Capítulo 45. Otra batalla. Y una maldita zorra.

14 3 0
                                    

Septuagésima cuarta luna de otoño:

Sí. Se lo dije a Tōga. Le dije que consiguiera dos compañeras, una aparte de mi. No sé por qué lo hice, pero no puedo evitar voltear atrás y ver las ocho difuntas esposas de mi padre.
Y por alguna razón eso me carcome la consciencia. Solo por eso lo pedí.

Y ya descubrí a la zorra que anda tras de él. Y no puede ser otra que 'mi querida' hermana. ¿Y cómo lo sé? En estos momentos él está hablando con ella. Él acaba de regresar de una batalla con un yōkai del continente, que no puede ser otro que el famosísimo pelirrojo que es mi hermano. Que era mi hermano. Medio hermano.

Y pues la zorra está más nerviosa que nunca. Esperaré a que Tōga entre, para hablar.

Al cabo de un rato Zero se fue y Tōga entró al palacio.

No encontró a su esposa así que la fue a buscar a su recámara. Sesshōmaru estaba viendo como su madre guardaba su diario.
Él sonrió y se acercó, tomando a su hijo en brazos.

Irasue: (guardando eso, de espaldas a su esposo)

Tōga: (sentándose en el futón, con Sesshōmaru en sus brazos) No sé que decir... Sí te ves más hermosa con tu cabello amarrado, o corriendo libremente por tu espalda.

Irasue: (ladeando ligeramente su cabeza) Veo que ya elegiste a la segunda ¿Eh? Pero permíteme hacerte una pregunta (volteando a verlo) ¿Por qué mi hermana?

Claramente Tōga no acababa de comprender nada. Sesshōmaru, ahora en los brazos de él, estaba jalando la coleta de su padre.

Tōga: ¿Qué?

Irasue: (mira a su esposo, extrañada) ¿No pensabas en que Zero fuera tu segunda?

Tōga: (ríe) ¿Por qué piensas eso, mi vida?
Pensamientos de Tōga: Mierda... ¿En serio quiere que me consiga otra compañera?

Irasue: Cierto, gracias por el kimono nuevo y los tres libros. Pero, si no era por eso, ¿Por qué estabas hablando con ella?

Tōga: Educación.

Irasue: ¿Sí sabes que no tienes por qué ser amable con los enemigos? (Tōga se quedó callado) Je. Seguro hasta les pides perdón después de golpearlos.

Ante eso, su esposo se sonrojó y bajó la mirada.

Irasue: ¿En serio? (entre incrédula y divertida) Bueno, volviendo a mi hermana... Está claro que ella piensa que la amas.

Tōga: Pero yo no la amo. (mirando a su hijo)

Sesshōmaru: (mirando a su padre) (sonríe y el otro también sonríe)

Irasue: Sí, pero la muy estúpida cree que sí.

Tōga: Oh... (voltea a ver a Irasue) ¿Y sabes cómo decirle que no sin herir sus sentimientos?

Irasue: (sonríe ligeramente y se acerca a su esposo, lo abraza) Hay, Tōga. Cómo tú esposa no puedo resistirme a tu ternura. (le da un pequeño coscorrón, a manera de broma) Pero hay veces que eres demasiado idiota.

Sesshōmaru: ¡¡Baka!! (sonriendo inocentemente)

Ambos progenitores lo miraron, ella sorprendida y un poco indignada y el otro completamente divertido.

Irasue: (sonriendo con los ojos cerrados) ¿Ves? Tu hijo te puede describir en una palabra.

El hombre rió, para acto seguido abrazar a Irasue y a su pequeño, con fuerza y ternura.

Irasue: Eh... Demasiado contacto físico por hoy...

Tōga: No mientas, se que te gusta.

Pensamientos de Irasue: (relajando sus músculos) Sí, Tōga. Me encanta.
Irasue: Sí, sí, ya duerme.

Tōga: Un poquito más.

Sesshōmaru: (se acurruca contra su madre) Kasan...

Mi nombre es Irasue MinayashiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora