasue/Shishinki: (miran al otro) ¿Preparado? (asienten con la cabeza)

Los fragmentos de yōki se dispersaron en todas direcciones, pero aún había uno que no cuadraba.

Shishinki: ¡Ahora! (lanza su ataque y se deshace de la energía demoníaca que iba en su dirección, absorbiendo este en su Meidō Zangetsuha)

Irasue: Ajá. (toma a So'unga y con un destello blanco termina de eliminar la demás energía yōkai)

Shishinki: (tratando de no mostrarse sorprendido) ¿Que técnica fue esa?

Irasue: (se encoge de hombros) Seinaru no tsurugi.

Shishinki: Ah...
Pensamientos de Shishinki: ¿Espada sagrada? ¿Qué le pasa a esta mujer?

Ahora que ellos ya habían cumplido su parte, y los demás la suya, sólo quedaba que los reyes bestia acabaran el trabajo que iniciaron.

Irasue miró el cielo con una sonrisa y se sentó en el fresco césped, dejando a So'unga a su lado.
Sentía que el yōki absorbido por Seinaru no tsurugi subía desde la empuñadura de esta y recorría su brazo. Ya no le pertenecía más al cometa aciago.

Todo ese poder absorbido ahora era suyo.

Ese sentimiento, de esa poderosa energía subir por su piel y volverse parte de ella, llenándola de vitalidad, y ese pensamiento de ser más poderosa la hizo soltar, inconscientemente, una macabra risa.

Shishinki: Oi, Irasue... ¿Estás bien? ¿El cometa te afectó o algo...?

Irasue: (deja de reír) No... No es nada... Solo que el poder que absorbí del cometa ahora es mía...

Shishinki: Ah... No debí dejarte tanto entonces... Creo que te estás volviendo loca.

Irasue: (gruñe) Idiota. Estoy completamente bien.

Una energía purpúrea rodeaba a la daiyōkai, que se iba apropiando de ella y transformándola en la suya, mezclando con su propio poder.

Shishinki: (se sienta en el pasto cerca de Irasue) Oi, mujer, no me mates pero... La verdad me alegra que no hayan firmado eso.

Irasue: (se recuesta) No te mataré. La verdad a mí también. No seríamos buena pareja.

Shishinki: Eres linda... Pero... No te soportaría.

Irasue: Tōga nunca me hace ese tipo de comentarios. Y yo tampoco te soportaría. Idiota.

Shishinki: (susurrando) Entonces ese idiota no sabe apreciar lo que tiene...

Irasue: Pero cada que tiene tiempo se le para pegado a mi cómo una enredadera.

Shishinki: ¿En serio hace eso el muy pervertido...?

Irasue: (se levanta un poco, divertida, con una mirada de incredulidad) Ya quisiera yo que me toque con ese tipo de intenciones.

Shishinki: (suspira) Ah... Ya lo sabía... No sé le va a quitar nunca lo idiota.

Irasue: Sí...

El yōki ya había sido absorbido por completo por ella. Se levantó y miró al joven ōni.

Irasue: Bueno, me iré.

Shishinki: (asiente con la cabeza) Sí, adiós.

Irasue volvió a tomar a so'unga y se alejó, para llegar al palacio y ser recibida por unas gemelas que se lanzaron a sus brazos sin que las sirvientas pudieran impedirlo.

Suzu/Inoko: ¡¡Mamá!! ¡¿A dónde te fuiste?!

Irasue: Hum... Cerca de esta provincia, no es cómo si me haya tardado tanto...

Suzu: ¡¡Te fuiste al atardecer!!

Inoko: ¡¡Y ya va a ser de mañana!!

Irasue: (suspiro fastidiado) Eso significa que su padre no ha llegado y me van a molestar a mi hasta que llegue ¿No?

Suzu/Inoko: ¡Sí! (sonriendo)

Irasue no pudo evitar sonreír un poco y abrazar a sus hijas.

Mi nombre es Irasue MinayashiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora