Capítulo 2. Al fin y al cabo somos hermanas

46 1 2
                                    

Segunda luna de verano:

Lo voy a decir: el papel que estoy usando y la tinta ... las tomé prestadas (osea, las robé) del despacho de mi padre. O mejor lo voy a escribir como Hakushiki simplemente. O este; el rey de los tontos. ¡Ya sé! el rey estúpido sin súbditos. ¡Hasta rima! (no lo sabes, por que estoy escribiendo, pero solté una risita).

Hoy me permitiré ser un poco más egocéntrica que ayer: Mi nombre es Irasue Minayashi, soy la primera cachorra de la primera camada, tengo sangre completamente inu-yōkai [todo esto ya lo había dicho] mi cabello es plateado casi blanco, mis ojos son amarillos, rasgo del que me precio y que ninguno de mis dos aburridos medios hermanos posee, ¡ah! si preguntan por mi edad ... en estos momentos puedo ser confundida con una niña de unos ocho o siete años, aunque ya casi cumplo quinientos años, osease medio milenio.

Tengo que esconder esto rápido antes que

Zero: ¿Que haces?

Irasue: (escondiendo los papeles y derramando un poco de tinta en el camino) Nada que te incumba.

Zero: (arqueando una ceja, con una sonrisa burlona) ¿Segura?

Irasue: Que sí. No estoy haciendo absolutamente nada.

Zero: En ese caso ¿te apetece ir a recaudar los impuestos conmigo? Yo quiero tu título, aunque sea en solo una aldea.

Irasue: (resoplido)

Zero: ¿Qué? ¿No quieres? (sarcástica)

Irasue: Ya voy. Solo por que eres demasiado estúpida para hacerlo sola.

Zero: Idiota. Te espero afuera. (sale de la habitación)

Impuestos = sacrificios. Odio la recaudación de impuestos. Los humanos suelen llorar al despedirse de aquel a que ellos mismos ofrecieron. Pero allá iremos.

Irasue: (suspira y guarda los papeles)

Mi nombre es Irasue MinayashiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora